Un error. Historia corta.

Por: Luis García
Historia corta: “UN ERROR”

Capitulo 1

Frank: Te dije que no quería venir.
Susana: Cállate Frank, ya estamos aquí, compórtate, mira te presentare con mis amigos.

Quién diría que a causa de eso se acabaría todo, yo cometí el error, ella solo quiso ser buena.

Susana: Hola chicos, les presento a mi novio Frank, saluda.
Susana: este es Johnny.
Johnny: Que tal.

Sus manos eran hipócritas y sudaban.

Susana: Esta es Nicol.
Nicol: Hola mucho gusto.

Su cabello era hermoso, pero los piquetes de heroína en el brazo la hacían demoler todo lo bello de ella.

Susana: Este es Justino.
Justino: E…

Un presumido hijo de papá, guapo esculpido por dios, pero por dentro fue hecho por los mismos demonios.

Susana: y por ultimo esta es Sarah.
Sarah: Mucho gusto señor Frank.

Su mirada….

Justino pregunto enseguida: A qué se dedica Señor F.
(Todos comenzaron a reír)

Me parecía tan absurdo todo, que respondía con una pereza.

Frank: Escribo.
Justino: Y qué escribe, sí se puede saber claro.
Frank: Poemas, prosas, cuentos y trabajo en una novela.
Justino: Entonces, ¿nada fuera de lo común?
Frank: Así parece.
Justino: ¡¿CÓMO ENAMORASTE A SUSANA?!
(Todos volvieron a reír)

Al parecer Susana tenía fama de salir con tipos de dinero, yo no es que sea pobre, pero hasta ahora e vivido por mis padres, me mandan algo de dinero para pagar la renta, me insisten en que busque un trabajo, y creo que eso terminare haciendo.

La meta de cualquiera como yo es vivir de su propia mierda, pero a veces es muy complicado.

Susana: bueno, bueno ¡ya! No sean tan malos con mi Frank, él me enamoro con palabras, sabe decir cosas muy bonitas, y así me enamoro demasiado, aunque sea un poco vago. (ella ríe)
Justino: ¿Cómo pagas las facturas y eso Frank, con poemas?
(Todos vuelven a reír, excepto Sarah)
Frank: No es asunto tuyo.
Lo mire fijamente, y un poco amenazadoramente.

Justino: Bueno, entonces compermiso, creo que aquí no soy bien aceptado por “el poeta”
Susana: Justino, ven calma no se enfado.

Él se fue y ella lo siguió.

Sarah: Me acompaña una copa señor Frank.
Frank: Claro.
Sarah: Me gusta su forma de hablar Frank, es muy correcta, seria y romántica.
Solté una pequeña risa.
Frank: Pues debo estar agradecido con la vida entonces.
Sarah: ¿Cómo conociste a Susana?
Frank: Una historia larga para esta corta fiesta.
Sarah: Durara todo lo que tenga que durar.
Frank: Maldición, yo quería irme ya.
(Ambos reímos)
Sarah: Tienes cara de pocos amigos.
Frank: Y tú tienes una mirada muy (hice una pausa, recordé que estaba saliendo con su amiga, algo tenia esta mujer que me encantaba)
Sarah: ¡Muy qué señor Frank! (casi lo grito)

Creo que Susana escucho y me hablo, me grito: ¡VEN FRANK!

Frank: Después te digo, solicitan mi cadáver.
Sarah: Tomé mi tarjeta, llámame Frank.
Frank: ¿Para?
Movió su pierna, y me enseño discretamente tanto como quería ver.
Sarah: Nos vemos Frank.
(Me guiño su ojo izquierdo)


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Justino: Qué piensas de él.
Sarah: ¿De quién?
Justino: De él.
Sarah: Qué quieres que opine, es un buen tipo.
Justino: E… eres una perra muy desgraciada.

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Susana: Frank, ¿qué te decía Sarah?
Frank: Saber de mí, nada más.
Susana: a, está bien, ¡ven! Vamos a tomarnos una foto con mi madrina.
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Madrina: Quién es este hombre tan galante, Su.
Susana: Salgo con él, Madrina.
Madrina: Cuando ya no lo quieras préstamelo.

