Una noche de invierno

Era una noche, tan fría que el aire helaba mis párpados al caminar. Cada paso me hacía sentir como el calor que producía el movimiento de mi cuerpo se pasaba de un músculo a otro por su contacto.

Seguí caminando. Tenía la mirada pérdida y el suelo era lo único que conseguía enfocar en mi cabeza. No merecía la pena mirar más allá. La calle estaba completamente vacía y el único sonido que rondaba el momento era el de mis pies contra el suelo y mis jadeos provocados por el agotador paseo.

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Aquellos momentos me hacían pensar. En realidad me gustaban. Sentía el invierno, y nadie tenía nada que ver en aquello, nadie lo entendía. No lo ven, es belleza en su estado más puro. La luz de las farolas, la luna, el viento intentando escapar de la gente. Coger aire y sentirlo dentro de ti, tan real como frío.

Son mis noches. Y continuaré disfrutándolas en su visión más subjetiva, mi visión, mis pensamientos.

 

Un gusto encontrar este relato donde describes ese momento con detalles tan nítidos que se hace sencillo meterse en la piel del personaje y sentir el momento.

Me gusta mucho. Gracias por compartir tu obra.

Un beso.