Una mirada detrás de la ventana.

[SUP]Un día a la madrugada como cualquier otro, llegaba a mi ciudad, casi desapercibido. Muchos dormían, unos pocos se levantaban para empezar su jornada de trabajo, otros recién llegaban a sus hogares para ser transportados a los brazos de Morfeo, como lo han hecho por muchos años, sin ser capaces de notar algo diferente cada madrugada siendo presas de lo que llamamos comúnmente la rutina. Ese día donde pocos fuimos capaces de ver que era distinto, ¡ese día llegué a mi hogar!

Todo parecía igual, inmutable, como si el tiempo se hubiese detenido desde el día que partí. Abrí la puerta de mi cuarto, y se manifestó en el, un silencio sepulcral, dejé caer la maleta en el piso, miré todo alrededor, suspiré y en frente mio esteba aquella ventana, tan inmensa, tan ciega y tan muda. La miré por varios minutos, no quería acercarme a ella, un tabaco acompañaba el momento mientras una suave brisa hacia estremecer lo más profundo de mi ser. Me acerque a ella y contemplé al silencio y a la soledad que se materializaban sobre ella, sus formas eran una calle desolada y casas con sus luces apagadas.

La mirada se fija casi por inercia en una sola casa, ¡la miro! Suenan en mi cabeza palabras que me son distantes, que me parecen irreales, un mal chiste contado con tanto dolor. Pero no es un sueño ni siquiera es una pesadilla, tan sólo es la cruda realidad que aun no consigo asimilar. De repente aquella ventana me transporta a una misma escena, el mismo escenario, un solo personaje: una mujer que viene caminando lentamente y se dirige a su hogar. Todo es lo mismo, pero sin embargo los días no.

¿Pero quien es aquella mujer? ¡Pienso! Cada vez más en ella mientras observo detrás de mi ventana, en ella se ve reflejado una parte de mi madre: su amor. Cuando estaba detrás de mi venta, no sé si era coincidencia, pero sentía la necesidad de mirar por ella, y ahí estaba aquella mujer, la contemplaba mientras iba caminando, inmóvil pero dentro de mí ser, algo fluía ¿quizás era alegría? ¡No! No era solo alegría era la felicidad que embargaba mi interior y se manifestaba en una simple sonrisa, cuando estaba aquella mujer por llegar a la puerta de su casa, salía del anonimato, de las sombras para que ella me viera, hacia un pequeño saludo, ella se detiene, me mira, nos miramos y su rostro se llena de felicidad, inmediatamente salgo corriendo precipitadamente donde esta ella; la abrazo, un calor familiar nos cubre a los dos por un largo tiempo, cruzamos palabras, reímos y nos volvemos a despedir. Esta escena se repetía casi siempre cuando estaba en mi hogar. Pero ahora ¿que queda? Tan solo recuerdos y nada más.

Los recuerdos se esfuman, vuelvo a la realidad miro al cielo y empiezo de nuevo a pensar en ella, me imagino tantas cosas que ya no compartiré: risas privadas, unos brazos que ya no abrazaran, consejos que no escucharé, quien nos contará aquellos chistes que solo ella sabia hacerlo, como no recordar aquellos finales cuando decía: "eso era de la vida real". Así me consumo por una multitud de preguntas.

Las horas avanzan lentamente y todo se empieza a humedecer ¿será que empieza a llover? Miro alrededor y caigo en cuenta que son lágrimas que se derraman desde lo más profundo de mi corazón que han encontrado el camino a través de mis ojos. Siento como un río se desborda en mí y no hay forma de detenerme. Otra vez veo al cielo y me pregunto: ¿nos estará viendo ella desde una ventana del cielo? ¿Se estará haciendo las mismas preguntas que yo me las hago detrás de mi ventana?.

[/SUP][SUP]El día ha llegado, cierro mi ventana, entre sollozos y silencios. Me acuesto en la cama y lentamente me duermo, quizás cuando despierte la vuelva de nuevo a ver detrás de mi ventana.[/SUP]

 

Las lágrimas de recuerdo inician saladas y dolorosas... el tiempo se encargará de enmarcarlas de añoranzas...

" Melancolía...
es la soledad acompañada
por los recuerdos
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añoranza vestida
de vivires compartidos"


Gracias por compartir tus maneras de expresar tan hondas sensaciones.

Dragon Ecu