Un alacrán...

Un alacrán deseaba cruzar un río… como no podía hacerlo le pidió a una rana que le hiciera el favor de ayudarlo a cruzar al otro lado.

Le dijo: "Amiga rana, ¿puedes llevarme en tu espalda al otro lado del río?"

La rana le contesta: "No, porque de hacerlo, tú tendrías la oportunidad de picarme."

El alacrán le contesta a la rana: "Si hago eso que tú dices, ambos moriríamos, y la verdad, amiga rana, no tengo la mínima intención de morir."

Este comentario convenció a la rana y se dispuso a cruzar el río llevando al alacrán en su espalda.

Ya para llegar a la otra orilla, la rana sintió una punzada en el cuello. Voltea y al ver que el alacrán le había picado, le comenta:

"¿Por qué has hecho esto? Ahora no solo yo moriré, sino que tú también lo harás porque falta mucho para llegar a la orilla."

A lo que el alacrán le contesta: "Lo siento mucho, amiga rana… pero… NO PUDE EVITAR MI NATURALEZA."​

Sin adivinar ni cuestionar, somos lo que hacemos, y eso no lo podemos cambiar. Podemos modificarlo, sí, pero cada cambio refuerza lo que somos en esencia. El cambio y la transformación son parte de ese todo que sigue siendo lo que es, y así será a lo largo de su travesía por el universo. Por eso, debemos respetar lo que somos. Si en nuestra naturaleza está el cambiar, olvidar, perdonar, amar, trabajar y ser como somos, nunca debemos olvidar que esa es nuestra verdadera esencia. A veces, se camuflajea para sobrevivir, para sobresalir, para ser lo que se tiene que ser: ser con uno mismo.


Crédito de la frase: A quien corresponde.


Te invito a disfrutarlo en el formato de video, solo espero que sea de tu agrado, gracias.