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Un sueño entre las sombras

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por albertborgi, 19 de Septiembre de 2012. Respuestas: 1 | Visitas: 492

  1. albertborgi

    albertborgi Poeta recién llegado

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    7 de Noviembre de 2010
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    Un sueño entre las sombras

    En un mundo tan lejano a éste, tanto así que ni la imaginación alcanza a llegar, un ángel, que como otros tiene el don divino de leer las almas, pasa por la morada de Minos, el juez de las almas. En ese momento, Minos, estaba juzgando un alma. Este ángel comienza a leer esa vida; momentos después, se siente completamente abatido por la tristeza; éste, después de leer a esa joven, habla con el juez. Le pregunta cuál será el veredicto. El juez, responde “La ley del señor es inflexible, ella, debe pagar su error”. Ella, una mujer que sufrió mucho en vida; perdió un embarazo por ser golpeada y, aún así, el odio no consumía tiempo en sus días; nunca tuvo hijos; mas, a sobrinos e hijos de otros siempre trataba con cariño. Su estado de soledad solo le acercaba dolor, tristeza en su vida. Hasta que llegada completamente sola a la edad de unos 70 años, casi llegando al final de su vida, se suicida.
    - La ley es sagrada – Dijo Minos - no importa que haya sido una persona buena, nunca tuvo odio a los demás siempre respeto a todo ser. Sin embargo, la ley debe cumplirse. Atentó contra su vida.
    -Pero, nuestro señor – refuta, el ángel - nos ha enseñado a perdonar, a dar otra oportunidad a quien se la merece.
    -Ella, ya esta aquí y debe ser juzgada – Alcanzó a responder el juez.
    -Entonces, permítele volver a nacer. Que aprenda en una nueva vida, si no merece el paso por tierras sacras, al menos, darle una oportunidad de que enmiende su error.
    -Si tanto insistes, ya debes saber cuál es el precio a tal pedido. ¿Estás dispuesto a arriesgar tu lugar, por un ser tan caprichoso, por un solo individuo de una especie que contradice sus propio querer, en sus actos, de mentes que lo mejor que aprenden de sus errores es cómo volver a cometerlos?
    -Es cierto, es una especie inmadura. La especie completa es como sus niños, necesitan que los mayores creamos en ellos, para tomar fuerzas y volver a levantarse después de cada caída; necesitan sentir que creemos en ellos, para aprender de sus errores. Y así mismo, cuando sienten que no estamos cerca, se aterran, dejan, no sólo de creer en nosotros, sino, en sí mismos. Tienen la capacidad, la virtud, los valores correctos, en sus almas; pero sin su creencia, son ciegos conducidos por otros ciegos. Ningún ser quiere ver, si no cree que la luz sea algo que vale la pena ver.
    Después de larga charla entre ambos, finalmente le dan la oportunidad de volver a nacer. Pero, algo más sucede. Ella, nace, seguido de ella, él, somete su inmortalidad, y su sagrado lugar, solo para seguirla y acompañarla.
    Nacen en lugares diferentes, y aún así, él siente que debe encontrarla... Se somete a una vida de sufrimientos, solo para comprender el dolor de esa alma que tanto lo había absorbido.
    Él, vivió y creció en un orfanato. Conoció la humillación y abuso, le supo amargo el sabor del hambre, comprendió el frío de la soledad en oscuro rincones. Incluso más de una vez se vio postrado, ante su propia cobardía, en situaciones en que sus fuerzas no parecían suficientes para levantarse por sí mismo y seguir adelante. Por otra parte, logró asumir el orgullo de la pobreza material, luchar para sobrevivir. Sin embargo, un pequeño haz de luz le permitía ver que había algo más allá del sufrimiento, lejos de las sombras, algo le esperaba. Ese haz de luz, era la fuerza en sus pasos; sin comprender, del todo, sólo sabía que a un lugar debía llegar, a la vida de alguien debía llegar. Tenía que levantarse, sin importar que tan duro fuesen los golpes; alcanzaba a comprender que no solo su alma dependía de ello.
    Ella, que nunca conoció la pobreza, el hambre ni el frío; que su vida no supo de carencias ni de tantos excesos. Algo, sin embargo, la sobrellevaba: la soledad. Sin importar cuánto tratase, no conseguía la forma de abandonar esos sentimientos: dolor, tristeza, soledad. Su alma no se desprendía de un pasado que su mente no comprendía.
    Cuando, al fin, se conocen, él es un simple hombre, al verse ya cruzadas sus miradas, ella notó algo, en esa mirada que le atravesaba el alma… un ángel bajó, a ella, y despertó un sueño entre las sombras.

    JAP
     
    #1
  2. Cisne

    Cisne Invitado


    Qué linda historia la que nos narras me recordé de una parecida que se trata de las almas gemelas que vida tras vida no se reconocían hasta que en una de ellas cuando por fin se miraron y con grandes diferencias entre ellos, pudieron reconocerse y amarse.
    Creo que esta historia nos habla de un gran amor divino.
    Mis felicitaciones y saludos
    Ana
     
    #2

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