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Un cuerpo de mujer en el pavimento

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Piedad Acosta Ruiz, 18 de Junio de 2023. Respuestas: 0 | Visitas: 314

  1. Piedad Acosta Ruiz

    Piedad Acosta Ruiz Poeta recién llegado

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    Allí estaba, tirada en la acera, allí donde el pueblo hace presencia, ambos pies juntos, ambas manos juntas, arrojada en el piso, su enorme pansa trigueña expuesta al transeúnte, especialmente de las mujeres que la miraban a lo lejos con lástima, un anciano que vendía papas decía, murió como de infarto, nadie la mató.

    Los policiales habían acordonado el sector, pronto el carro de medicina legal hizo presencia, sus ojos se retiraron rápidamente de ese cuerpo con un chicle café y una camiseta blanca; no quería guardar la imagen de un cadáver que no recordaba haber visto sino hace dos años, junto al hospital de San Vicente de Paúl, que sacaron moribundo con catete y todo, y allí murió en la acera porque no tuvo quien pagara el valor de la hospitalización, era el pico de la pandemia de esa terrible época del reclutamiento y encierro obligado en casa, que ocasionó ola de suicidios adolescentes y venteros ambulantes, acaso años 2020 y 2022, donde el malvado Covi 19 nos robó los seres más queridos, aquellos que se añejaban como el mejor vino en casa, y que ahora dice estar en un nuevo pico?

    El cadáver de esta mujer con sandalias cafés y ambos pies entrelazados como los de Cristo en la cruz, con la cabeza oculta entre sus brazos por el último dolor agónico que la condujo a la genuflexión, a replegarse entre sus extremidades, antes de tomar la posición fetal para liberar su último dolor agónico, en medio de la soledad en una ciudad soleada repleta de transeúntes, esa terrible escena nunca olvidará.

    Todos se preguntaban, tendrá familia quién la reclame, no parecía habitante de calle porque estaba obesa, y los habitantes de calle de Medellín son flacos, difícilmente alguien les brinda alimento, algunos sobreviven de los restos de alimentos que encuentran en la basura, otros merodean por los alrededores de Centro Día que permanece con su enorme puerta verde oscura metálica cerrado día y noche, lugar donde se les podría ayudar pero no tienen cobertura y presupuesto.

    Pensó mientras caminaba, en aquel brazo atravesado por clavos, sangrande a más no poder, de la exposición de pintura de Sabaneta en el Centro Comercial Aventura, pensó en aquella frase en un muro en la fachada de la urbanización Torres de la Fuente: “Miedollín”, pensó porqué hay tan pocos habitantes de calle en Medellín, si hacia algunos meses estaba repleto de desplazados por la violencia, será que un grupo de limpieza social los está eliminado con el silencio y complicidad de todos?

    Caminaba, y mientras caminaba escuchaba los gritos de alborozo de la gente en las calles celebrando que Colombia le ganaba el partido a Alemania, los taxistas pitaban presuroso mientras conducían, festejando.

    Subió a su morada, empezó a comer, y mientras comía, recordaba aquel cuerpo de mujer más joven que ella en el pavimento, ¿a qué horas moriría, ya le estarán realizando la necropsia en la anfiteatro? Por qué no la cubrieron con una sábanas la policía o un comerciarte del concurrido lugar para respetar su cadáver y evitar la impresión de los que pasaban?, se interrogaba mientras el alimento bajaba presuroso por su garganta.

    Así son las cosas, mientras comía, pensaba, el muerto al hoyo y el vivo a la olla; desesperada en terminar su rutinaria ración de alimento, sentía que era algo libre, estaba en vacaciones de verano, pero que ardiente verano este de junio, al menos sentía calor y podría realizar en vacaciones las extensas actividades de colegio, pero se estresaba, se le había caído internet y no podría ponerse al día en tan extenuante trabajo.

    Se repetía para tranquilizarse, las vacaciones liberan, ya no se sentía esclava del Estado colombiano ni de Petro, podía disfrutar del tiempo en su casa, pero el pensar que no podía enviar los trabajos con el internet caído la agobiaba y la hacía más esclava que los esclavos medievales, entonces su mente volvía sobre aquel cuerpo de mujer obesa en el pavimento y se repetía, ya descansó, no tendrá que trabajar, ni ganarse su pan, ni ser esclavas de los demás.

    ¿Acaso la muerte es el aval para siempre descansar?

    Insistió a ver si podía conectarse y cumplir con sus obligaciones laborales en su hogar, pero fue inutil, siempre su ordenador le devolvía el mismo mensaje:

    “Vaya… no se puede obtener acceso a esta página”

    “Sin Internet

    Intenta:

    Comprobar los cables de red, el módem y el router

    Volver a conectarte a Wi-Fi

    Ejecución del Diagnóstico de red de Windows

    ERR_INTERNET_DISCONNECTED”

    y volvia a aparecer aquel muñequito negro con el que juegan los estudiantes cuando se ha caido internet, hasta se le invitaba a jugar.

    Cada vez más esclavos, cada vez más mecanizados y estresados se repetia, recordando los pies y las manos entrecruzados de aquella mujer obeza en el pavimento ¿cuánto navegaría en celular o internet, y en su último momento ni un familiar que la pudiera asistir, acompañar, y menos aun, ver.
     
    #1

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