(Ambas rieron)

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Su madrina, menciono su nombre alguna vez, no la recuerdo, pero es de esas divorciadas desesperadas, fuma todo el tiempo y bebé whisky, su esposo le deposita mucho dinero, lo pesco haciéndole el 69 a la sirvienta y como su esposo era un tipo de la alta sociedad, no quería que la gente se enterara de que se acostaba con la sirvienta. Ella vive bebiendo y saliendo con chicos más jóvenes, les compra cosas, se acuesta con ellos y después los desecha como basura.

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Sarah: Oye Nicol, qué opinas de Frank.
Nicol: Bastante guapo, pero muy seco, como si no le interesara estar aquí.
Sarah: Lo mismo pienso.

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Paso bastante tiempo antes de que nos fuéramos, la gente me miraba extraño, como si fuera alguna especie de comida exótica y se preguntan ¿qué será?

Despedida (al fin)
Susana: bueno chicos, nos retiramos.
Justino: ¿Mañana van a trabajar?
(Me miro cuando lo dijo, y nadie dijo nada)
Frank: Nos vemos, fue un gusto.

Sarah no dijo nada ni Justino, todos respondieron “igualmente, cuídense” cosas por el estilo, pero Sarah me vio de una forma y Justino de otra.

Ya en el auto
Susana: Fue divertido, ¿verdad?
Frank: Sí, uf, muy divertido.
Susana: Oye, (me miro fijamente mientras yo conducía) y que tanto te decía Sarah, noté que no te quitaba el ojo de encima.
Frank: No es para tanto, no me decía nada, solo me cuestionaba sobre que escribía y cosas así, me dijo que a ella le gusta leer.
Susana: ¿Leer, a Sarah McLaren le gusta leer? En mi vida la e visto tomar un libro, siquiera se a de saber el abecedario.
Frank: Eso yo no lo sé, y ni lo quiero saber. Te amo.
Susana: Yo te amo a ti.

Si le hubiera dicho lo que paso seguramente la mataba, eso creo, pero, dentro de mí no quería decirle la verdad porque yo deseaba a Sarah, de una u otra forma llego hasta el centro de mí y se las arreglo para verla como una diosa, no pienso en nada más que en sexo, una lujuria me invadió cuando sus ojos me escanearon, es perfecta.

Deje a Susana en su casa, ella vive con sus padres, yo vivo en un departamento pequeño 3 cuartos, los suficientes para mí, un baño, en la sala está también mi cama tirada, una pequeña mesa con cervezas encima, unos cuantos libros, y la cocina, solo tengo un refrigerador, estufa una mesa y 4 sillas de plástico, y la vieja lavadora de mamá, compraron una nueva y me regalaron está. A veces no sé sí hice lo correcto al irme de casa, pero jamás estuve bien ahí, no puedo vivir con gente ordenándome, ni mandándome, y aún así me dicen que hacer, debería estar más que agradecido, y lo estoy, pero no es lo que quiero.

El último beso que le di a Susana cuando se bajo, siento que fue muy hipócrita de mí parte, me imagine a Sarah.

Llegué a recostarme, encendí un cigarrillo y saque mi laptop, en ella siempre escribo mis poemas, historias, cuentos todo, todo.
Quería escribir algo, lo sentía, pero no sabía lo que era, una especie de pasión corriendo por mi sangre, quería plasmarlo pero no sabía sí era lo correcto, ella, no es Susana.

Cerrada esta tu boca,
Pero tus ojos me dicen mil cosas,
Tu mano en mi espalda
Y mi corbata se aflojo,
No fue cosa de magia
Ni cosa de amor,
El impulso de dos imanes nada más.

No pude escribir más, fui hasta la cocina y saque una cerveza, la mire, y sabía que no era suficiente, fui por un tequila barato que tenía atrás del refrigerador, Susana odia que beba esta mugre, me dice que si consumiré mierda, al menos que sea mierda buena, y yo también odio beber esto, pero no hallo como comprar mierda buena, en navidad los papás de Susana me regalaron una botella de Whisky, desapareció antes de que acabara el año.

No soy alcohólico, pero me gusta beber, no lo considero un vicio, pero si un gran gusto.

Me recosté enseguida, mire mi techo por unos minutos y me quede dormido.


Capitulo 2

Mucha gente me pregunta ¿cómo conocí a Susana? Me e cansado de contar la historia pero fue algo fuera de lo común, cosas que no pasan y sí pasan no me e enterado de ninguna igual.

