1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Una visita incómoda

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Pablo Alonso, 10 de Septiembre de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 512

  1. Pablo Alonso

    Pablo Alonso Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    29 de Enero de 2011
    Mensajes:
    394
    Me gusta recibidos:
    34
    ¿Quién toca la puerta? ¡Ah, eres tú!, sabía que algún día vendrías por acá, pero a decir verdad no te esperaba hoy. De todas las visitas que he recibido en esta sala, quizá seas la menos grata. Pero no te vayas a resentir por esto que te digo, has de estar acostumbrada a oír estas palabras. Aun así, te ofrezco algo de tomar, ¿quizá quieras comer alguna galleta?; pues ahora me es menester mantenerte ocupada y no dejarte ir tan rápido. Ya he oído decir que vienes sin nada pero que te vas con todo; así que siéntate tranquila, no hay prisa, afuera empieza a llover y por lo que veo no traes paraguas.
    Sé que no somos grandes amigos, es más, hasta ahora te conozco en persona, aunque sin duda te he visto rondar por estas calles muchas veces. Déjame decirte que en ocasiones escogiste muy mal las fechas para hacer tu visiteo, y yo diría que también escogiste mal a algunas personas, pero con otras no tengo el mayor reclamo.
    Ya me decían que eras muy seria, o quizá tímida, y ahora lo compruebo. Desde que entraste a esta casa te has mantenido muy silenciosa y apenas has dado un sorbo al vaso con agua. Sabes, he oído hablar mucho de ti y tengo mucha confusión en la mente, unos me han dicho que contigo se han hecho millonarios y en cambio otros aseguran que contigo lo han perdido todo. De mi parte, por ahora, no sé ponerme en ninguno de los dos bandos.
    Perdona mi falta de consideración, ¿quieres conocer mi casa? Veo que niegas con la cabeza, y que con tu dedo índice de la mano derecha me señalas la muñeca de la mano izquierda, como haciendo una seña de que se te acaba el tiempo. Discúlpame la tardanza. Ven, te abro la puerta, te regalo mi paraguas, para que la lluvia no moje tu negro atuendo. Fue un gusto conocerte y recibirte.
    ¿Qué dices?, habla más fuerte, que casi no te oigo. ¡Ah, ya te escuché! Me tengo que ir contigo…
     
    #1

Comparte esta página