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Una Noche De Esas

Tema en 'Ensayos' comenzado por Giancarlo Galeano, 10 de Noviembre de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 849

  1. Giancarlo Galeano

    Giancarlo Galeano Poeta recién llegado

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    8 de Junio de 2016
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    Hombre
    Era una de esas noches donde la falta de ánimo se hacía presente, de esas noches en las que el pavimento brilla en las calles regocijándose por la lluvia que le ha acariciado, una noche de esas en las que me gustaba andar.

    El ruido de las sirenas y el grito de los conductores que en plan de metamorfosis se convertía en el sonar de las bocinas de sus autos, adornaban la ciudad con el típico egoísmo y miseria de la vida urbana.El desorden que el trafico genera en la ciudad siempre me habia parecido un retrato calcado de la vida misma en un pais subdesarrollado, el desorden, los gritos, el avanzar despacio pues todos quieren llegar a su lugar de comodidad, la conduccion siempre me parecio un tan politicamente desordenado.

    El cielo estaba nublado y yo seguía caminando por las calles tal vez con la idea de encontrar algún rostro familiar o entrar a un bar, beber algunas cervezas y regresar a casa como acto de pura rutina. Iba pensando sobre mis deberes, sobre lo que tenía que hacer y lo que no, que para serles sinceros no era gran cosa; cuando una leve brisa comenzó a caer sobre mis hombros decidí entrar al primer lugar que tenía cerca, con la idea de cubrirme de la lluvia, un par de negocios seguían atendiendo a los pasantes nocturnos logré ver a unos 30 metros en la calle de enfrente un café de esos en los que se reúnen los señores de edad por las tardes a contar sus historias y anécdotas de como la liaban en sus días de juventud con aquellas hermosas chicas, que para ser honesto no se deben de ver muy bien hoy en día. No me juzguen solo soy crudo. Así que decidí que no era buena la idea de entrar en aquel sitio, no se me dan muy bien las pláticas con hombres y mujeres mayores creo que debe de ser una cuestión de épocas.

    A una media cuadra de distancia pude divisar un pequeño bar. Ya que no me había topado con ningún rostro familiar decidí optar por mi segunda opción aunque siendo sinceros creo que el bar fue siempre la primera, digamos que el alcohol me viene bien en estas noches de invierno. Aparte mi cabello mojado de mis ojos y me decidí a entrar.

    Era un bar de esos en los que la gente común y pensante no se atrevería a entrar, pero claro yo no soy uno de esos, algo me llamo la atención desde el preciso momento en el que pase por el umbral de aquel lugar con las luces bajas y un interior en su totalidad de madera con pequeñas luces de navidad de colores sujetadas al cielo falso del lugar, con un olor a bosque y cigariilo, olor que algunos encontrarian vulgar pero no era mi caso a todo aquello le acompañaba una musica suave y si hubiera sido inteligente y cuerdo como el gran porcentaje de la sociedad, hubiera desistido inmediatamente de mi decisión de entrar a aquel bar al oír aquella tonada, era la leve melodía que allí sonaba, una tonada que hubiera reconocido aun con mis oídos taponados, allí estaba la voz del viejo Jim Morrison cantando a volumen bajo Riders On The Storm, si me hubiera detenido a pensar habría logrado comprender que ese no era ningún bar común, pero no fue así.

    Me dirigí hacia la vieja barra, me quite mi vieja chaqueta de cuero mientras me sentaba en uno de esos viejos bancos de madera que comúnmente están en las barras, la noche realmente no era adecuada para cervezas así que decidí que tomaría algo un poco fuerte, algo que me diera un poco de calor, un Whisky con soda fue lo que mi mente eligió, mi favorito si se puede decir.

    Llame al cantinero, con una seña pedí mi trago y aquel me miro con una cara de poca amistad como si fuera carne nueva en el matadero, pero simplemente asintió a mi sencilla petición con un leve movimiento de cabeza.

    Mientras esperaba mi bebida y con la impaciencia que me causaba la tardanza de aquel cantinero, pues creo recordar que era el único atendiendo en aquel pequeño local mas vacio que el mismísimo cielo pues a mucha cuenta lo que logre divisar al entrar eran cuatros o cinco personas situadas en una de esas mesas altas de madera vieja que adornan lugares como este. Asi que me dispuse a encender un cigarrillo para acortar la espera, el maldito habito de fumar me acompañaba siempre en las noches de invierno, busque a tientas en la cajetilla arrugada por el andar de mis jeans y lo puse entre mis labios pero al momento en el que disponía a encender aquel viejo amigo, me di cuenta que ya no era el único sentado en aquellos viejos bancos, mire hacia el lado y logre ver a una joven tal vez uno o dos años menor que yo, cargaba un bolso escolar tal vez una estudiante o tal vez solo una chica con un bolso, que más da. Así que para no molestar y ser cortes pregunte:

    – ¿Le molestaría si fumo un cigarrillo?… es decir si no tiene ningún problema con el humo del tabaco? -- Levanto la vista y me miro a los ojos era una joven de cabello oscuro y piel pálida y unos ojos grandes y aun mas oscuros que la misma noche, hizo una mueca como queriendo sonreír y simplemente me dio el visto bueno con un movimiento de cabeza.

