Un evento inesperado

El silencio se apoderó de la noche, giró lentamente su cabeza y por sus mejilas recorrian dos lágrimas cristalinas, un corto suspiro y un sollozo se pudo escuchar razgar aquel ambiente silencioso, él la tomo por su brazo intentando detenerla antes que ella pudiera girar su cuerpo por completo, ella se rehusaba a mirarlo, sabía que no podría sostener su aparente fortaleza ante su mirada, sabía que no podría negar sus sentimientos de nuevo. Acarició su mano muy delicadamente, intentando con aquello recuperar la magia de aquel momento que se acabó de desvanecer.
Para el fue el momento mas maravilloso de su vida, estaba tomando la mano de la mujer que amaba y para ella fue un loco impulso de su corazón inspirado por el exceso de champagne y la agonía de la soledad.
- Karen, dime que esto que paso es real, dime que no fue un simple sueño y que pronto despertaré - fue lo poco que alcanzó a decir mientras la sostenía entre sus brazos. Ella giró la cabeza lentamente intentando aparentar serenidad aun cuando por dentro se moría de las ganas de gritar lo mucho que lo amaba.
- Gonzalo, si fue real y tambien fue unico, pero eso no quiere decir que no sea un sueño, un sueño que en pocas horas perderá su encanto y se desvanecerá, en verdad lo siento pero esto no puede ser de esta manera - intentó alejarse pero su cuerpo rehusaba a las ordenes de su cerebro que se sentía a gusto asi. tomó fuerzas y estiró sus brazos empujandolo, pero él en una acción instintiva tomó su muñeca - Déjame, me lastimas - dijo ella y automáticamente Gonzalo abrió su mano, Karen giró sobre sus talones y nuevas lágrimas invadieron su rostro - En verdad disculpame, esto no debió jamás ocurrir y te juro que asi será, porque aqui no ha pasado nada, ¿entiendes?, solo fue como dijiste tu "un sueño", mañana despertarás a la realidad, Adiós - Comenzó a caminar muy rápidamente, Gonzalo quería salir corriendo detrás de ella, pero se dio cuenta que hubiera sido inutil y se dejó caer abatido y de rodillas sobre el frío pavimento al notar como la lluvia mojaba su tristeza y le acompañaba en su llanto.
Cerró los ojos por un instante... Un solo instante y pudo escuchar un inconfunible sonido clavarse en su mente aquel instante y sintió en su pecho un profundo dolor, por instinto se llevó las manos al pecho y pudo mirar como su sangre se extendía sobre ellas, y así de rodillas y con la mirada al cielo su vida se consumía rápidamente.
Mientras la acera se teñía de rojo su conciencia se fue apagando, tomó una bocanada de aire por ultima vez.