1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Universos Para"lelos" (El Rey Alcor II)

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Orfelunio, 28 de Mayo de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 1202

  1. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    15 de Mayo de 2009
    Mensajes:
    10.499
    Me gusta recibidos:
    808
    El Pueblo



    Con hambre y sediento, sin oro y sin plata, sin dinero, me encontré con varios hombres, que pusieron la mano con buen ruego pidiendo: ¡Señor, alguna mandala o un mal alcor!... Levanté las manos, ¡lo siento! ¿sabéis algún sitio dónde ganarlo? -pregunté-.

    ¬En la plaza Forza, más al centro, -respondieron-, se hacen apuestas, leen las manos, echan las cartas y se disputan las mozas. Si no lleváis dinero... ni mozas, ni cartas, ni manos leídas, ni un gano pierdo, sólo os queda retar al guapo gigante peleante, el hijo del porquero, ¡que ahora está diez a uno!, buena bolsa y buen dinero para quien lo doblegare, buen botín, para quien sepa encontrarle su punto débil, quien sepa burlarse con retintín del narciso apolíneo, y pueda enojarse con el repiquete, con un sinodino, confuso, creído y mezquino, encendida la rabia y la cólera, pierde su fuerza y su temple el guapo gigante, peleante y fino.

    ¬¿Habéis terminado la cita?, ¡por fin!, va a ser duro el encuentro, para decir que es niña llorona, mucha vuelta, para tan poco ruedo.

    ¬Acordaros de nosotros, a la vuelta, os lo pedimos como antes, con buen ruego.

    ¬Por aquí pasaré, lo prometo.

    Marché hacia la plaza. Había mucho bullicio. Iba a empezar el combate. Ya no era posible el reto. Vi al contrincante, era bajo feo mozo. Se inició el primer asalto. El mozo bajo feo por los aires, después rodando por el suelo. Derecha izquierda, izquierda derecha, arriba y abajo. ¡Una escabechina!. Algo debía hacer para parar la sangría. Me abrí paso, y me acerqué a la esquina.

    ¬¡Cúbrete bajo feo mozo! –grité-. Terminó el asalto.

    ¬Escucha bien, le dije, si quieres no hagas caso, y si quieres caso hacer, al gigante guapo peleante podrás vencer. Escucha el repiquete, escucha el retintín, es éste. Cuando se acerque el peleante, te dejarás coger y al oído dirás lo siguiente: ¨¡Qué recio, qué guapo, tus ojos son tan grandes como platos, tan saltones como pimientos morrones, tan brillantes como bolitas de alcanfor!¨.

    Empezó el segundo asalto. El bajo feo mozo soltó el retintín. El gigante peleante resopló. El bajo feo le metió un buen capón. Ni cosquillas hizo a su armazón. Terminó el segundo asalto.

    ¬¿No sabes algo mejor, más efectivo, que vaya más al ojo, más a saco? -preguntó-.

    ¬Ya ha resoplado, ¡tú tranquilo!, iremos al grano. Suéltale este otro: ¡Vaya nariz que tienes!, más parece hocico. Ahora que lo recuerdo, ya sé donde te he visto. En la venta del ventero, de los puercos, el más guapo de los cerdos, de los cerdos el más guapo del porquero. Empezó el tercer asalto. El bajo feo mozo soltó el repiquete. El gigante peleante le miró confuso, resopló de nuevo, y otra vez, y una vez más, ¡se envenó!, y apunto de entrar en cólera, sonó el gong.

    ¬Muy bien, le dije, ¡ya casi es nuestro!, sólo hace falta tocarle el hueso, pon atención y no te equivoques, si tienes buena dicción a gigante guapo peleante, meterás en el bote, tendrá lo suyo, le darás macatraca, le darás la del pulpo, le dirás: ¡Qué piel más fina... la del gigante y guapo peleante!, ¡qué fina!, más fina que las gallinas que se venden, que las vendidas gallinas, ¿entiendes?, y seguirás: Hasta entre las piernas, qué fina, qué poca, tan poca que ni se la nota. ¿Será un punto, o piel de castrado eunuco?