    Sin más preámbulo seguí adelante con mi afán de fumar, la voz de Morrison se hacía cada vez más baja marcando el final de la canción, al mirar de reojo hacia mi costado vi sobre la vieja barra algo que llamo de inmediato mi atención era la vieja pasta arrugada de un libro que hacía mucho tiempo había leído, un libro más que todo basado en la crítica social y política, traído a la vida por un viejo periodista suramericano, aquella vieja pieza estaba justo enfrente de aquella chica de ojos oscuros y mi astucia decidió hablar de nuevo con el puro propósito de socializar, ¿yo socializar? Si me hubiera detenido a pensar hubiera salido huyendo de ese bar de inmediato ante tal idea en mi cabeza, digamos que siempre fui un tipo que disfruta de sus silencios. Pero no fue así y solté de mi boca una frase un poco estupida.

    --Una vieja obra la que tienes ahí. -- Dije sin prestarle mi mirada. – ¿qué hace alguien tan joven como vos leyendo temas tan tediosos para la juventud? -- Y solté una pequeña risa.

    Solto una carcajada y dijo -- Vamos mira quien lo dice. -- Volteándose hacia mí. Continúo a su crítica y agrego – Disculpe usted mi querido hombre de la tercera edad, no sobre pasas mi edad ni a la larga por 2 años -- Y rio. siguio hablando --Seguro que ya lo has leído, y con el solo propósito de encajar en la realidad política social de este mundo ¿no?

    -- Jaque mate. -- respondi mientras me volteba a a un costada para poder verle mientras me hablaba. me descubri a mi mismo admirando a aquella pequeña chica que hablaba con una astucia y seguridad que cualquiera envidiaria.

    – Ven y mira bien que a veces la realidad te engaña. -- Me dijo mientras acercaba con su manoderecha el libro hacia ami, de tal forma que quedara separado por el espacio que nos separaba entre la barra.

    Abrió las hojas de aquel viejo libro o lo que creía yo que era y me sorprendí al ver en el no lo que esperaba, pues en él no se encontraban las letras impresas de aquel viejo periodista en su lugar me tope con escritos a mano y dibujos abstractos, anotaciones a orillas de las paginas, borrones y manchones, aquella vieja pasta gruesa que te engañaba con su titulo político tenia dentro de sus hojas nada más y nada menos que párrafos tras párrafos de una poesía y arte amateur.

    --Digamos que le muestro al mundo lo que quiere ver por el exterior. -- Me dijo mientras tomaba mi vieja cajetilla de cigarros, sacando uno lo puso entre sus labios y me dispuse a darle fuego.
    – Calma Don Juan. -- Dijo mientras sonreía y sacaba su propio encendedor y lo encendía por su cuenta.

    --Venga! Que tenemos aquí a una feminista en potencia. -- Y me reí a carcajadas

    --¿Acaso te asustamos las damas independientes? --Y me guiño un ojo como haciendo una mueca extraña. yo simplemente parecia estar hipnotizado por aquella silueta a mi lado, la observe mientras ella fundia la vista en el fianl de su vaso de cerveza vacia, como quien lo hace a escondidas.

    La mire y ella me miro me quede ahí quieto sin decir nada, mientras le daba un sorbo a mi Whisky con soda… pero luego de un instante dije

    – ¿Poesía bajo la caratula de un viejo libro de crítica social? Quiero escuchar esta historia--

    Y comenzó a hablar…

    -- Los artistas hacemos política de una u otra forma, el arte es política así que tampoco esta tan fuera de contexto ¿no crees?
    – tuche! Continua.

    --Pero en la sociedad ya todo está predeterminado…vaya sorpresa. No crees, te enseñan que tu vida gira en torno a la realidad que te han impuesto es por eso que les dejo ver lo que ellos quieren ver cuando me miran leyendo y ven la portada de este viejo libro seguro piensan: ¨ahí esta otra futura ciudadana ejemplar¨ cuando en realidad solo estoy leyendo mi vieja poesía que se burla de seres como ellos.

