Una visita de dieciséis años

UNA VISITA DE DIECISEIS AÑOS

Vacié mi escritorio porque esa misma tarde vendrían a buscarlo. Lo regalé porque ocupaba mucho espacio y ya tenía otro. Al sacar los cajones encontré un papelito carcomido. Tenía una leyenda escrita en una letra roja que me resultaba familiar; era la mía, de cuando era chico. Entonces recordé: a propósito había dejado oculto en el fondo del mueble un testimonio de la fecha en que su rectangular presencia había ingresado a mi mundo: “09/03/86. A.E.C.P”. Lo paradójico fue que cuando este hallazgo aconteció, el calendario estaba detenido por 24 horas en el día 9 de marzo de 2002. Comprendí que mi escritorio nunca había sido mío; sino tan sólo una visita puntual de dieciséis años.

Ariel Carrizo Pacheco
​

 

¡Hola Antonio! Muchas gracias por tu atenta visita y comentario. Me alegra saber que te agradó este pequeño relato verídico. ¡Un gran abrazo, y hasta pronto!:

Ariel

 

¡Muchas gracias! ¡Un afectuoso saludo, estimado amigo!

 

¡Más que agradecido por esta gratísima presencia, plena de generosidad, estimada Rosa! ¡Un cálido abrazo vencedor de distancias!, ¡hasta pronto!:

Ariel

 

¡Lourdes, queridísima amiga! Gracias por pasar y dejar tu huella en este pequeño relato. ¡Un gran abrazo!

 

¡Un gusto recibir este saludo, querido Jorge! ¡Un abrazo!