    Empezó el cuarto asalto y soltó el retintín. Ya salió del rincón el gigante peleante venoso, resoplando, cuando el repiquete escuchó. Reventaron casi sus venas, entró en cólera, se puso rabioso y lloró como nena. Su boca babeante, ¡era una pena!. Bajo feo mozo le dio gran paliza, en sus manos era muñeco de feria. Perdidas sus fuerzas, el gigante guapo peleante sólo era un saco de raíces cualquiera.

    ¬¡Tongo, fuera! ¡fuera, tongo! -se oyó-. Bajo feo mozo escuchó: ¡El tonto muera, muera el tonto!. ¡Qué paliza le dio!

    El gigante guapo peleante yacía en suelo, sin poder levantarse.

    ¬¡Que lo laven y lo curen!. ¡Que le den remedio de Hipócrates!, [COLOR=#000000]¡muy bien bajo feo mozo! [/COLOR]

    [SIZE=4][COLOR=#000000]¬Me has servido de gran ayuda -dijo bajo feo mozo-, sin ti sería mi alma un pingajo en lugar de la suya. Acepta de agrado la mitad del botín. Lo cogí. ¡Cuarenta Mandalas de plata!. [/COLOR][/SIZE]

    [FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Adiós amigo, ¡aprovéchalo!, y que la vida te sea grata. [/COLOR][/SIZE][/FONT]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Recordé a los pobres, pensé: Después de yantar, no sea que falte y no sobre. Me dirigí al mesón para mojar la garganta y llenar el estómago. [B]Entré[/B]. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Mesonero, vino y vianda!. Curiosos, miraron los de dentro. Apareció el mesonero. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Habéis oído?, -preguntó a todos, jocoso-, vino y vianda pide el forastero, como si nada, ¿acaso lleváis dinero?, ¿o vais a dejarlo debido, para pagar después lo comido? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬No mesonero, parecido, voy a dejar lo debido, para pagar lo comido. Dinero tengo, legal, algún que otro mandala de plata real. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Será cierto?, enséñamelo. Se lo enseñé. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Lo siento caballero -respondió- aunque lleva el señor dinero, a un extraño no puede servir mesonero, que lo expliquen aquí los clientes, paisanos del pueblo. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Si el señor quiere vianda y buen vino -dijeron- deberá acertar ¨acertijo¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Caramba!, éste es un reino de adivinos, un país de acertijos y adivinanzas. ¡Caramba carambola!, aún no he salido de una y ya estoy metido en otra. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Sí, es de adivinanzas -dijeron- con el acertijo expuesto, hacer bueno el hecho... ¿estás dispuesto?, ¿serás uno de ellos? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Fácil lo has puesto, en ayunas estoy, ¡exponedlo y os lo demostraré!. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Qué es mejor -preguntaron- la eterna felicidad o un sandwich de jamón?... [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Con el hambre que tenía no había duda -pensé y dije: Desde luego ¨nada¨ es mejor que la felicidad eterna, y ciertamente un sandwich de jamón es mejor que [B]nada,[/B] por lo tanto un sandwich de jamón es mejor que la felicidad eterna. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Se quedaron pensativos...¬Cambias las palabras, dijeron, ¡es un engaño!. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Tanto como el vuestro, [/COLOR][COLOR=#548dd4]“¨[B]Nada[/B]¨ se ha cambiado”[/COLOR][COLOR=#000000]. Se acercó hacia mí el mesonero. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Veamos, bien parado has salido, veremos si lo eres tanto conmigo. Enséñame de nuevo una moneda. Le enseñé la mandala. ¬La Dama otorga, lo que su Señor le concede. ¿Qué dona la Dama y qué concede el Señor? –preguntó-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬La Dama como bien sabe, es la Reina Mandalandinga, el Señor... el Rey Alcor, aquí representado por el gran basto real, que representa el poder. [/COLOR][COLOR=#548dd4]“¡La Dama dona, el poder que le concede el Rey!”[/COLOR][COLOR=#000000], a todo aquel que la posea. Si es de plata es un poder, y si es de oro, el poder es otro, contesté. Sonrió el mesonero. ¬[B]¡Vianda y vino para el adivino!,[/B] dijo el mesonero. