Una pulga en el trasero.

UNA PULGA EN EL TRASERO. Por cierto, no olvides desinfectar el baño cuando yo haya partido. Es suficiente decir que no era el lugar adecuado gran parte del tiempo. Ese griterío absurdo, esas falsas promesas incumplidas en todas las ocasiones. No es necesario decir cómo me sentí con todo esto. Tampoco es necesario escuchar las razones por las que me abofeteaste en público, y las razones por las que decidiste cojonudamente, romper mi colección de libros de poesía. “Marica, no tendrás ni los libros que te consuelen, haber si te duele el vacío y la soledad”-decías mientras te ibas yendo, y sí, cómo me dolió tremenda decisión ¡Pendeja! Me rompiste los libros de ediciones caras! Cómo chingados no me iba encabronar hija de tu rechingada madre!
Señora, ha criado usted una hija muy educada. Respeta los objetos ajenos, la propiedad ajena, la integridad del otro y sobre todo, la muy cabrona respeta la lívido de los hombres. No se los anda curando siempre que se presenta la oportunidad.
Te deseo lo mejor de todo. Un mal empleo, herpes en la piel, una hipoteca no pagada, agua sucia, baño sucio, perro sucio, patio, maleza y todas esas porquerías que promete la gente ordinaria cuando se unen en el lazo de la eterna perdición, conocida también como matrimonio.
Haber, mamacita, vámonos entendiendo. Me dices que soy un asqueroso, que no me lavo los dientes, no me rasuro, no me limpio el culo bien, y que me dejo apestando todito. Te quejas porque no uso desodorante, porque no tengo dinero, y además te quejas de que tenga libros “Tanto libro, y nada de dinero. Eres patético” ¡Te vale madres, pendeja! Mira, si tengo libros es porque intento expandir mi cultura, porque me siento a gusto, y como todo ser vanidoso, me encanta saber que cuando alguien entre y mire mi librero dirá “Oh, mira todos esos libros, es un hombre muy inteligente” Agüevo, me levanta el fregado ego.
Pero ya no la hagamos de emoción, toma de una vez todas tus cosas y lárgate, que suficiente he tenido con las gracias que has dejado de paso. Ahora debo buscar un empleo, reconstruir el librero que destrozaste en esa laboriosa tarea que tenía como fin único, sacar la fiera que traías dentro. Si en unos meses regresas con la cola entre las patas, ni toques la puerta, yo me voy a otro lugar que aquí no me alcanza para pagar el alquiler, y además, apesta toda la habitación al perfume que usaste en ese baño solitario.

 

¡Ratas! perdón pero fue lo primero que me vino a la mente. No te creas, es un "Wow disfrazado" =)

Fuerte en verdad, y ... sin palabras en realidad. Me gustó. Espero que hayas logrado reparar el librero y reponer tus libros de poesía =)