Una carta de amor o el canto desesperado de una noche de pasión

Te mataron mi pequeña, te mataron cuando aún eras niña, cuando te hallabas más vulnerable mi chiquita indefensa, de mis brazos te apartaron. Sé que antes de esto actué como un poco hombre, pero en la distancia en que me hallaba yo también moría, moría con cada paso que me alejaba de ti y mentí al decir que no te quería, al callar cuando tu me decías que me amabas, me tapaba la boca, me mordía los labios para no responder: “Te amo”, yo quería correr a tus brazos, decirte que te quería mucho, mucho con dulzura, con infinita ternura…..

Pero en mí mataron mi lado sentimental convirtiéndome en un hombre frío y sin sentimientos. Más hoy ha sido el calor de tu ternura y tristeza, de tu ausencia y de tu soledad, de la pasión de tus palabras los que me han sabido cautivar, acariciando mi lado humano y descongelando mis sentimientos, a quererte me han llamado, a consentirte si tú lo quieres. Me has hecho recordar que después de todo yo soy hombre y aún me corre sangre por las venas y mis emociones y sentimientos han regresado.

Mi mujer, mi dulzura, ternura de mi alma, que cruel es el mundo, te mataron amor mío, fueron los otros hombres quienes confabularon con la muerte para separarnos. Envidiosos sicarios siniestros de infelicidad, celosos de que tú y yo nos amaramos -porque aunque les duela nos amos- yo te amaba y aunque hoy lo niegues sé que tú también me amaste, intensamente con toda tu pasión de mujer. Hubieron noches en las que ambos nos llamábamos a gritos desde nuestras recamaras para poder estar juntos mi bien, yo te hubiese hecho el amor el resto de un vida, era cierto lo que sentía por ti, incluso pensé que un día terminaríamos juntos; tu realizando tus sueños en grandes jornadas periodísticas y yo deslumbrando con mi escritura al mundo entero.

Juntos nadie hubiera podido detenernos, porque éramos especiales, volábamos juntos, ¿Recuerdas? Como cometas que surcan el cosmos desde su encanto…y hoy te pierdo entre sueños y me conformo en refugiarme en tu llanto.

Mas la tristeza es efímera porque yo sé que tú eras para mi, y que con locura me amabas. Concebimos la vida en esta tierra para conocernos, para estar juntos y que unidos podamos forjar, un mundo nuevo donde todo sea posible, incluso que el hombre más bueno pueda amar (ya que usualmente se queda solo), donde ya nadie asesine a nadie por el hecho que aún tiene sentimientos y se enamora de quien para otros no debe.

Hoy sé que me lees, estoy seguro, ya sea desde tu rincón o desde tu grandeza, sé que tus ojos se posan en este instante en mis líneas, y yo sonrió, sonrió porque aún con toda una vida de penurias los malvados no pudieron separarnos mi amor, que- por maldades de este mundo- ya no eres más mi amor. Pero si esta noche, nuestra noche, querida mía, si tu entendimiento no consigue razonar porque es que te escribo solo calla tus pensamiento y libera esas flamas que seductoras recorren tu cuerpo, siente, no pienses, no es momento de pensar nada, mucho menos si es que lo mereces o no, nada en esta vida se merece, preciosa, todo es producto de la misericordia, tampoco pienses que soy enfermamente orate y siniestro de corazón, de mi locura no te manches, mis delirios no son productos de tu piel o de algún amor idealizado, por el contrario hoy mi demencia cobra fuerzas por mi orgullo de hombre terco, parco, solitario y mil veces terco, tonto si se quiere, PERO eso si CON TODOS LOS BUENOS SENTIMIENTOS QUE SE ESCAPAN DE MI CORAZÓN, de mis emociones, de mi nostalgia, de mi amor propio de hombre y de ser humano , de mi rebeldía y coraje.

Pasa la noche conmigo mujer de sensualidad liberada, quédate conmigo esta noche como hace ya un año permaneciste a mi lado, cuando al lado alterno del espejo nos hablábamos, donde producto de nuestro amor-pasión derramamos el elíxir de nuestra propia esencia.

CON TODOS LOS BUENOS SENTIMIENTOS QUE POSEO Y CON TODO LO RESTANTE DE MI TORTURADO CORAZÓN, te espero.


El caballero de tu corazón.