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Gracias caballero, que llevo ya dos días, difícil lo habíais puesto, creí que hoy tampoco comía. Comí, y sacié mi sed con vino y más vino. Con la barriga llena y demasiado contento, llamé al mesonero: ¡Por favor, la cuenta!, no se demore el señor, ja, ja, ja, no sea que me arrepienta y no le page, ¡que tengo el poder de la Reina!... hip, ¡y no me obliga a pagarle! Aquí tiene el mesonero las dos mandalas de plata, y... si no es molestia, me podría informar ¿dónde debate la gente, sobre dimes y diretes, sucesos, filosofías y noticias del reino? Rió el mesonero, y dijo: [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Acaso pretendes hacer el ridículo?, ¡son hombres sabios!, muchos de ellos Caráculos, de Demóstenes discípulos. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿No conoce el dicho?, ¡que vengo del cielo!, y vino que del cielo vino, y con tanto resplandor, que sin saber de letras se hizo predicador... ¡y yo lo soy!. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Sí, sí, señor, dijo, vaya usted con dios. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Pero… ¿dónde está esa gente? -insistí-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿No vienes del cielo?, ¡adivínalo!, será mejor que duermas y digieras el vino, que pasen unas horas y te subas al púlpito. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Tiene razón, mejor es dormir lo comido, que hablar lo bebido y no debido. Salí del mesón. De nuevo me crucé con los hombres del buen ruego. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Hombre de palabra eres! -dijeron-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¡Creen que vengo adrede! -pensé-. Ya daba media vuelta, y escuché: [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Se dice, se comenta, que en el reino hay gran oferta por sabios bien medida¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Sí... -me apresuré a decir-, hombre soy de palabra. Me senté con ellos. Busco a esos sabios, esos hombres, esa oferta debatida, el lugar de sus debates y dónde empieza la partida. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Dónde empieza está por ver -dijeron-, el Oratorio está cerca de Palacio, muy grande es el sitio y con gran plaza. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Aquí tenéis mandala de plata para cada uno que compruebe su valor. Habían cuatro. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Es de plata, sí señor -dijeron todos-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Pues ya sabéis, ¡a repartirla! -dije medio dormido-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Pero… ¡sólo hay una!, faltan tres. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Una era la que os di y una la que os enseñé, y que cada uno pudierais ver, ¡ingratos!, malos compañeros, que repartí una para los cuatro, no para tres -me dormí-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]No sé cuánto tiempo pasé allí. Desperté y recordé a los viejos del buen ruego. Ya sabía el camino, los hombres ya no estaban. Me puse el gorro, hacía frío, la tarde avanzada, el pueblo vacío. Pasó un rebaño y su cabrero, caminé junto a ellos hacía el Oratorio, en silencio y sin dinero. Sólo el balar y el canto de las cabras daban crédito al suceso: Era cierto, no era un sueño, me dejaron con lo puesto, ya me avisó el mago: [/COLOR][COLOR=#548dd4]¨Cuidado con el buen ruego¨[/COLOR][COLOR=#000000]. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Rompí el silencio y dije al cabrero: [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Hermoso rebaño de cabras, sí señor!, ¿puedo hacer una pregunta al pastor? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Las que usted desee y quiera -respondió-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Cuánto andan cada día sus cabras? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Las blancas o las negras? -preguntó-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Las blancas. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Las blancas andarán unos seis kilómetros al día¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y las negras? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Las negras también¨ -respondió-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Y ¿cuánta hierba diría que comen cada día?. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Las blancas o las negras?. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Las blancas. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Las blancas comerán unos dos kilos de hierba al día¨ [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y las negras?. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Las negras también¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y cuánta lana diría usted que dan las ovejas al año? -pregunté de nuevo-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Las blancas o las negras?. