Un cuentito macabro

Y luego abandona el nido, desenreda mis cabellos, pero los rebeldes se niegan a dejar su origen y me abandonan tambien.
Al fin calvo y discreto, rebusco en la noche, y tu no tienes corazon, y el me viola por detras y por delante con los ojos.
Niño, serenate y no digas palabrotas y tampoco beses mucho en la boca, mi niño en combate unico con la infancia, una oscura sensacion de haberlo a uno mal parido. El gatito avanza con la garra del cariño y te hiere mortalmente el cerebro y entra e inverna y te defeca dentro.
Pero por los sueños duermes solo, ya cansa la pesadilla, ya cansa el funeral de las palabras que no hemos dicho en la noche de oportunidades.
Hablo que si hubiese tenido el valor de haberme enfrentado en la lucha con mi vagina creadora, hoy no temblaria de miedo al volver a casa con la soledad en el aliento. De veras algo se ah ido, el vacio mas dolorosa, la flor desterrada, el beso roto.