Un beso en la oscuridad

Yo tenia nada mas seis años aquella vez, mi vida apenas empezaba, una vida llena de ilusiones, felicidad, esperanzaas y sueños, una vida que estaba a punto de cambiar.
Mi padre era mi heroe, era tan fuerte, lo sabia todo, tenia las respuestas a todas mis preguntas. Tenia el poder de curacion en las manos, cuando me lastimaba, se curaban todos mis dolores. Sabia que al crecer queria casarme con un hombre como el, y como cualquier otra niña yo veia atraves de sus ojos, y me perdia en sus brazos fuertes.
Mi familia, era una familia regular, no era perfecta, pero eramos una unidad fuerte, con nuestros sube y bajas, a mis ojos, ojos de una niña, todo era como debia ser, despues de todo yo creia en los ‘y fueron muy felices’.
La noche que mi padre se marcho, no era diferente de todas las demas, despues de un dia de trabajo, de escuela, y de quehaceres, nos sentamos a la mesa para cenar y platicar de las cosas del dia. Por ser la mas grande, era la que mas ponia atencion, la que mas preguntas hacia, la que mas historias tenia.Cuando la cena termino, ayude a mama a limpiar la mesa, algo que realmente no me gustaba, queria jugar.
Mi madre se sento a remendar un poco, mi padre con algo que leer, y mientras yo jugaba con mi hermana, llego la hora de dormir, la hora que todos los niños no quieren que llegue. Nos mandaron a ir a la cama, y a regañadientes obedeci, queria sentirme grande y estar despierta con los adultos y, sin exito, rogue quedarme despierta un poco mas, obedeci y fui a mi cuarto.
Afuera del cuarto podia escuchar los paso de mi padre, el tenia el paso fuerte, su voz fuerte, tambien escuchaba la voz fragil de mi madre. Siempre esperaba que mi padre entrara a darme un beso de buenas noches, y aquella noche lo espere. En la oscuridad de mi cuarto podia sentir el frio de aquella noche de Febrero, escuchaba a los perros ladrar en la calle, y los pasos de gente en la acera. Todo aquello fue sin importancia cuando escuche los pasos de mi padre acercarse a mi cuarto.
En la oscuridad pude sentir su mano grande, pero fragil acariciar mi pelo, senti la textura de sus labios en mi frente, y con ese beso en la oscuridad dijo:“buenas noches hija” y yo respondi, ahora si podia cerrar mis ojos y soñar sueños con final feliz.
Cuando la mañana llego, me entere que mi padre no habia dormido en su cama, pues vea, encontro otra cama mas comoda en donde pasar el resto de sus noches, ya habia decidido marcharse, y aquella noche lo hizo, sin un adios, sin un abrazo, sin una lagrima. Como cualquier otra niña me preguntaba si habia sido mi culpa, si habia hecho algo que lo molesto, quizas me porte mal, o talvez se dio cuenta que no queria ayudar a mama con los quehaceres. Pero aun en los dias mas tristes, esperaba que se arrepintiera, y regresara a su hogar.
Por muchos dias escuche a mi madre llorar tras puertas cerradas, por muchas noches queria escuchar los pasos fuertes de mi padre, queria sentir la textura de sus labios en mi frente. Era muy dificil quedarme despierta y detener mis sueños, pero el ya no iva a entrar a mi cuarto oscuro, lo extrañaba cada noche, hasta que poco a poco me quedaba dormida.
Muchas noches han pasado, poco a poco se me ha olvidado el sonido de sus pasos fuertes, el tono de su voz, la textura de sus labios en mi frente, poco a poco he dejado de esperarlo y dormir, he tenido que aprender a soñar sueños con final feliz nuevamente, sueños que ya no lo incluyen a el. No importa cuantas noches pasen, el recuerdo de ese ultimo beso en mi frente, sigue tan fresco como aquella noche, y cuanto deseo volver a sentir ese beso en mi frente, un beso en la oscuridad.



DULCE MALICIA