Fue en un restauran, ella había llegado con unos amigos y venía un poco tomada, tenía 19 años (ahorita tiene 24) y yo tenía la misma edad, yo era mesero y desde que la vi me pareció, perfecta, tenia esos dientes grandes y blancos, una mirada aunque perdida por el alcohol, era tímida, se encogía de hombros y con su mano izquierda se sujetaba del antebrazo derecho, y te miraba como un gatito pidiendo comida, y después miraba al suelo, era tan tierna.

No soportaba las ganas de que fuera mía, le quería decir al instante “te amo”, es de esas veces que el sentimiento te llega tan fuerte que estás dispuesto a pasar la vida entera con esa persona, bueno fue mi caso, arranque una hoja de la libreta donde apuntaba las ordenes, anote mi número y mi nombre, y quién era (El mesero que le alegraste la noche, con tu simple presencia) Después cuando deje su orden, su bolso estaba colgado en una orilla de la silla, y muy discretamente cuando dejaba sus cosas lo deje caer. La sorpresa fue que ella noto que había caído la hoja en su bolso y la saco, la leyó y me miro, me sonrío y la guardo.

El día siguiente lo tenía libre, espere toda la mañana su llamada, no salí ni para ir a la tienda, me marco a eso de las 2 de la tarde, contesté y me pidió que nos viéramos, fuimos a un centro comercial a ver una película, era una de terror no la recuerdo porque casi no la miramos, antes de entrar le decía muchos poemas que escribí esa noche pensando en ella, y sin más me beso, el tiempo que pasamos estuvimos de la mano y nos besábamos, quién diría que terminaríamos 5 años juntos.
Al principio no quería presentarme a su familia, decía que no la dejaban tener novio, ella ya conocía a mis padres, en ese tiempo yo vivía con ellos (a los 22 compre mi departamento) y pasábamos buenos ratos, ella y mamá hacían de cenar y papá y yo mirábamos el fut bol y mierdas así, era como una hija para ellos, y para mí era la parte que no tenía.

Cuando conocí a sus padres fue porque ellos se lo pidieron a Susana, decían que ya sabían que salía conmigo pero esperaban que ella se los dijera, al ver que eso no pasaría ellos decidieron actuar, me puse mis mejores trapos y entre por esa gran, gran puerta, cruzamos un jardín maravilloso, y un chihuahua salió disparado a ladrarme, recuerdo que dije: “¿el perro guardián?” Ella comenzó a reír y su sirvienta quien abría la puerta también, la salude y pasamos, su sala era gigante y su comedor ni se diga, cortinas rojas muy bellas y costaban apostaría que más que la ropa que llevaba esa noche.

Llevaba una camisa Calvin Klein que Susana me regalo, y pantalones Levis y botines levis también, entramos y sus padres estaban sentados en un gran sillón de piel, se paró el señor y me saludo: Soy el papá de Susana, Margarito Montes para servirle, y ella es mi esposa y madre de Susana, Leonora Montes. Mucho gusto, soy Frank, y pues salgo con su hija. (Respondí)

Estuvimos sentados hablando de que me gustaría hacer de mi futuro, si planeaba seguir de mesero toda la vida, si tenía otros planes, les comente que me gustaba escribir, el papá soltó una risa seca, como un JA, y al ver que nadie le seguía la burla decidió callar. Su madre se mostro interesada y me pidió que algún día lleve poemas o cosas que allá escrito para ver que tal estaban.

Dieron las 8 de la noche y el papá grito: ¡YA ESTA LA CENA MARCELA! Un segundo señor, se escuchaba como si estuvieran subiendo el volumen, ella se acercaba mientras lo decía, me preguntaba qué tan grande era la casa, si tenía algún pasadizo secreto y cosas así.

La sirvienta dijo: pueden tomar asiento de una vez señores, la comida estará en menos de cinco minutos.

