Una nueva realidad.

La hormiguita desesperada corría de un lado a otro, el agua de la crecida del río estaba inundando toda la tierra. Una voz en las alturas la sorprendió

-Ven, súbete a mi cuerpo.

Era una araña que colgaba de su tela.

-Vamos date prisa o morirás.

Sin otra opción por una de sus patas trepó al lomo de la araña que comenzó a subir lentamente. El entorno se cubrió de horizontes, las gotas de agua en las hojas de los árboles filtraban la luz del sol irradiando infinitos colores, la brisa dirigía una sinfonía interpretada por el follaje.

La araña se detuvo en una rama.

-Aquí estas a salvo

-Te debo mi vida, además, me has mostrado un mundo nuevo que no imaginaba.

-De que hablas, si esto siempre ha sido igual.

-No comprendes, nosotros caminamos con la cabeza inclinada para encontrar el alimento , la distancia entre nuestros ojos y el suelo es lo que conocemos.

Al llegar al hormiguero fue directamente a hablar con la reina

-Que deseas obrera recolectora.

-Mi Reina, un mundo maravilloso, el espacio entre la tierra y las hojas de los árboles lo he conocido, un horizonte sin límites en donde vive el viento y los

Senderos de las mariposas..

-Calla, no deseo oír más desvaríos, te condeno a cuidar larvas, no saldrás a buscar alimento.

La hormiguita cumplió la tarea, pero, a medida que

Iban naciendo los infantes les relataba su experiencia para que levantaran sus cabezas y conocieran el espacio.