Un nuevo viaje

Una vez más vuelvo a decir todo lo que mi corazón me dicta, a contar los pedazos rotos para recomponerlos en su lugar.
Nunca será igual, y la herida abierta es tan grande como un puño.
Donde antes se encontraba la parte más importante de mi cuerpo, ahora solo hay un trozo de hielo.
Espero de verdad que una sola persona sea capaz de derretirlo, y derretirme de nuevo. Conseguir que mi sangre vuelva a fluir y me de seguridad para vivir.
Ver de nuevo unos ojos que hagan que el sol brille en mí cara. Que unas manos hábiles me hagan pensar en un invierno largo, infinito, sin fin.
Los labios más cálidos del mundo me den esa miel sin la que nadie puede existir. Una sonrisa, a veces tonta, simplemente que diga que ella esta en este mundo para mí, a veces robada por mis bromas, que me diga que todavía siente felicidad cuando la hablo y suelto las patochadas que acostumbro, como esta que escribo aquí.
Cada pelo de su cuerpo, como rayos de luz de luna anunciando continuamente la libertad para elegir, para elegir seguir la vida a mi lado, para caminar por los senderos de un destino que no creo, y que nada ni nadie sería capaz de cambiar, pues solo con amor sincero espero al alma en el que creo, pues un romántico, tal vez el último de película en blanco y negro, tal vez el último que cree que el amor es así de débil o de fuerte, según la profundidad de la mirada cuando se está cara a cara.
Me niego a pensar en un final si una amada, sin una persona que me de la mano a cada momento, sin un beso por descuido, sin un hola susurrado al oído.
Sin todo esto no hay nada, sin un abrazo fuerte cuando el tiempo sin verse es demasiado, sin el aliento a cada segundo en mi cuello o en el tuyo. Sin el amor bajo las sábanas, la desnudez de nuestras almas, los contactos, las caricias, andar por las calles de Madrid, París, Nueva York o Pekín. Ir de la mano, o casi abrazados, con tu mano en mi bolsillo, y yo sujetándote fuerte como si siempre tuviera miedo de hacerte huir.
Cada día de mi vida espero encontrar aquello que tú que acabas de leer esto, estás soñando ahora mismo, por que sé que en el fondo de tu corazón, si no lo has dejado ya, es por aquel libro leído hace tiempo, por aquel poema que te hizo romper a llorar, por aquel príncipe azul que te rompió el corazón, y que ahora te hecho así, dura y fría como el hielo, como este trozo de diamante sin pulir que ahora yo también tengo en medio del pecho.
Ahora busco mi camino, ahora me lanzo buscar, con un billete en la mano, y un mundo nuevo por descubrir, un mundo nuevo por conquistar, un mundo nuevo que no sé donde está.
Okr