Un viaje al centro del corazon

Me voy con el corazón roto y con el pecado de anoche. Y mi calle favorita, la oveja negra, me extraña porque un señor muy gordo me lo confesó mientras me hurgueteaba lo que dios me dio para alguien que me ame, adore; y como nadie me amo, la virginidad la perdí a los quince, y ahora, a esta edad, me duele lo que nunca tuve.
Nadie te hará reír como yo.
Pero de una vez, sin hacerte el sonso, abrázame y excítame, que te lo juro que te acepto con todos los no que me han dicho, e hicieron mayor de edad mi infancia de leche.
Si, me voy y te llevo, me voy con tremendo dolor entre las piernas; me voy sin vergüenza, me voy y te importa demasiado, las putas me van a extrañar. Y allá, alguien va a querer romperme el ano gratis, y no, y no, y siempre... y a veces, y a cada que llueve, y tuyo.
Mientras matamos esas ganas tremendas de hacernos sonreír siempre, algo y alguien deliberan quién va a traicionar.
Todo el recorrido estaba solo, ¿cierto? El precipicio fue perfecto para ofrecer mi corazón por una copa alcohólica.
Todo es cierto, te quiero, aplaudo esa danza.
Miento.

 

Me re gustó, cuando subas otra cosa avisame, adios!

 

Gracias bella

 

Bueno, siempre nos damos las vueltas para ver cómo vas. Un poco de maquillaje para ayudar al lector a tener más claridad en la idea o mensaje de la prosa.

Saludos Brian.