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Un poema de Gabriela Mistral

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por La Sexorcisto, 14 de Septiembre de 2022. Respuestas: 1 | Visitas: 303

  1. La Sexorcisto

    La Sexorcisto Lluna V. L.

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    *Me encanta este poema, de los que lees y te inspiran de inmediato con su rica lírica.

    Nocturno de los tejedores viejos


    Se acabaron los días divinos
    de la danza delante del mar,
    y pasaron las siestas del viento
    con aroma de polen y sal,
    y las otras en trigos dormidas
    con nidal de paloma torcaz.

    Tan lejanos se encuentran los años
    de los panes de harina candela
    disfrutados en mesa de pino,
    que negamos, mejor, su verdad,
    y decimos que siempre estuvieron
    nuestras vidas lo mismo que están,
    y vendernos la blanca memoria
    que dejamos tendida al umbral.

    Han llegado los días ceñidos
    como el puño de Salmanazar.
    Llueve tanta ceniza nutrida
    que la carne es su propio sayal.
    Retiraron los mazos de lino
    y se escarda, sin nunca acabar,
    un esparto que no es de los valles
    porque es hebra de hilado metal.

    Nos callamos las horas y el día
    sin querer la faena nombrar,
    cual se callan remeros muy pálidos
    los tifones, y el boga, el caimán,
    porque el nombre no nutra al destino,
    y sin nombre, se pueda matar.

    Pero cuando la frente enderézase
    de la prueba que no han de apurar,
    al mirarnos, los ojos se truecan
    la palabra en el iris leal,
    y bajamos los ojos de nuevo,
    como el jarro al brocal contumaz,
    desolados de haber aprendido
    con el nombre la cifra letal.

    Los precitos contemplan la llama
    que hace dalias y fucsias girar;
    los forzados, como una cometa,
    bajan y alzan su “nunca jamás”.
    Mas nosotros tan sólo tenemos,
    para juego de nuestro mirar,
    grecas lentas que dan nuestras manos,
    golondrinas –al muro de cal,
    remos negros que siempre jadean
    y que nunca rematan el mar.

    Prodigiosas las dulces espaldas
    que se olvidan de se enderezar,
    que obedientes cargaron los linos
    y obedientes la leña mortal,
    porque nunca han sabido de dónde
    fueron hechas y a qué volverán.

    ¡Pobre cuerpo que todo ha aprendido
    de sus padres José e Isaac,
    y fantásticas manos leales,
    las que tejen sin ver ni contar,
    ni medir paño y paño cumplido,
    preguntando si basta o si es más!

    Levantando la blanca cabeza
    ensayamos tal vez preguntar
    de qué ofensa callada ofendimos
    a un demiurgo al que se ha de aplacar,
    como leños de holgura que odiasen
    el arder, sin saberse apagar.

    Humildad de tejer esta túnica
    para un dorso sin nombre ni faz,
    y dolor el que escucha en la noche
    toda carne de Cristo arribar,
    recibir el telar que es de piedra
    y la Casa que es de eternidad.
     
    #1
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  2. Beache

    Beache Bertoldo Herrera Gitterman

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    ¿Tendría Gabriela y otros poetas, algunos poemas que consideraban mejores o peores que los demás?
    Este que acabo de leer, está muy lejos de aquellos que yo le considero mejores,
     
    #2

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