Un vidente en ruinas

El silencio reina en el plató. Las inquietas manos de Enrique barajan las cartas con desesperación. Los focos alumbran un semblante enfadado que intenta disimular con una leve sonrisa. Lleva más de cuatro horas trabajando y todavía no ha recibido ninguna llamada. De repente, una voz esperanzadora aparece por el pinganillo, y a Enrique se le ilumina la cara.

- Parece que tenemos una llamada. Hola, buenas noches. ¿Con quién hablo?
- Con Manolo
- Hola, Manolo. Veo que lo estás pasando muy mal- dice Enrique observando las cartas del tarot.
- Ja ja ja ja, ¿pero qué dices? Si estoy en una orgía. ¡Ay, "pringao", que no das ni una!

 

Menos mal que el que había llamado era Manolo, que lo estaba pasando de puta madre!! jajaja,
Imagínate si hubiera llamado otra persona que estuviera atravesando un mal momento, seguro que Enrique le hubiera dicho que mejor vaya contratando su propio servicio fúnebre!! jajajaja... Mejor que Enrique se dedique a otra actividad!! jaja, Amigo, me encantó tu incursión en la prosa, Te dejo mi abrazo y te deseo un feliz Domingo!! :::hug:::

 

Muchas gracias, Romi:::blush::: Besos.

 

Muy buenas tus letras amigo Alberto donde la creatividad
de tu pluma nos hace disfrutar de una buena lectura con
un buen cierre jajja, me has sacado la sonrisa.
Te felicito por tu acertada inspiración de principio a fin.
Besos y un abrazo. Tere

 

Muchas gracias, Tere. Un abrazo muy fuerte.

 

Lo tiene claro este vidente, jajaja.
Saludos, amigo Alberto

 

Gracias por tu v

Gracias por tu visita, tocayo. SALUDOS.

 

JAJAJAJA la verdad es que yo tampoco creo en esas cosas, me sacaste unas carcajadas. Gracias. Abrazos

 

Jajaja, que bueno, Alberto, menudo cuento tienes estos jetas, con lo bien que se lo estaba pasando el hombre, que metedura de pata, que bien lo has contado!!! Un beso

 

Me alegro mucho de haberte hecho reír, Rosa. Muchas gracias por tu visita. Un abrazo.

 

Pues sí, la verdad es que son unos caraduras Un beso.