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Un Hombre busca...

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Jezabell, 3 de Junio de 2006. Respuestas: 1 | Visitas: 704

  1. Jezabell

    Jezabell Poeta recién llegado

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    3 de Junio de 2006
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    Observó por la ventanilla del avión el nocturno paisaje cordobés. Todo le resultó tan familiar…la misma sensación que venía experimentando desde hacia tantos años llego hasta él y de nuevo se sintió como un niño, aterrizando expectante bajo el amparo de su padre. Ya podía sentir el aire serrano invadiendo sus pulmones, tan diferente al de Buenos Aires.

    Buenos Aires… un dolor atravesó su pecho, como una puñalada. Recordó que hacia apenas unas horas había tenido que dejarlas allí, aguardándolo inútilmente.
    Le dolía en el alma no poder verlas y mas aún cuando en los conciertos no había tenido oportunidad de sentirlas tan cerca como deseaba.
    Pero ahora, hoy, su mundo era diferente. Su vida transitaba caminos en los que ellas, las mismas de ayer, no podían estar presentes, al menos no de un modo directo, personal. Debían conformarse con el artista esta vez. Debían comprenderlo…

    _ Este lugar es maravilloso_ dijo con una media sonrisa en sus labios. _ La gente aquí es tan cálida, verás como te sentirás a gusto aquí._ Su acompañante no quitaba la vista del pequeño vidrio que con dificultad le devolvía los oscuros colores de una noche estrellada.
    Apenas asintió con su cabeza, como tratando de no ser descortés ante el comentario.
    Él se sumió en pensamientos recurrentes. Preguntas que no lo abandonaban desde hacia varios meses.
    Sentía su cuerpo agotado, como enfermo. La suerte le había jugado malas pasadas últimamente. Su voz se había visto resentida producto de algún descuido. Los detalles mas cuidados se salían de su curso. Su público, cautivo, soltaba a veces sus cadenas y él sentía que todo se escurría como agua entre sus manos. Algo le impedía despegar y sus pies se aferraban a una tierra que con el paso del tiempo se volvía cada vez más difícil de sembrar y cosechar.
    Una mala energía lo rodeaba. Algo tan fuerte como su voluntad le hacía frente y él podía sentir que estaba perdiendo la batalla.
    El avión detuvo su marcha y todos se dispusieron al descenso. Se montó la misma comedia de siempre, ridícula, inevitable. Demasiados hombres para cuidar una farsa.
    Entre luces amenazantes escaparon hacia el vehículo que aguardaba por ellos. Una vez dentro y en la oscuridad que los cernía alcanzó a tomarle la mano. Ella no estaba nerviosa, mas bien fastidiada de toda aquella situación.
    Observó una mueca en su rostro. Se aburría y él lo sabía. Pero su cariño pretendía no saberlo. Se acostumbrará… repetía en silencio… ella va a lograrlo, alguien tiene que lograrlo.
    La rutina, las horas muertas, la espera, el encierro… ¿Cómo acostumbrarse a todo eso?, pero así era su vida… tanto glamour disfrazando un enorme agujero en el que cualquier alma ilusionada podría perderse sin remedio.

    El auto avanzó unos metros cuando las vio. Tras los oscuros vidrios podía distinguirlas. Eran pocas… cada vez menos, pero allí estaban. No había gritos, ni histeria como en otras ocasiones. No eran las antiguas, estas eran nuevas…claro, pensó, muchas ya lo comprendieron.
    No eran niñas, sino jóvenes mujeres…Todos hemos crecido, se dijo a si mismo.
    Hizo detener el auto en un intento por prolongar esa imagen, esos instantes que cada vez le resultaban más escasos y no podía evitar extrañarlos con locura.
    Ellas no se movieron. Una mezcla de sorpresa y expectativa rodeaba sus rostros. Buscaban detrás de la oscuridad reclamando un segundo de su presencia, pero ya ni eso podría darles.
    Tuvo tantos deseos de bajar la ventanilla y dejarse consentir, mimar y querer como cuando era un jovencito.
    Con la sonrisa clavada en sus labios las miró, una por una, tratando de recordarlas, procurando no olvidarlas.
    ¿Qué podía hacer?, ¿ qué mas podía darles?. Él se entregaba por entero en sus conciertos y anhelaba que aquello fuera suficiente pero muchas veces sentía que no era así
    Si su vida toda la dejaba sobre un escenario, ¿porqué siempre pretendían más de él?

    Una extraña sensación invadió sus sentidos. Toda su vida la había pasado buscando algo.
    Un sueño, un logro, un éxito, un amor… Aquello había sido pura búsqueda y aún no se resignaba. Había tanto porqué luchar y él seguía de pie dándole pelea a la vida.
    Corriendo tras un sueño abandonó un calor de hogar que fue y sigue siendo su herida más grande. También dejó atrás lazos de sangre y cariños sinceros.
    Hoy, cuando pretendía detener su carrera ya no se lo permitían. Pero tenía que hacerlo, debía seguir buscando hasta encontrar aquello que lo hiciera sentir por fin, un hombre completo.
    Y en esa búsqueda estaba, llevando de la mano una nueva posibilidad.

    Le interrumpió los pensamientos un apretón en su brazo. Sus pupilas de gato le rogaban un descanso. Sonrió complaciente y ordenó reanudar la marcha.
    Ellas, las que no esperan nada, lo vieron alejarse y renovaron la tristeza.
    Aquella que últimamente se negaba a abandonarlas.



    Basado en un hecho real ocurrido en Córdoba, Argentina.
    Noviembre de 2005
     
    #1
  2. luz

    luz Exp..

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    11 de Octubre de 2005
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    GRACIAS POR COMPARTIR ESTE BELLO ESCRITO EN ESTA TARDE HERMOSA...RADIANTE DE SOL...UN BESO GRANDOTE TE QUIERE TU AMIGA LUZ
    TE DEJO MI CORAZON...
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    #2

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