Y así fue, pasamos todos escoltados por el papá como en una fila de patitos y mire recuadros grandes y caros, no sentía nada al mirarlos, a veces cuando miro una pintura puedo sentir el sufrimiento de ella, la felicidad, cosas así, pero dentro de esas pinturas solo había un precio alto y una firma de alguien que consideran importante. También pude notar que tenían un piano, pregunte si alguien lo tocaba y todos respondieron que no, el papá dijo que se lo compro a Susana para que tomara clases pero ella estaba negada, antes de ti me dijo el papá, ella era pura fiesta, ahora parece que todo su tiempo eres tú, ¡qué le has dado a mi hija hombre! (todos comenzamos a reír)

Ya en la cena, trajeron pollo y verduras y una sopa extraña la cual sabía deliciosa, mientras cenábamos nadie hablaba, Susana y yo estábamos de frente, y yo la miraba y nos sonreíamos, el papá estaba bien concentrado en su comida, y la mamá miraba también a su hija y luego a su esposo, y luego comía un poco y repetía la secuencia una y otra vez, no triste, pero sí algo extraña, como sí mí presencia no fuera agradable.

Terminando de cenar, el papá bebió un poco de whisky, yo lo mire y me ofreció, quería no aceptar pero ya estaba en mi mano, me dijo: Uno no es ninguno. Y al mismo tiempo él y yo vaciamos la copa de un jalón.

Dieron las 9 y algo, tenía que retirarme a mi casa, la mamá de Susana le pidió a la sirvienta que me pidieran un taxi, yo por supuesto insistí en que no lo hicieran, pero era obvio que mis suplicas no serían aceptadas.

Mientras esperaba el taxi, los papás me agradecieron que allá aceptado la cena, me dijo el papá: eres un buen muchacho, no cambies. La mamá dijo: No olvides traerme tus escritos Frank. Y me sonrío. Di las gracias y por supuesto señora, con gusto los traeré.

Susana y yo nos quedamos afuera esperando al taxi, nos dimos un fuerte beso y pensé en darle una pequeña sobada a su trasero, no era tanta la lujuria de sentir su cuerpo, si no el peligro de que su papá nos viera y así fue, cuando lo hice el papá salió casi igual de disparado que el chihuahua, dijo: ¿Aún no llega? Estos taxis cada vez son más lentos, y todavía te cobran como si te llevaran… y antes de que terminara llego el taxi, me despedí de Susana y del señor: Gracias, nos vemos.

Cuando subí al taxi mire la cara del papá de Susana, no podía soportar la risa, y el taxista pregunto que por qué reía de la nada, le conté la historia y comenzó también a reír.

Llegué a casa y mi papá miraba la televisión, esa noche fue cuando le comenté que ya quería vivir solo, comprarme un departamento y cosas así.

Él se miro triste, pero entendía creo yo, él también se fue joven de su casa, y solo dijo: Okey.

Capitulo 3

Al despertar Susana me marca al celular.

Susana: ¿Amor?
Frank: Sí, hola amor.
Susana: Vístete, y pasas por mí en una hora, acá te digo a dónde iremos.
Frank: Yo también te amo.
Susana: Anda Frank, llegamos tarde.
Frank: ¿A dónde?

Colgo…

Entonces supe que sí era urgente, entre a tomar una ducha rápidamente, cepille mis dientes y recibí un mensaje de ella:
Susana: Oye por cierto, vístete correctamente.

Mierda, era algo de su familia sospeche, saque una camiseta Hugo Boss negra que me regalo el papá de Susana, y unas botas negras de piel de Venado y unos Levis, me sentía bien y creo que estaba bien vestido.

Subí al auto y arranque, en el camino pensaba mucho en Sarah, recordaba sus piernas largas y sensuales, las movía con una delicadeza, era una mujer completa.

Decidí prender la radio para distraer mi mente de aquella dulce fémina, no encontré nada interesante y puse un disco, uno de mis favoritos “Física y Química” de Joaquin Sabina. Sonaba: Amor se llama el juego. Uno de mis temas favoritos por cierto.

Llegué y Susana tenía un vestido muy elegante, gafas y un sombrero grande, hice un comentario gracioso sobre su sombrero, dije: Cierra el paraguas.
Me miro medio molesta.

Susana: Vamos al hipódromo, arranca llegamos tarde.
Frank: ¿qué? Sabes que no me gusta eso, es aburrido, ¿por qué no me dijiste?
Susana: Porque si lo hacía ya no ibas a querer venir, así que ya estamos aquí andando, además no te hace nada por ir una vez.

No dije nada y decidí.

No hablamos casi nada en el camino, solo me comento que estarían sus papás y unos amigos de ella. Pero no dijo a quienes, esperaba que fuera Sarah.

