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Una Desgracia.

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Hector Hernandez Carvajal, 5 de Julio de 2006. Respuestas: 2 | Visitas: 1013

  1. Hector Hernandez Carvajal

    Hector Hernandez Carvajal Poeta fiel al portal

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    Una Desgracia

    (basado en hechos reales)

    Era pasado el mediodía y todos jugaban a vivir la vida. Sentada junto a la orilla se hallaba un angelito que a Dios muy pronto vería. Hermosa niña que apenas emprendía su camino por la vida, una vida corta, más corta que ese mismo día. La desgracia, imagino, contaminaba el aire, y el agua, hasta Asfixiar su vida. Angelito de Dios, no sabía que era su último día. Debió haber sido un día gris, el más gris de todos sus días. Imagino, que hasta el agua era color gris, sin vida. En contra de todo, y en frente de todos, su cuerpo cayó al fondo de una profunda piscina. Los próximos segundos habrían sido los más largos de su corta vida. ¿Y ahora que?, un piso frío, un cuerpo frío, agua, reflejos de personas que ignoraban los sucedido, y más allá… el cielo gris que la esperaba a puertas abiertas. Después de veinte largos minutos, la persona a su cuidado decidido que era tiempo de averiguar donde estaba la niña. Gritos por doquier, desesperación, pánico, y después un dolor que solo siente al ver una niña de apenas tres años tendida sin vida en el fondo de una piscina.
    Ironía de la vida, dos de las personas a su cuidado son doctores que hicieron todo por devolverle la vida a este angelito. Su cuerpo, ya afuera del tenebroso estanque pesaba mucho más debido a toda el agua ingerida. El doctor la asistió dándole los primeros auxilios pero era demasiado tarde, su pulso no volvía, y su cuerpo permanecía inmóvil frente a varias personas que allí se encontraban ese fatídico día en que Dios llamo al cielo a uno más de sus angelitos. Me contaron, que lograron sacar de su vientre gran parte del agua que había invadido su cuerpo durante los pocos segundos que intentó respirar en el fondo de la piscina. Con todas las personas afuera del agua, ahora el agua permanecía tranquila, placida, como pidiendo perdón por haber arrebatado una vida. La niña intento respirar pero no podía, sus pulmones estaban llenos de agua, estaban saturados y por mucho que quisieran no podían obedecerle al cerebro.
    Pocos minutos después el llanto fue interrumpido por la sirena de una ambulancia y el rugir de un helicóptero. La persona que llego a su auxilio intentó todo lo humano posible por devolverle la vida, y termino como todos, regalándole sus la lagrimas seguido por un llanto profundo. Una palidez fúnebre invadió su cara, y guardo silencio como para no despertarla de su eterno dormir. Debió haber sido triste ver como un lugar donde todos jugaban a vivir, en unos pocos segundos fue transformado en un lugar donde la esperanza se había apagado. Un lugar donde la muerte caminaba sigilosa junto a la vida, como en una constante batalla, y al perecer para esta niña la vida no pudo ganarle a la muerte. Las risas se tornaron en llanto y las caras sonrientes ahora se vestían de dolor y de un pesar que se hacia profundo. Todos estaban desconcertados, parecía que fuese una pasadilla lo que estaban viviendo, pero era la cruel realidad. Lo que aun no logro comprender es como nadie vio nada. Todas las personas fueron interrogadas, pero todos dijeron no haber visto nada. Su hermanito tampoco vio cuando ella se cayó en la parte profunda de la piscina. Y es que a lo mejor la muerte los tenía a todos hipnotizados, quien sabe, pero lo que si es verdad es que ese día la muerte logro su cometido.
    Al llegar al hospital los médicos intentaron todo a su disposición para devolverle la vida, pera ya era demasiado tarde, había pasado más de media hora y su cerebro empezaba a morir debido a la ausencia de oxigeno. Un medico, con el temple que los caracteriza, se dirigió a sus padres y les hizo llegar la devastadora noticia….”su niña está muerta, lo siento mucho”. El doctor no había terminado su frase cuando un colega llegó corriendo y les digo que la niña ahora volvía a recobrar el pulso. Y es que era obvio que el angelito no quería dejar la tierra, ella quería seguir jugando con muñecas, y jugar a conquistar mundos lejanos, mas sin embargo nunca ese lugar al que todos llamamos “cielo”. Los próximos días serian cruciales. La esperanza empezaba a recobrar vida y los padres de la niña rogaban a Dios que todo esto fuera una pesadilla, pero sabían que era su cruel realidad. Horas más tardes la esperanza nuevamente empezaba a esfumarse; la sangre de la niña empezaba a coagularse y sus órganos comenzaban a fallar. Se le practicaron dos exámenes para cerciorarse si su cerebro daba señales de vida, las noticias no fueron alentadora. “Su cerebro está muerto, no podemos hacer nada”. En las próximas horas las maquinas que la mantenían en estado de coma serian desconectadas. Una por una serian desconectadas de cuerpecito inerte, ya entonces sus signos vitales irían desapareciendo. Lo evitable sucedería, la niña pasaría al reino de Dios. Digo evitable porque el triste incidente pudo ser evitado si todos los que ahí estaban hubieran estado prestando una pizca de atención. Y es que en ocasiones vivimos tan sumergidos en nuestro propio mundo, como en una burbuja de agua, que no nos damos la oportunidad de tan siquiera darnos cuenta que a nuestro alrededor hay miles de angelitos.

    Yo tuve la oportunidad de conocer a esta pequeñita y a sus padres mediante unos amigos que viven aquí en Atlanta. Hacia más de un año que yo no veía a la niña o sus padres, pero la noticia me conmovió tanto como si fueran mi propia familia. Mi padre me llamó dos días después de lo sucedido y me relato lo que había acontecido ese fatídico día en que Dios llamo al cielo a este pequeño angelito. Mediante este relato quiero hacerle llegar mi más sincero pésame a los padres de este angelito. Y los dejo a todos ustedes que leen este relato con lo siguiente: A todos ustedes que tienen hijos, por favor no los dejen al cuidado de otras personas, ya que nunca se sabe que tan desdichado el día se va a tornar. Pero más importante aun es la convicción que nadie cuidara a sus hijos con la dedicación que ustedes mismos lo harían.




    Hector H. Carvajal.
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  2. luz

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    Me Sumi En Tu Historia Que Me Provoco Escalofrio... Me Quede Sin Palabras Ante El Dolor De Un Hijo Enfermo Y Con Ese Desenlace...me Has Dejado Sin Palabras Un Beso Mi Amigo Y Gracias Por Compartir Esta Historia Real Con Todos Nosotros.
    Un Beso Grandote De Tu Amiga Luz
     
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  3. Hector Hernandez Carvajal

    Hector Hernandez Carvajal Poeta fiel al portal

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    Gracia luz por tus bonitas palabras, un abrazo.
     
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