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Una modesta Utopía

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Solverde82, 6 de Diciembre de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 657

  1. Solverde82

    Solverde82 El dinero no se puede comer

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    La sociedad del mañana se diferenciará de la actual en sus valores predominantes. Habrá un desplazamiento desde el tener actual hacía el ser y el hacer. En una sociedad más basada en el uso que en la posesión, y con mayor tiempo de trabajo dedicado a uno mismo y a su entorno, la mayor fuente de placer y orgullo será lo que uno hace, y no lo que posee. La fabricación propia de diversos bienes, su personalización o reciclaje, actividades artísticas individuales o colectivas, la participación en la asamblea, en otros foros de debate público y en la gestión de los bienes comunes, será lo que más se valore en uno mismo y en los demás.

    Se reconocerá que el dinero no es un valor en sí mismo sino que debe ser una mera herramienta al servicio del bien social, y por tanto siempre será necesaria una deliberación pública previa que determine cuál es ese bien social. Es decir, los propios valores compartidos deben nacer de una compleja actividad humana, del ser y del hacer colectivos, en lugar de someternos a un único valor cuantificable y predeterminado como el incremento de la riqueza.
    En el futuro la vida será bastante más austera. La cantidad de bienes disponibles para el consumo discrecional, no relacionado con las necesidades básicas para el sostenimiento de la vida (alimento, refugio, cuidados), será mucho menor, y la renta disponible para adquirirlos irá en proporción. La adaptación a esto no será especialmente traumática, de hecho, mirando hacia atrás, se percibirán los tiempos pasados de forma negativa, por el derroche absurdo de recursos. Para paliar los efectos de un menor consumo se priorizará el acceso a los bienes, en lugar de la posesión. Se pensará en poder desplazarse y no en tener un coche, en lavar la ropa y no en tener una lavadora, etc.

    La vida útil de los objetos será mucho mayor, se diseñarán para durar, y serán sencillos de reparar. No habrá modas, ni obsolescencia programada, de tipo técnico o cultural, y sin embargo, la variedad en los atuendos y en los objetos personales será mayor que nunca, merced al florecimiento de la personalización. Será común añadir uno mismo o con la ayuda de artesanos semi-profesionales de la familia o la vecindad, pequeños y grandes detalles a la ropa, calzado, mobiliario, decoración, etc. Se le dará una gran importancia al "hazlo tú mismo", que será fuente de orgullo, y pieza esencial de la identidad personal.

    La publicidad prácticamente habrá desaparecido. Los bienes de producción industrial, mucho más escasos, que se continúen comercializando, lo harán en función de características como la durabilidad, consumo de recursos en su fabricación, posibilidad de reciclaje, en definitiva, en función de su ciclo de vida. El precio del producto vendrá determinado en gran parte por su impacto en el medioambiente, dado que el sistema de precios intentará corregir todas las externalidades. Así, a un producto que dure dos años se le impondrá un impuesto dos veces mayor que a uno que dure cuatro, porque consume el doble de recursos, aunque situaciones de ese estilo ya no existirán, habrá poca variedad de un mismo producto, y las calidades y precios variarán poco.

    Para adquirir y utilizar los grandes bienes (herramientas, furgonetas, máquinas) existirán cooperativas de consumo. Cada ciudad tendrá su forma de organización particular, algunas por amistad, aunque finalmente se generalizará más la organización geográfica, por barrios, por manzanas, calles. Generalmente se cobrará un precio por el uso de un bien, y mensualmente se distribuirán los ingresos entre los cooperativistas. No todo el mundo pertenecerá a una cooperativa, algunos serán simples usuarios, pagando cada vez que hagan uso. Aunque se viajará mucho menos, una persona que se desplace, para cambiar de residencia, o por un trabajo eventual, tendrá desde el primer momento la posibilidad de usar todos estos bienes de alguna cooperativa, pagando el precio correspondiente. No habrá igualdad de rentas, por el distinto gusto por el trabajo de cada cual, y sus distintas habilidades, así que algunos decidirán no ahorrar lo necesario para entrar, y otros no querrán, pero será habitual que un hombre o mujer ahorre durante su juventud, y posteriormente, en algunos casos incluso con la ayuda de un pequeño crédito, compre una participación en una cooperativa de consumo. Aunque variará según las ciudades, generalmente la entrada en las cooperativas de consumo, así como el pago por el uso de los bienes (se sea miembro o no) se hará en moneda nacional, para el resto de la vida económica se utilizará la moneda local, de carácter oxidativo.