Llegando salude a todos como de costumbre, no estaba Sarah, solo el maricón de Justino y Nicol, ellos hablaban de no sé que cosas de apostar junto con el papá de Susana, Susana estaba con su mamá y yo estaba mirando la zona.

Me puse a caminar sin rumbo, de pronto, estaba ella…

Sarah: ¡Frank! Que milagro volverte a ver.
Frank: Lo mismo digo.
Sarah: ¿Dónde están los demás? O viniste solo a apostar (ríe)
Frank: No, para nada. Los demás están en aquella zona (señale) si quieres vamos.
Sarah: Suena bien, pero… acompáñame olvide algo en el auto.
Frank: ¿Qué?

En mi mente yacían pensamientos impuros. Me imaginaba que al llegar bajaría mis pantalones y me daría una santa ma… (Alguien grita)

Sarah: ¡FRANK! ¿ME ACOMPAÑAS?
Frank: O, sí, sí, claro vamos.

Sarah: Te gusta apostar Señor Frank.
Frank: Para nada, creo que hay mejores formas de emplear el dinero.
Sarah: ¿Cómo en qué?
Frank: No sé, igual, yo no tengo dinero para gastar de esta forma.
Sarah: No necesitas ser rico para apostar, hasta podrías hacerte rico siendo nadie y apostando unos cuantos billetes.
Frank: Quizás, pero no es lo mío.
Sarah: Que interesante.

Al llegar al auto saco sus gafas.

Sarah: ¡Aquí están! ¿Te gusta cómo me veo?
Frank: Mmmmm sí, te vez bien.
Sarah: Te miras nervioso Frank.
Frank: ¿Enserio? ni en cuenta.

Realmente sí lo estaba, me sentía un poco excitado al mirar sus piernas, llevaba un short de mezclilla muy corto, y una blusa que dejaba notar su sexy abdomen.

Sarah: Te importa sí…

Mi mente: BESAME, BESAME, BESAME.

Frank: Besa…
Sarah: ¿Besa? ¿qué beso?
Frank: Nada, nada olvídalo.
Sarah: ¿Se siente bien señor Frank?
Frank: sí, perdón. Me perdí en su belleza.
Sarah: O, bueno (se sonrojo) eso no me lo esperaba, gracias.

Sin pensarla dos veces la bese.

Ella no lucho, se dejo llevar, subimos a su auto y fuimos a su hogar, seguíamos besándonos, como si no importara nada, subimos a su habitación, besos, caricias, ella me recorría con su lengua, quitaba cada prenda delicadamente, y yo hacía lo mismo con ella, deje al descubierto sus hermosos pechos, los toqué….

Sarah: ¡SEÑOR FRAAAAAAAAAAAAAAANK!
Frank: ¿E?
Sarah: ¿Está bien?
Frank: Sí, sí por qué no e de estarlo.
Sarah: Dejo de moverse y yo le hablaba usted estaba como en otro mundo.

Mierda, debo estar más vivo.

Sarah: Vamos con los demás Frank.
Frank: Sí, vamos.

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Justino: ¿Y tu poeta, dónde está?
Susana: No lo sé, comenzó a caminar y ya no lo vi.
Justino: Ja, seguramente se fue escribir en alguna pared ilegalmente o cosas de esas.
Susana: Nada que ver, él es bueno, nada que ver.
Justino: Mira, ¿no es ese?
Susana: Sí… es, Sarah.

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Sarah: Hola chicos.

Ellos se saludaron y yo me aleje, se me acerco Susana.

Susana: ¿Dónde estabas? ¿Por qué venías con Sarah?
Frank: Vagaba y la encontré, después me dijo que quería ir por sus lentes y me pidió que la acompañara y punto.
Susana: ¿Tardaron mucho no?
Frank: No se me hizo mucho.
Susana: ¿Enserio? así de sínico, pues te regresas solo, me voy con Justino.
Frank: Como quieras.

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Al terminar todas esas mierdas de carreras que no entendí nada, la vi retirarse junto con el marica de Justino, no me provocaba celos, de hecho, ni pensaba en ella, solo en Sarah.

Sarah: ¿Y Susana?
Frank: Se fue, me dejo para irse con el joto de Justino.
Sarah: ¡MUERDELO! ¿ESTÁS CELOSO?
Frank: Para nada, pero ese tipo no me cae nada bien.
Sarah: Te entiendo, a veces no suele ser la mejor persona en el mundo, pero cuando lo conoces bien no es más que un gatito.
Frank: Entonces lo mataré 7 veces.
(Ella ríe)
Sarah: Me encanta Frank, venga, vamos a tomarnos una copa.

