1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Un sábado al mediodía y un balcón de mi barrio

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Évano, 6 de Abril de 2013. Respuestas: 4 | Visitas: 732

  1. Évano

    Évano ¿Misántropo?

    Se incorporó:
    16 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    8.834
    Me gusta recibidos:
    5.437
    Género:
    Hombre
    El mediodía lanza sus rayos de primavera por toda la calle donde vive mi madre. Yo estoy sentado en una mecedora del balcón soleado. La brisa de abril es un poco fresca por la reciente lluvia. Con un bolígrafo de Kukuxumuxu, y unos papeles sueltos y desgarbados, tomo nota de lo que ocurre en este barrio metropolitano de Barcelona. Es la una del mediodía:

    Un gitano gordo y calvo, desde la esquina de los cuatro cruces, hace sonar un teclado mecánico. La música es un paso doble alegre y vuela por los rincones, alta y clara, como automática que es.

    Palmeo mi muslo izquierdo porque estoy alegre y feliz.

    El vozarrón de una señora sesentona, que esta sentada en una mesa de la cafetería de enfrente, se mezcla con la música:

    —Mi marido es un inútil, lo han echado del trabajo por cuatro duros y ahora no encuentra otro. ¿Qué quieres... con la edad que tiene...? —grita mientras se acerca la mujer del gitano —un cantante por necesidad— con una lata, para pedir la paga por el trabajo de su marido.

    La gitana se marcha con mala cara y con la negativa de la limosna.

    Enciendo un cigarrillo de caldo de gallina —como los de mi padre y abuelo—, y sonrío ante el retroceso que ha dado esta España de Patrás.

    Arriba, enfrente de mí, tras el humo exhalado, una negra guapa barre y friega su balcón con un niño pequeño atado a las espaldas. De vez en cuando el bebé sobresale de las barandillas. Es un cuarto piso y ahora palmeo mi muslo por nerviosismo. ¡Menos mal que está dormido!, me exclamo.

    La mujer ha mirado para abajo, para ver quién ofrece semejante griterío. Es la de siempre, debe haber pensado, porque no se inmutó.

    Extraigo, del bolsillo de la camisa, la bolsa de tabaco picado, para ver si paso con ella todo el fin de semana. Me queda poco Pueblo —pues así se llaman los cigarrillos que me lío— y pienso que soy un político o ricachón fumándome a su pueblo.

    El camarero de la cafetería sale a fumar. Es todo gafas su rostro y lleva un delantal desde el cuello a las rodillas, sobre una camiseta negra y unos tejanos. Parece el de un herrero con tanto manchurrón. Cuatro mujeres arriban a su puerta y se paran delante del letrero que anuncia los menús.

    —No hay quién entienda lo que pone —se dicen unas a otras.

    Es verdad, las letras parecen olas en una tormenta y los números no se sabe en qué sistema están, si es decimal, romano, binario o ¡vete a saber!

    El camarero las ha mirado de reojo y se ha tragado el humo. Espero a ver por dónde sale, pero el humo se ha querido quedar; quizás de un momento a otro lo haga por las orejas.

    Por la otra puerta sale un joven con una cruz tatuada en el antebrazo. Lleva chaqueta de cuero negro remangada y habla por el móvil. Por la pinta seguro que está pidiendo que le traigan más costo. Mira a las mujeres y estas a él. Todos se conocen y se escrutan con las esquinas de los ojos.

    El camarero ha encendido otro cigarrillo, quizás espere el resultado lógico de ver el humo de su hoguera.

    —¿Sabes algo de tu mujer? —le pregunta una, sin cortarse un pelo.

    —¡Que se vaya a la mierda! —es la respuesta brusca, justo en el momento que la fuerte música ha cesado.

    Tres niños más de la negra del balcón han asomado sus cabezas, para identificar al bramador. Al momento la madre corre tras ellos y les da una colleja a cada uno. Le pisaron el suelo recién fregado. El bebé giró tan bruscamente y sobresalió tanto por las barandillas que he pensado que quizás vendría a parar hasta mi balcón, dos plantas más abajo y enfrente de él.

    El joven tatuado continúa hablando por teléfono. A mí no me llama nadie, salvo Telefónica, para recordarme que mi saldo, si no lo gasto, lo perderé. Les ha faltado decirme ¡que ya está bien!, que puse cinco euros hace siete meses y todavía me quedan más de dos. ¡Qué quieren, no tengo trabajo!

