Umbrìo...

Martes 16 agosto del 2005 ,5.30 de la mañana. Conduzco al aeropuerto, la mañana esta lluviosa al igual que mis ojos, el principio de mi tristeza y angustia es el lugar a donde voy, lo que tengo que forjar y además permanecer, sí…Permanecer ahí, dejo a mi vida, mis hijos, mis amigos, todo...
Intento  encontrar belleza al lugar que voy, ¡Pero es tan inverso a mi!, Que no acierto  alivio en mis pensamientos, ¡Qué dolor…! Prensa mis emociones.
La lluvia se intensifica sobre  la ciudad de Santiago, diviso las luces del aeropuerto, seco mis ojos, tomo mi valija y me dirijo al mesón de la aerolínea...

Suspendido veo mi destino  a través de la ventanilla del avión, mar gris, elevado en miles de cumbres blancas, inducidas por los vientos australes, sitian la isla llamada Tierra del Fuego, mi próximo hogar en soledad.
Día gris en la Ciudad de Punta Arenas, el frío es engendro de esta tierra, me desplazo entre las gentes y medito en la larga espera, socorrido por un café que deseo prolongar  por cuatro horas en el aeropuerto donde he de esperar mi siguiente embarque aéreo. Intensa lluvia y viento aprecio a través de los cristales de la sala de embarque, diviso el pequeño  avión en la pista que me trasladara a mi destino.

El viento fustiga violentamente el frágil avión, haciéndome creer que de un momento a otro le enviarà al fondo de las frías aguas del estrecho de Magallanes, aún así, no logro emerger de mis pensamientos de soledad. Vislumbro la isla y la pista de aterrizaje, la lluvia se hace mas intensa.

Enfrento otra vez esta tierra ,ya no como viajero si no como hijo adoptivo, penado a abrazar a la madre que no desea, quiero huir, mi angustia progresa, no hay árboles sòlo llanura , mar gris, cielo gris, frío, viento y lluvia.

He llegado a mi lugar Puerto Porvenir, umbrío en mi pena le sumo la certeza de ser extranjero en esta tierra aislada e inhóspita.

Ahí me vi, caminando solo otra vez, había envejecido mil años,
Sólo cenizas pálidas portaba mi alma al andar, sin compás daba paso tras otro
Roído por  la lluvia pálida de agosto, sin maldecir,  aceptando la cristalina,
tristeza del alma, renunciado a la luz de existir, sigo caminado solo otra vez… Silencioso camino, azotado tan sólo por el viento incontenible, que frena los pasos de mi cuerpo y mi alma inconclusa, haciendo que olvide mi nombre, mi mirar desgatado no divisa encantos y anhelos, caminando solo otra vez aliviano mi carga de cadenas que portan la cordura, el lienzo del amor…
Me estoy secando…  Ya no tengo rostro y olvide quien soy. Las calles con sus edificaciones de este pequeño pueblo olvidado me observan, ya me habían advertido, los originarios de estas tierras que no viniese aquí, los lugares mas sombríos habrían de ser mis escenarios habituales y tendría que afrontarlos aquí para que finalmente la muerte me tome y me abandone en alguna llanura de esta tierra violada, con su memoria difusa e innoble, prisionero soy de ella ,aunque deseo y quiero escapar ya no puedo ,soy un condenado de la penumbra , la soledad ,el mistral y el frío.

 

Estimada Julia; Me gustarìa que me respondieràs en que espacio fìsico, temporal del anàlisis textual ubicas el fracaso.
Gracias
Mike.