1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Una noche estrellada

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por troovadordelanoche, 24 de Septiembre de 2014. Respuestas: 2 | Visitas: 622

  1. troovadordelanoche

    troovadordelanoche Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    31 de Julio de 2011
    Mensajes:
    55
    Me gusta recibidos:
    4
    UNA NOCHE ESTRELLADA


    Hace mucho que ando perdido en un remolino de desesperación, un remolino en el que se pierden mis pensamientos y la brisa de la melancolía me abofetea al compás de la soledad.
    Pero aún hace más tiempo que no corro, pues no sé hacia dónde dirigirme, y ni tampoco duermo, porque ya no sé qué soñar. En definitiva, no soy capaz de sentir, ya que mi alma lleva mucho tiempo inerte, al no encontrar nada que le llame la atención.


    Así que, como no me ataba nada en esta vida, decidí empezar a caminar. Hice mi ligero equipaje, pues solo me lleve dos recuerdos y una pizca de esperanza. El primer recuerdo que eché en la maleta fue el más feliz de mi vida y el segundo, el más triste, uno para recordarme que a veces hay luz en la oscuridad, y el otro, para tener en mente que a veces hay que tocar fondo para luego empezar a levantarse.


    Emprendí la marcha, y tal fue la duración del viaje, que a veces se me olvida que no estoy
    caminando. Y es que caminé mucho, caminé hacia el olvido en línea recta, pero más tarde me perdí y acabe caminando en círculos sobre la frustración. Así que, una vez perdido deje de ser un caminante, y me convertí en el más veterano vagabundo.
    Vagué durante meses por las montañas del desánimo, y sin saber cómo, salí de ellas, recorrí todo el valle de la añoranza, cruzando el río del recuerdo, y atravesando la península de la amargura. Vagué por las más desoladas playas, hasta que me cansaba y saltaba de isla en isla, así hasta completar el archipiélago de la desesperación. Y ni muchísimo menos acabó mi viaje, pues este viaje ocupa casi toda la memoria de mi vida. Después vagué sobre las ruinas del amor, y fue la primera vez que me detuve a mirar algo, bueno más bien las mire de reojo, y dije: ¡ Qué lástima, el estado en el que se encuentran!, sucesivamente mis pies experimentaron las más áridas tierras, pues anduve perdido en el desierto del egoísmo y luego, tras cruzar un par de estanques pobres de agua, llegué sin darme cuenta al más desolador de los lagos, estaba tan seco como mi corazón en aquel viaje, y no brotaba ningún tipo de vegetación, parecía que ese lugar había sido condenado por la desgracia, pero tampoco me importo demasiado, también pasé de largo. Recorrí el camino incontables veces, pues andaba perdido en el tiempo y simplemente andaba, vagaba desde la más paradisíaca isla hasta el más sucio cenagal, y como no podía correr, andaba, y como no conseguía dormir, cerraba los ojos por compasión para que estos descansaran.


    Me acuerdo que solo paraba para refugiarme en la sombra de la noche, especialmente me gustaba tumbarme entre mis dos recuerdos y ponerme de almohada esa pizca de esperanza que metí en mi maleta. Y es que sin ir más lejos, en una de mis paradas en las sombras, te encontré.


    Te encontré casi corriendo, con paso firme y ligero, y sobre todo llena de energía. Desprendías algo que no había visto en todo mi viaje, alegría. Y sin apenas pestañear me cogiste de la mano, y me llevaste corriendo, y es que claro tú sí que podías correr, pues tenías muy claro tu destino, ese destino que bordee sin querer durante todo mi viaje pero que al que nunca llegué, la cima de la felicidad.


    No paraste de bromear, y te encantaba meterte conmigo y reírte de mi nombre, el cual te pareció gracioso durante todo el viaje, e incluso lo camuflaste con un juego de palabras que mis oídos detestaban.


    Por extraño que parezca empecé a sentir cansancio por primera vez en mi viaje, y tú comenzabas a tener sueño, y es que tanta energía al final pasa factura. Así que, tras acompañarte y aparcar mi camino, acabamos los dos en la colina de la esperanza, donde solté la pizca de ella que llevaba conmigo, porque estaba convencido de que nunca más me iba a faltar.