    El desarrollo colectivo de la cultura libre, una forma de creación y difusión cultural voluntaria, participativa y compartida al margen del mercado, permitirá una gran independencia respecto a la industria cultural, (que será muy minoritaria).

    La vida laboral de una persona corriente, se desarrollará alrededor de cuatro espacios diferenciados. Un primer espacio de trabajo autónomo para el autoconsumo, un segundo espacio de trabajo comunitario, un tercer espacio público y un cuarto privado. Lo normal será pasar de uno a otro a lo largo de la vida, manteniendo siempre cierta actividad en los espacios autónomo y comunitario, en función de la intensidad dedicada a los otros dos.
    El trabajo autónomo para el autoconsumo consistirá en la producción propia de alimentos en el huerto casero, el cuidado de los hijos y los mayores, la reparación de objetos y herramientas, el intercambio de servicios con los vecinos, la personalización de objetos y la reutilización de chatarra, cambiando incluso la función del objeto.

    El espacio comunitario consistirá en el trabajo en el huerto-jardín, o en otro tipo de huertos comunitarios, en la cooperativa de producción de energía y en las cooperativas de manufacturas. Estas últimas producirán ciertos bienes, de pequeña complejidad, con tecnologías no sometidas a economías de escala, y con maquinaria cuya propiedad se compartirá entre los socios cooperativistas. También se dedicarán a la reparación y reutilización de objetos y equipamiento, lo cual vendrá facilitado por el diseño de los productos, que se construirán dentro de lo posible con elementos comunes e intercambiables. Se mantendrá una infraestructura informática a través de la cual se compartirá información tecnológica, diseños libres, instrucciones para la fabricación, cultivo, reparación, etc.

    El trabajo público será organizado generalmente por la ciudad, por asociaciones de ciudades, o por el estado nacional. Consistirá como ahora en obras de infraestructura común, y de mejora del capital natural. Aunque irá perdiendo importancia, se mantendrá como empleo de último recurso, al que poder recurrir en caso de necesidad de mejorar la renta.

    Por último, estarán las fábricas y explotaciones agrícolas. Utilizando tecnologías que dan lugar a economías de escala serán muy eficientes, empleando a muy poco personal para su nivel de producción. Serán pocas, pero de un alto nivel tecnológico y eficientes energéticamente.

    Lo habitual para una persona será comenzar en las fábricas o en el trabajo público, y ahorrar para adquirir su vivienda y entrar en las cooperativas de consumo y producción. El trabajo será una actividad flexible dentro de la vida, con épocas dedicadas al estudio, al descanso, y otras al trabajo más intenso. Se cuidará mucho evitar el miedo a la desposesión, garantizando a todos el acceso al trabajo, gracias al trabajo público. Veamos con más detalle cómo se organizarán cada una de estas esferas.

    La esfera de trabajo autónomo será potenciada gracias a las monedas locales, la moneda de la ciudad, de carácter oxidativo. Será fácil intercambiar un corte de pelo por un arreglo en la ropa, unas clases particulares o una reparación de las instalaciones caseras. El dinero no acumulable, que perderá su valor de forma regular, incentivará los intercambios. Las personas no se especializarán de forma tan marcada como en la actualidad, sino que tendrán despiertas un mayor cúmulo de habilidades. Seremos más generalistas y menos especialistas, en cierto grado.

    Esto solo es un extracto del fabuloso articulo publicado en el blog de Autonomía y bienvivir UNA MODESTA UTOPÍA Si quieres seguir leyendo mas pincha aquí o en el enlace anterior.
     
    #1
    Última modificación: 6 de Diciembre de 2015

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