Un lugar

En varios tiempos intenta deslizarse a través de la intemperidad que lo amasija en el vacío.
Es un muchacho y está en él, huir de esta nociva situación.

Es aun mas extraño pensar que alguien o, que algo se aproxima hacia vos, no con buenas intensiones, y, lo mas extraño es, girar la cabeza y ver que allí de tras nuestro no hay nadie.

Eso es lo que transmiten sus ojos.
Una soledad transparente, y un pasado cruel que lo persigue deliberadamente.

Los fantasmas de la mente, trabajan a destiempo en afán de generar inhóspitas secuencias, en las que en realidad no vemos nada, pero aun así, sabemos que están ahí, en algún recóndito pasadizo de nuestro trasmundo mental.

El pibe sigue corriendo desesperadamente, hacia un punto extremo, al que no podría ni siquiera imaginar.
Sin embargo sabe que debe estar mas adelante.

El miedo lo ha invadido, detesta admitirlo, pero su cuerpo tembloroso lo delata.

Recuerda mientras llora, el beso en la frente, que su madre le regalaba cada mañana al despertar y al terminar el día.

Casi sin fuerzas sigue en su carrera contra la muerte, y nota en su agonía que pronto llegará la noche.
Está mojado en orines y en transpiración, pero nunca se a detenido, ni siquiera para aquello.

Su vida no ha sido muy buena.
Aunque abriga una mísera esperanza.
El olor a final se recluta en el extraño smog rutero.
Que se acomoda impune y se las arregla prepara para una invasión inminente.

Se acaba el piso y se hunde en la nada, pero no deja de marchar.
Sus músculos y huesos no responden y comienzan los manotazos en distintas direcciones.
La nada logra inmovilizarlo.
Y a un paso de la asfixia… logra oír un débil hilo de voz; que reconoce de inmediato.
Son los gritos desesperados de su madre, que intenta reanimarlo desde hace unos minutos, luego de haber caído por las escaleras.
Intenta reconstruir sus últimos minutos antes de su desplome.
Siente una humedad tibia gelatinosa rozando y ejecutando en su rostro, esponjosas bofetadas viscosas que cree reconocer de inmediato.
Claro son los lengüetazos de tyson, su gran amigo. Su hermoso ovejero manto negro de pelo largo, que lo ha venido a rescatar de las tinieblas.

Abre los ojos, y balbuceando sonríe diciendo su nombre.
Tyson, tyson y sonríe.
Donde estas tyson.

Luego de haber despertado y con el correr de los días, se fue enterando de todo un poco.
Que tenía una familia propia, pues estaba casado, y con dos hijos adolescentes.

Y una señora extraña le explico que estuvo un año en coma, luego de una golpiza recibida en el momento en que fuera asaltado por varios maleantes.

Pero sin embargo lo mas difícil de entender fue, saber que tyson, su hermoso ovejero manto negro de pelo largo, aquel que lo había traído de regreso.
Fue la mascota de su infancia, su amigo inseparable.
Entristeció de repente y lloró desconsolado como un niño… luego sonrió de felicidad de saber que como había jurado.
Aquella vieja promesa, se había cumplido.
Y recordó entonces con profunda emoción, sus sentidas palabras, ante la muerte de su perro.
En algún lugar nos vamos a encontrar…

tyngui sanchez

 

dedicado con mucho cariño a mi perro tyson, desaparecido hace tres años.
tyngui sanchez

 

Dejé un comentario a esta entrega el otro día pero hubo problemas y todo lo que escribí ese día, al parecer desapareció.
Me gustó mucho como lo fuiste presentando y el final una joya. Mucha sensibilidad desbordada. Lamento que desapareciera, no saber dónde o cómo está tiene que ser muy duro.

Cariños, tyngui

 

gracias palmira, me honras con tu paso y tu pluma reflexiva, siempre con la palabra justa, apoyando al corazón en todas sus expresiones.
te deseo lo mejor.
abrazo enorme.
tyngui sanchez

 

gracias valerie!!
tyngui sanchez

 

gracias y mil gracias.
tyngui sanchez

 

Divinidad de letras en la excelencia del arte.