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Un dia en la vida de Segismundo. El Carpintero

Tema en 'Microprosas' comenzado por Jorge Serra C, 8 de Junio de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 653

  1. Jorge Serra C

    Jorge Serra C Poeta fiel al portal

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    Historias de Segismundo y Compañia.



    Era una tarde callada a principios de año, en una calle de la Avenida sin nombre cuando la humedad horadaba en las ropas de los transeúntes que caminaban de forma apresurada sin mirar a los lados muchos de ellos, mientras Segismundo sentado en una butaca en su casa próxima a esta calle , pensaba y pensaba sin querer, que hacer para empezar a construir la mesa encargada una semana atrás por un señor alto de fascie aguileña y voz ronca , hasta que el soplo de una brisa y los rayos fuertes del sol ,lo sacaron de su letargo y se dio cuenta que había colocado su butaca en el lugar menos indicado del patio , donde tenía su carpintería desde hacía varios meses.

    Se levanta finalmente y va hacia el martillo, sosteniendo el serrucho en su mano derecha para terminar de serruchar las tablas que le quedaban amontonadas en un rincón desde ayer en la mañana, la sierra eléctrica estaba dañada con problemas eléctricos y no la podía usar en esta ocasión. Hasta que se pone en posición, las tablas sobre una silla apoyadas con la rodilla derecha, y así empezó a darle a su herramienta hasta lograr un corte bastante simétrico y parecido a los anteriormente realizados con la sierra eléctrica, mientras realizaba su labor se preguntaba como llego a ser carpintero si la única experiencia anterior que tenía en este oficio fue el de hacer alcancías de madera cuando era niño. Ya eran como la una de la tarde cuando lo llaman por teléfono y con el sudor todavía en su frente soltó el serrucho y fue a contestar el teléfono, al otro lado de la línea una voz tenue le pregunto si esa era la Carpintería de Segismundo, era una voz de mujer, ella necesitaba encargar un trabajo de carpintería le dijo a Segismundo, a lo que él le respondió que no había problemas, mientras no fuera el de realizar una cama o algo que implicara el uso de maderas preciosas como el cedro, las cuales eran muy fuertes , pues él estaba acostumbrado a trabajar con madera de pino y contrachapada que eran más suaves al cortar, sobre todo ahora que se le había roto la sierra eléctrica.

    Apenas le quedaba materia prima en el taller o sea madera, y la única herramienta que le servía todavía era el torno, aunque no lo usaba mucho. Después de un breve silencio Kleinis, que era el nombre de la nueva clienta, por fin se decidió y le comento que el trabajo consistía en realizar una mesa de forma elíptica de 1 x 1 metros, la cual necesitaba en 1 semana a más tardar, ya había mandado a cortar un cristal de forma elíptica y con las mismas medidas anteriores para colocar sobre dicha mesa.

    Cuando Segismundo empezaba a pensar como con una edad ya un poco avanzada, tenía 47 años y era solo un Carpintero, en la escuela no fue muy bueno pues solo llego a terminar el preuniversitario y después no quiso estudiar más, le consolaba en ocasiones el saber que el padre de Cristo J. Nazaret fue Carpintero también, así que esto aplacaba su inconformidad y volvía a sentir que era útil en lo que hacía y que no estaba desperdiciando su tiempo para nada.

    Vuelve a concentrarse en la conversación con la muchacha y finalmente se ponen de acuerdo para que ella visitara la carpintería mañana temprano y le diera una especie de croquis de cómo quería que fuera la mesa, se despiden con un ok hasta luego y Segismundo cuelga el teléfono, regresando a su trabajo, la semana prometía ser bastante rentable pues este era el tercer encargo que recibía en la última semana del mes de enero.

    autor: Jorge Serra Colina.
     
    #1
    Última modificación: 8 de Junio de 2013

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