    Luego, nos tumbamos sobre la hierba, y esa noche fuimos desconocidos mientras el tiempo nos conocía. Debo confesar que no hablamos mucho, pero dominábamos el lenguaje universal de las caricias, y mientras los dos hablábamos, nos rodeó un aura de tranquilidad. Cuando me quise dar cuenta te encontré mirando al cielo, estaba precioso aquella noche, pues parecía que a la luna se le había olvidado acostar esa noche a sus hijas las estrellas, y ellas traviesas se desafiaban a ver cuál de todas era capaz de desprender más luz.
    En ese momento, me ausente durante un rato, pues nunca había sentido tanta belleza junta y mis ojos necesitaban admirar esa bella estampa.
    Jamás olvidaré que mientras yo pintaba caricias sobre el lienzo de tu pelo, tú jugabas a pedirle deseos al cielo, tras una impredecible secuencia de estrellas fugaces.


    [SIZE=4]Recuerdo que me cogiste sin permiso mi cuaderno de viaje, y tras leer un capitulo, me dijiste que te gustaba la forma que tenía de describir el mundo, y yo mientras me lo decías, solo pensaba en que estaba contemplando todo el mundo en la belleza de tus ojos y que no era capaz de describirlo.
    Y tras una lluvia de emociones intensas, te quedaste dormida un minuto sobre mi hombro, y ese momento mi corazón se paró por completo, pues claro eras una diosa encerrada en un cuerpo de mujer, y como comprenderás no todos los corazones pueden soportar tal insuflación de preciosidad de golpe.

    [/SIZE]

    [FONT=Helvetica][FONT=system][SIZE=4]Al día siguiente cuando me levanté, ya te habías ido, y como si de un fantasma se tratase, solo podía encontrarme contigo en mi memoria. Mis ojos lloraban, pues echaban de menos a los tuyos. Y durante tres o cuatro días te estuve buscando, te busque por las sendas más escondidas de las montañas, por los más abandonados ríos, grite tu nombre por todos los senderos y caminos más ocultos hasta quedarme sin voz, pero nada, no hubo respuesta.

    [/SIZE][/FONT][/FONT]
    [FONT=system]
    [COLOR=#141823][FONT=Helvetica][FONT=system][SIZE=4]Al quedarme sin voz, me dedique a escribirte, y estas son las últimas palabras que desde el cariño mi corazón te narra, las últimas de mis palabras que protagonizas antes de emprender una alegre aventura y hacer el equipaje de nuevo.

    [/SIZE][/FONT][/FONT][/COLOR][FONT=Helvetica][FONT=system]
    [COLOR=#141823][FONT=Helvetica][FONT=system][SIZE=4]Quizás algunos piensen que es una historia triste, al no haber un final feliz, otros pensaran que te escondites tras los acantilados del miedo y que estoy enfadado por eso. Pero lo cierto es que te estoy agradecido por haber resucitado un corazón muerto, por haberme enseñado a sentir de nuevo, por haber colgado en mi mente un recuerdo que me de fuerzas para luchar, por enseñarme la más desconocida de las bellezas, pero sobre todo, te estoy agradecido por darme un motivo por el que cerrar los ojos con una sonrisa, y poder soñar de nuevo cada noche.[/SIZE][/FONT][/FONT][/COLOR][FONT=Helvetica][FONT=system][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
  2. MARIANNE

    MARIANNE MARIAN GONZALES - CORAZÓN DE LOBA

    Se incorporó:
    29 de Julio de 2009
    Mensajes:
    43.937
    Me gusta recibidos:
    20.267
    el cierne nos deja una sabia reflexión, somos capaces de entender toda perspectiva y razónar sobre ella, saludos
    [FONT=system][FONT=Helvetica][FONT=system][FONT=Helvetica][FONT=system][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #2
  3. troovadordelanoche

    troovadordelanoche Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    31 de Julio de 2011
    Mensajes:
    55
    Me gusta recibidos:
    4
    gracias por leerme amiga
     
    #3

Comparte esta página