Un pez que se muerde la cola

El proceso de consolidación democrático. Es el empoderamiento del pueblo, cada opinión es importante pero van a imperar siempre las opiniones mayoritarias. Es una democracia matemática que sólo puede colapsar cuando la minoría se hace mayoría (revolución francesa). Y aunque eso pase la tortilla se vuelve a dar la vuelta porque tendemos a olvidar de dónde venimos ya que la historia nos la cuentan siempre los que ganan. Y los que han ganado han sido los egipcios, los griegos, los romanos, etc. Por eso estudiamos en la escuela lo que estudiamos.

Por lo tanto la democracia es un estado social imperfecto. Y como tal no es de recibo que la civilización humana se quede en mitad de un proceso que lleva a la perfección social.

La política ha pirateado nuestros valores utilizando a la democracia como catalizador. Nuestros políticos hacen lo impensable para que veamos lo humanos que son, porque necesitan que la mayoría les apoye aunque haya una minoría contraria y exponga con más o menos acierto lo alejado de nuestras realidades que éstos están. Nos engañan en época electoral, en navidades, en cualquier festividad e incluso cuando no deberían hacerlo porque no son capaces de quitarse esa máscara que les rodea el cuerpo y la mente.

Las máscaras con las cuales salimos a la calle han sido diseñadas por los técnicos del sistema, por las autoridades competentes y, en última instancia, por las élites. Los técnicos del sistema son personas que trabajan para las autoridades competentes que a su vez hacen lo que diga la élite.

Es un sistema basado en la oferta y la demanda, en lo superfluo y efímero. Es mantener de forma constante al individuo con la expectativa de mejora que nunca llega a su fin a través de lo material, si no que secuestra nuestra espiritualidad. Es un pez que se muerde la cola.

Se crean los sistemas capitalistas y socialistas porque es lo más adecuado para que una estructura mundial emerja y lleve a cabo todo lo establecido por las élites. No lo hacen de manera inmediata si no que se usan las estructuras creadas para que el mensaje vaya calando a través del tiempo. Hacen que el enemigo trabaje para ellos, que lo hagan sin darse cuenta y que crean que es por su bien.

Con amigos así quién va a necesitar enemigos. Pues son las élites las que necesitan crear esos enemigos para justificar y sentar precedentes (jurisprudencia) en sus respectivos territorios. Mientras el mundo sigue sumido en una especie de edad moderna globalizada, hay otro mundo que vive en la edad media y muere de hambre, de pobreza imperial establecida por sus enemigos.

Por eso cuando una persona del otro mundo aparece en nuestro mundo feliz es rechazada, se lo acusa sin más justificación que las leyes impuestas por los que nosotros llamamos amigos, gobiernos y estados. Gobiernos y estados que llamamos del primer mundo, pues el otro mundo sería pues el tercero.

No interesa saber que hay un segundo, lo que se llaman países en vías de desarrollo que van camino de copiar al primero. Copiar en el amplio sentido de la palabra, copiar sus fronteras, entradas y salidas registradas. Copiar los estados del bienestar, materialismo. Copiar la cultura, romper con las tradiciones. Copiar la economía, globalización de las cosas no de la gente. Copiar a Dios, religiones monoteístas. Copiar las mentes, separar a nuestro yo interior. Se trata de confundir al individuo para que se corrompa, extender como veneno por toda la civilización la creencia de humildad y sencillez ligadas al individualismo, desligar al cuerpo del espíritu mediante la farsa de la religión. Creando dogmas que confronten a países enteros por intereses que manejan las élites.

Siempre va a haber un pez que se muerde la cola, porque siempre que se quiera profundizar en un sentido u otro vamos a encontrarnos en callejones sin salida. Sucede con la Historia y la Prehistoria, con la ciencia y la religión, con la vida y la muerte, con la victoria y la derrota.