Una vez mas.

No buscaba algo en especial, solo buscaba. La noche se alargaba, era una prolongación agradable, risas por doquier, burlas generales y bromas sobre aquellos sobrios. Mi cerebro se desconcentraba a ratos, pero no perdía la noción de lo que hacia, vacilaba y buscaba entre hombros sin saber que buscar.
Llegaría el momento donde encontraría por fin, ahí, a lo lejos, hermosos, delicados, penetrantes y brillantes ojos. Mi cerebro se conecto nuevamente solo para no apartar mi vista de ellos. Tímido, siempre discreto, pero con intención de reflejarme en aquellas pupilas luminosas cual perlas me acercaba sin darme cuenta, al momento sucedió, me proyecte directamente en ellos, me perdí por segundos, hasta que tomaron otra dirección, volvía a vacilar, como si nada hubiese pasado por mi mente, tratando de emitir ese pronto afecto y atracción, me traicionaba a mi mismo, y volvía a buscar, esta vez sabiendo lo que quería encontrar. En ese instante lo sentí, algo atrajo mi mirada hacia atrás, poderosa fuerza irrazonable, eran ellos nuevamente, esos ojos misteriosamente engañosos, ahora acompañados por un rostro perfecto, labios carnosos al carmesí, fijos en mi, y yo en ellos, no podía conectar mis pensamientos, solo uno estaba presente y era el deseo de perderme por siempre dentro de ellos, no pude hacer nada, una vez mas mi cobardía venció.
Un golpe en el hombro y un apretón de manos pusieron mis pies nuevamente sobre la tierra, no quería seguir pensando en ellos, pues sabia que no tendría el suficiente valor para acercarme, merodee sin esperanza alguna llegando a un punto distinto en el cual me sentí seguro de no verlos nuevamente, sin embargo seguía buscando inconscientemente aquella fusión perfecta entre ternura y tentación. Aparecieron, intercambiando el inmenso cosmos escondido dentro de aquel mirar con mi la mía llena de ilusión.
No lo soportaba mas, algo tenia que hacer y mi cerebro se volvía loco intentando buscar alguna manera de tan solo acercarme sin acobardarme, como ya es costumbre. La música bajaba, pero el volumen seguía siendo el mismo, ahora con la sensación de que ese ser portador de la dulzura, la belleza y de aquellas incomparables joyas que resaltaban por su brillantez, se acercaba a mi lenta y discretamente, a esta altura ya no tenia control en mi mirada y no la separaba de ella, simplemente esperando el momento para confirmar una vez mas que yo era quien se dibujaba en ellos cada vez que a escondidas miraba hacia donde yo, y si, así era, pues el evento de sincronización entre nuestras miradas sumaba mas números a cada minuto.
Al encontrar aquello que no sabia que buscaba, surgió una nueva contienda de ayar el momento para acercarme y sumergirme en la gloria de su mirar, sentía como mi corazón se aceleraba al intentar siquiera dar un paso hacia ella. Logre deshacerme de mi temor por un instante con la condición de desaparecer del lugar enseguida. Sin dudar puse mi mano con delicadeza en su hombro, acercándome mas y mas, tomándola lentamente por la cintura, admirando el brillo de sus ojos, diciendo una tanda de disparates, con sentido pero a la vez sin el, di media vuelta y me marche, sintiéndome torpe pero a la vez vivo.

Solo quería apreciarla de cerca y sentir sus ojos completamente sobre los míos.

 

Alguna vez me ha pasado algo parecido, besos de por medio, claro.
Pero me he marchado del mismo modo.
Un Abrazo Alejandro.