Un cubo mágico

me acaba de llegar un mensaje al correo electrónico que dice que yo no soy yo

no sé si alegrarme

si yo no soy yo, o bien soy otro o bien soy ninguno, es decir la nada

si soy otro la pregunta es quién. si soy la nada, en cambio, está claro que no soy algo. pero ahora mismo estoy escribiendo algo, así que debo ser algo. por lo menos algo que escribe

luego, debo ser otro. otro que no soy yo, digo, un impostor

me ha pasado mucho que me han confundido con ajedrecistas, youtube viners y funcionarios del fondo monetario internacional. nunca me sentí ofendido, excepto por la última confusión, que la verdad me dejó muy dolido.

igual, mi correo electrónico dice que yo no soy yo, y él conoce todos mis secretos. tal vez tenga razón. y si yo no soy yo, pero soy algo que escribe, algo que conoce el alfabeto y no, por ejemplo, un pelícano o un conejito que es vomitado por una mujer en París, y por lo tanto, soy un ser humano, o tal vez la cucaracha de Kafka

Kafka me recuerda a Svankmajer (o viceversa (y viceversa))

si a uno lo confundieran con el otro se ofenderían? Sería interesante permutar tiempo con el espacio entre esos dos muchachos, como dos hormigas sobre un cubo mágico, hasta hacer que sus dos piezas estén una al lado de la otra

lo que hubieran hecho esos dos juntos!

por el momento me conformo. por suerte hay una serie de preguntas de verificación y no ha sido muy difícil comprobar que yo soy yo, y eso me tranquiliza

también me entristece un poco.

 

Todos somos impostores en algún momento determinado. Tenemos muchas almas gemelas divagando de orbita en órbita ya sea rescatándonos o matándonos. Nosotros los decidimos.

Post data: Adoro a Kafka.

 

mis impostores andan sueltos. yo soy otro farsante. impostores unidos. jamás serán vencidos. unidos como tallarines secos. como un cerebro. sueltos por la serotonina.