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"Una accion vergonzosa"

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por FERNANDO DELTA, 21 de Junio de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 668

  1. FERNANDO DELTA

    FERNANDO DELTA Poeta recién llegado

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    3 de Mayo de 2009
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    “UNA ACCIÓN VERGONZOSA”


    El atardecer era gris y frío y la noche parecía adelantarse para esos vendedores oportunistas de la droga. Esos que pululan en todas las esquinas del barrio, como repugnantes gusanos que se alimentan de la ya angustiosa necesidad de los infelices y enviciados consumidores.
    Juanito Rosca, era uno de estos desafortunados personajes; atrapado irreversiblemente por las garras del vicio; por eso ya nada importaba lo que tuviese que hacer para satisfacer su maldita adicción.
    Juanito Rosca lo llamaban sus amigos por su alterado carácter, el cual lo llevaba a verse siempre envuelto en ciertas riñas callejeras, sobre todo cuando escaseaba el dinero para el vicio. En casa, era solo Juanito, aunque era ya un hombre pronto a cumplir los treinta y dos años, para su madre y sus dos hermanos menores, también hombres, Daniel y Pedro, este seguía siendo como un niño, debido a que veían su vicio como una enfermedad.
    Justamente de esto se aprovechaba Juanito, para justificar ciertas acciones poco honrosas con el fin de conseguir el dinero suficiente para comprar los papelillos que según él, su cuerpo le exigía cada día. Así, le fue sustrayendo a su madre, ciertos enseres del hogar, que posteriormente vendía a muy bajo precio, consiguiendo solo lo suficiente para sus viciosas necesidades diarias.
    Cierto día, cuando su madre y sus hermanos se encontraban fuera de casa, Juanito aprovecho el momento oportuno para registrar en el cuarto de su madre, aunque este solía permanecer con llave, Juanito se las arreglo para y con cierta destreza improvisar una llave maestra, a fin de cumplir su cometido. Una vez dentro, hurgó en un viejo cofrecito de madera que extrajo de unos cajones de una cómoda; esta también permanecía con llave, pero había sido violentada por él; tomo los elementos que contenía el joyerito y salio rápidamente del lugar, dejando tras de sí, claras evidencias de su deshonroso acto.
    Entre las cosas que Juanito extrajo de este joyerito, había un par de argollas matrimoniales de oro, estas permanecían unidas por una cinta roja. Éste tomo conciencia de inmediato que se trataba de los anillos de boda de sus padres.
    El padre de Juanito, antes de fallecer, hace ya algunos años y después de una larga y penosa enfermedad, quiso y le pidió a su esposa en su lecho de moribundo, que ataran juntos esas argollas con una cintita roja, esto en señal que con la muerte se enfrentarían a un mundo nuevo. Por eso le pidió que jamás vistiera luto por él, porque donde el iba, era un mundo de claridad y alegría y no de tumultuosa oscuridad. La cintita roja los uniría e indicaría la senda hacia ese mundo de alegría. La madre de Juanito, guardaba estas dos argollas con un celo y una devoción muy especial, en memoria de su difunto esposo.
    Juanito Rosca, se vio sobrepasado por su vicio y aunque quiso deshacerse de estos anillos de a uno, pues ya los había separado de la cintita roja; la cual guardo en uno de sus bolsillos; el reducidor al ver la calidad y sentir el peso de una de estos anillos, le ofreció mas dinero a Juanito si le vendía los dos a la vez. Éste no pudo rechazar tan buena oferta, ya que le daría para alimentar sus vicios casi por tres largos días, los que justamente Juanito desapareció de su hogar.
    En casa, la preocupación de la familia era inminente por la larga ausencia de Juanito y aunque, el vergonzoso hecho tenía muy alterados los ánimos de Pedro y Daniel, su madre trataba de calmarlos; a pesar del dolor que ella misma sentía por la sustracción de tan valioso recuerdo. Ya nada podría reemplazar un tesoro como ese, por eso ella solía llorar en el silencio de su habitación, mientras sostenía entre sus manos ese vacío joyerito de madera.
    Juanito, entregado al vicio y satisfecho de la necesidad de su cuerpo, poca importancia le dio en el momento a toda esa macabra acción de parte suya. Pero el dinero se acabo y el cuerpo le siguió pidiendo, por eso luego de esos tres días decidió volver a casa.
    Solo su madre lo esperaba muy angustiada, porque Pedro y Daniel al verlo, no pudieron contener sus impulsos de rencor, amargura e ira, por la acción de Juanito y la tristeza que esto había provocado en su madre, por eso cuando este estuvo en casa, se desataron ciertas discusiones al respecto, Juanito trato de justificar lo injustificable, pero finalmente solo atino a agachar su cabeza frente a sus hermanos. La madre, les pidió que no le reprocharan más y les dijo, que Juanito ya tenia suficiente con el reproche de su propia conciencia.
    Y así fue, porque Juanito al mirar los ojos de su madre, pudo darse cuenta del dolor que había provocado en ella con su actitud, por eso dio la media vuelta y salio de casa. Por el lapso de un mes, nadie en su hogar supo más de él. Y aunque permaneció siempre y mas que nunca pegado al vicio, nunca pudo desembarazarse de ese vergonzoso hecho que cargaba a sus espaldas.
    Una tarde de febrero, ciertas personas que veían a Juanito a diario, le informaron que sus hermanos querían verlo urgentemente, a lo que él respondió en el acto a su llamado.
    Grande fue la sorpresa cuando se fue acercando a su casa. Un tumulto de gente se agolpaba en las afueras de ella. En la medida que se acercaba pudo percatarse de lo sucedido. Ahí frente a él, estaba el cuerpo sin vida de su madre y el cual era velado en el momento. La pena y la angustia que él le había provocado, habían acelerado cierta grave enfermedad que padecía.
    [COLOR=Blue]Fue tal el impacto y la emoción que sintió Juanito, que no tolero acercarse mas, por eso se retiro del lugar y se enfrasco en su vicio por largas e infinitas horas, enloqueciendo poco a poco.[/COLOR]
    [SIZE=3][COLOR=Blue]Dicen haberlo visto con una cintita roja, que constantemente entrelaza entre sus dedos, pidiendo perdón y clemencia al cielo, pero las palabras de alivio que espera, jamás se dejan escuchar. Su conciencia permanece en esos oscuros abismos de la culpabilidad, llevándolo lentamente a la locura total.[/COLOR][/SIZE]
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    [FONT=Arial][SIZE=3][COLOR=Blue] Fernando Delta. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
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