    [SIZE=3]Mi sobrino nieto ha entrado con un balón de fútbol, aporreando las cristaleras. Mi madre le da la bronca —no por jugar en casa—, si no por venir sólo. Es normal, tiene cuatro años y se ha escapado con un amigo. Pronto vendrá su madre y se llevará una buena. Mi sobrino nieto es tan movido que parece que tenga un gemelo, pero no lo tiene. Es supercalifragilisticoactivo.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]El camarero ha vuelto a entrar. No sé para qué, pues no tiene a nadie. Las mujeres se han ido con muecas en las bocas, están contentas y rabiosas a la misma vez, por la mujer fugada. Contentas porque se lo estará pasando en grande con el joven que se ha fugado. Rabiosas por pura envidia.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]El hijo de la frutera viene para su casa echando humo por la garganta, por la tráquea. Este no es capaz de retenerlo, me digo; ha tenido cáncer y le han agujereado el cuello. Anda lento, cansado, y parece que vaya desapareciendo poco a poco, día tras día.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]El gitano se ha llevado la música a otra parte, pero no muy lejos, a la calle de abajo. Ahora suena "Viva la vida"; es una canción más alegre aún que el pasodoble anterior y le ha subido el volumen. Ahora, o le dan algún dinero, o reventará los tímpanos a más de uno.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]Mi hermano se ha levantado. Este mes trabaja por la noche. Es policía.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]—¡En este puto barrio no hay quién duerma! —las palabras dichas con dureza no se corresponden con el tono tan bajo con las que lo ha dicho. Es más costumbre que otra cosa, aunque sea verdad.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]Se me han acabado los papeles arrugados y pequeñajos en el momento justo, cuando la música se acabó. La negra de enfrente cerró el balcón y alguien entró por fin en la cafetería para entretener al camarero. No sé si ha sido peor que le entrara un cliente, porque ahora se oyen gritos de que el ya no sabe si es español o catalán, con esto del referéndum de la independencia catalana.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]Tres o cuatro jubilados han salido a los balcones, para disfrutar del ahora casi tranquilo mediodía.
    [/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3]Le doy dos besos a mi madre y me despido con un "Mañana vengo otro ratito" y "Tú balcón es fabuloso, mamá, deberías cobrar por los espectáculos que desde él se disfrutan".[/SIZE]
     
     
     
    [/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
    [FONT=arial][FONT=arial][FONT=arial][FONT=arial][FONT=arial][FONT=arial][FONT=arial][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
    Última modificación: 8 de Abril de 2013
  2. marea nueva

    marea nueva Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    12 de Marzo de 2010
    Mensajes:
    13.700
    Me gusta recibidos:
    2.395
    Siempre es una aventura asomarse al balcón de tus letras, de esa mirada que describe de tal forma la escena que hasta parece que todo ese bullicio lo escuche, jeje, vi el tatuaje, a la joven 8y guapa jeje)negra, el llanto del niño , el gitano gordo y todo.
    Ese estaba alegre me encanto tambien!

    Un montón de abrazos!!


    boligrafo_kukuxumusu.jpg
     
    #2
  3. Mary C. López

    Mary C. López Una mujer de líneas y procesos.

    Se incorporó:
    14 de Octubre de 2007
    Mensajes:
    16.545
    Me gusta recibidos:
    1.550
    Género:
    Mujer
    Me gusta como nos dejas bosquejos de cada situación que tus ojos captan,
    un placer llegar, kisses
     
    #3
  4. Évano

    Évano ¿Misántropo?

    Se incorporó:
    16 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    8.834
    Me gusta recibidos:
    5.437
    Género:
    Hombre
    Muchísimas gracias, Ethel, por tu lindo mecerte en este balcón y por los Kukuxumuxu, el mío es viejo y medio desgastado jajajajjajajajaj

    Un montonazo de abrazos y gracias por esa escalera tan bonita que dejaste en mi perfil, acabo de subir por ella jajajaajja.
     
    #4
  5. Évano

    Évano ¿Misántropo?

    Se incorporó:
    16 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    8.834
    Me gusta recibidos:
    5.437
    Género:
    Hombre
    Muchísimas gracias, Mary C., el placer es mío por tener tan grata y bonita visita.

    Un montonozazo de abrazossss.
     
    #5

Comparte esta página