Yo encantado…

Llegamos a su casa.

Sarah: Aquí es.
Frank: Espera.
Sarah: ¿e?
Frank: No te bajes, yo te abro.
Sarah: Gracias caballero. (Sonrió coquetamente)
Frank: Dama, luce usted hermosa esta tarde.
Sarah: Huy Señor, me doblego ante su hombría.
(Le sonreí y ella me guiño el ojo)

Entramos, y fuimos hasta su mini bar.

Sarah: ¿Que te sirvo?

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Justino: Llegamos nena, vamos a entrar.
Susana: Vamos…
Justino: Ten, un whisky relájate amor.
Susana: Me hace falta corazón.
Justino: ¿No te cansas de ese imbécil?
Susana: a veces, pero es qué no sé, siento que lo quiero.
Justino: Solo es la costumbre, has estado con él mucho tiempo, siempre pasa.
Susana: Supongo.
Justino: Ven amor (la cargo y la llevo a su habitación) te ayudare a no pensar en el gato.
Susana: Me encantas…

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Frank: Whisky por favor.
Sarah: Me llama la atención Frank, tiene un no sé qué, que me llama mucho la atención. (se me acerca tentadoramente)
Frank: ¿Enserio?
Sarah: Sí, ¿qué piensa usted de mí señor Frank?
Frank: Pues… que eres una mujer muy sensual, hermosa, elegante lo tienes todo, la mujer perfecta.
Sarah: ¿Y Susana?
Frank: Algo sé, la amo. Mucho la amo. Y creo que jamás la engañaría.
Sarah: ¿Enserio?
Frank: Sí.
Sarah: ¿Ni conmigo señor Frank? (Se sentó en mis piernas y comenzó a sobar mi cabello)
Frank: No señorita. (Tome su mano y la quite, la aparte de mí y termine mi whisky) creo que mejor me voy, Susana me debe estar esperando.
Sarah: (comienza a reír)
Frank: ¿Qué es tan gracioso?
Sarah: Susana te engaña.
Frank: Buen intento, pero no quiero nada contigo.
Sarah: Mira. (Me mostro una foto de Justino y Susana besándose y otras más sucias)
Frank: ¿Es enserio? ¡Esto es una broma! ¿Verdad?
Sarah: Qué perra fue Susana, eres un buen tipo, uno muy bueno para ella, no te merece.
Frank: ¿Dónde está?
Sarah: En la casa de Justino.
Frank: ¿Dónde vive mierda?
Sarah: Te llevo.

Subimos al auto, no me lo imaginaba, esto era una maldita broma seguramente, estos niños ricos querían jugarme una puta broma.

Llegamos a la casa de Justino.

Sarah: Aquí es.

(Bajo del auto y toco la puerta)

Justino: ¿Sí? ¿Aaa Poeta, que quieres?
(Se asoma Susana en bata)
Susana: …
Frank: ¡Maldita perra!

Jamás volví a saber nada de ellos, volví con mis padres, las noches volvieron largas.

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Justino: Aja, todo salió bien.
Sarah: Sí, ese poeta era un buen tipo, muy caballeroso, muy perfecto.
Justino: Sí, pero no es de nuestro nivel, así que no importa cuán hombre sea, sigue siendo un gato.
Sarah: Un gato muy perfecto.
Justino: Lo que digas, la maldita de Susana no deja de marcarme llorando, dice que está muy triste y que me necesita. Sera mejor que anunciemos nuestra boda amor.
Sarah: Sí, así será.

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FIN

 

Interesante relato. Se ha colocado en este foro por ser más pequeña en tamaño que las prosas que ofrecen más de 30 minutos de lectura, que son las únicas que pueden ser publicadas en el foro para relatos extensos. Le dejo la esta liga para futuras publicaciones:
http://www.mundopoesia.com/foros/showthread.php?t=445437

saludos afectuosos, feliz fin de semana.

equipo mod.

 

AAAAAAAAAAA!!!! Sí, es verdad no me había dado cuenta perdón, lo cambio ya mismo!! :O
Un saludo y muchas gracias