    --¡Oh Dios! mío tengo ante mí al mismísimo Charles Bukowski reencarnado en una dulce dama. Le dije riendo.

    --Aun no comprendes. Me dijo a carcajadas. – la poesía de Bukowski sobre pasa mis habilidades y por mucho pero digamos que tengo algo en común con el ¨Poeta Maldito¨ y es que ambos sacamos lo mas oscuro de la humanidad y lo convertimos en tinta el con sus escrito y poemas que a veces esta llenos de ese gran humor negro que para ser honesta me mata de risa y yo con mis dibujos y mi cruda critica soñadora -- . Me miro directo a los ojos y los dejo ahi fijos me sonrio con cierta inocencia mientras estiraba su mano y se tomaba de un sorbo lo que quedaba de mi whisky con soda. Continuo y dijo
    – Solo quiero soñar, convertir el silencio que miro en mi y en algunas personas, como el tuyo cuando entre al bar más temprano, te estuve viendo mientras mirabas en silencio fijamente al espejo de la barra… por casi 10 Minutos!
    – Vaya narcisista que soy, perdona no me he dado cuenta que estabas ahí. -- le dije. Mientras pensaba en sus palabras que retumbaban como el eco de la turbina de una avión en mi cabeza.

    --No hay problema. -- Dijo. – Pero ahora comprendes lo que digo, yo no mato al silencio en el que paso soñando, solo lo convierto en tinta, mientras que los demás como vos se pueden quedar en silencio toda su vida hasta que aceptan tarde o temprano a vivir bajo lo que se les ha impuesto. --

    Agache mi mirada. Para subirla instantáneamente, levantar mi trago vacio, el que ella me había robado y golpear su jarra de cerveza con espuma en el final y decir salud.

    -- ¿Me permitirías verlo? -- pregunte.
    -- Mientras no salgas huyendo con el, mira que no quiero escribir un poema con el titulo ¨ Al Borracho Maldito Que Se Robo Mis Poemas¨ -- Riendo luego de su parodia al famosos poema de Bukowski (A La Puta Que Se Robo Mis Poemas)

    Me extendio aquel libro con pasta de mierda politica y lo hojee durante unos cinco minutos y en una sus gastadas y amarillentas hojas alcance a leer una frase esquinera en su cuaderno de poesías que decía:

    ¨la vida al final del día se convierte en lo que a nuestras almas les dé ganas de soñar¨

    Me levante del viejo banco de madera, sonreí y dije con una mueca -- adiós extraña.

    – Mi nombre es Lucy. -- Dijo.
    – Te diría mi nombre pero después de todo lo que me has dicho creo que quiero inventarme uno nuevo, tal vez no solo el nombre tal vez reinventarme a mí mismo. -- Le dije mientras sonreía y me ponía mi chaqueta. --Fue todo un placer Lucy, tal vez algún día nos volvamos a ver y sea yo quien me fije en tus silencios. Y ella me sonrió.

    Escuche la música baja de nuevo y ahí estaba el viejo Morrison otra vez solo que esta vez cantaba a un volumen más alto Break on Through.

    Lo debí haber sabido desde el momento en el que entre, aquel no era un bar normal, y allí no encontraría un rostro familiar en lugar de eso me encontré a aquella extraña de ojos oscuros y piel palida que no era lo que veías sino mas bien lo que ella quería que vieras y yo, yo sali de alli pensando en cosas que nunca antes había pensado y observando como nunca antes hubiese observado yo simplemente…

    S0lo podia pensar en lo mal gastadas que eran las vidas de los hombres, levantandose a diario a la misma hora, pensando de la misnma forma en que sus padres lo habia hecho antes que el, y de la misma forma en que enseñaria a pensar a sus hijos, leyendo cada mañana los problemas del mundo y este pais tercer mundista sin antes taratar de entender sus conflictos mas propio e internos.

    Las vidas ya no se viven y el sol solo brilla por rutina. Parecia comprender ahora que al final estamos aqui por el tiempo que dura una parada de autobus y cuando este arranca la vida que añorabamos y amabamos se ha ido ya. y al final eso es lo importante, eso que se hace mientras los demas esperan, en esos pequeños momento se crean ideas, sueños y galaxias eternas.

    Aprovecha la parada de autobus para decir lo que quieras decir y no lo que se te fue ordenado decir. hacer lo que de verdad nos mueve y no lo que mueve al mundo entero.

    Yo ya no era el mismo…

    Break on through to the other side…..
     
    #1
    A nelida moni le gusta esto.

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