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Las blancas. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Bueno, pues unos tres kilos de lana al año¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y las negras?. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¨Las negras también¨. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Intrigado, le pregunté: ¬¿Porqué a cada una de mis preguntas sobre las ovejas y cabras, insiste en distinguir ovejas y cabras, las blancas de las negras, si no se diferencian más que en el color? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Verá usted -dijo el pastor- !es que las blancas son mías!... ¿comprende? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Ah, ya!, ¿y las negras?... [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬[/COLOR][COLOR=#548dd4][B]Las [/B][/COLOR][COLOR=#548dd4]“[B]negras también“ [/B][/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬El señor pastor hace absurdas distinciones, en lo que para la protección y el cuidado al rebaño se aplica igual en sus funciones. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Usted cree? -dijo el pastor-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Yo no creo, yo sé -respondí-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]
    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Le pregunté de nuevo al pastor: ¿Qué tiempo cree usted que vamos a tener mañana? [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y usted, qué tiempo cree que vamos a tener? -replicó-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¡Ya te pillé, falso orador!, pensé, y dije: [/COLOR][COLOR=#548dd4]¡El que yo quiero! [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y cómo sabe usted que va a hacer el tiempo que usted quiere? -preguntó-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Verá usted, cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo, por eso estoy seguro que va a hacer el tiempo que yo quiero, ¡el que tengo! [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Muy agudo el forastero. Ésta tarde, antes de salir de casa, aposté con mi mujer dos mandalas a que regresaría antes de medianoche. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¿Y suele usted ganar las apuestas? -pregunté-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬La verdad es, que la mayor parte de las veces me dejo ganar, je, je, je. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡El señor demórese!, y nunca llegue antes de la media noche, muy seguro está el pastor de que es su señora quien gana la propuesta, ¡que puede encontrar a su doble, que le gane la apuesta!. Con acertijo le quise hacer ver. El pastor pensativo, queriéndolo entender. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Me acerqué al Oratorio, no había mucha gente, lo creí encontrar lleno, serían sabios... o genios, grandes oradores con grandes pensamientos, pero también eran hombres que pisaban el suelo. Allí pregunté por el hecho, de que el Señor buscaba un pertrecho para hacer ver al pueblo, que él era el Rey, ¡el único genio! [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Ja, ja, ja -rieron-. ¬¿Qué pretendes?, tú ¿te vas a enfrentar a nuestro Rey?... ¡con esos trapos!. Veo que llevas el nombre en la frente -dijo uno de tantos-. ¬¡¿Eres Rey?!. ¡¡El Rey Adidas!! -exclamaron-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]De la cabeza quité el trapo. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬Si, soy Rey, pero ni yo ni mi reino son de éste mundo. Inconscientemente saqué un cigarrillo y encendí el mechero -se asustaron-. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¬¡Un arma de fuego! [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Estaban aún asombrados, cogí la cartera y también un papel, coloqué mi cara tras él, y le añadí fotografía, di la vuelta al cartel y vieron mi cara, ¡la mía!, impresa en él. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]¡Magia!, ¡magia! –exclamaron-. Se armó gran revuelo, acudió la Guardia Real y me pusieron el cepo. [/COLOR][/SIZE][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]A la mazmorra fui llevado, a pan y agua me tuvieron largo tiempo. Recordé a Alshaín: Te daré los mismos números para que coincidas en su universo. Entonces, me pregunté: ¿porqué no había coincidido con él?, los dos habíamos utilizado el mismo sistema, los mismos parámetros, sin embargo de él no se hallaba ni rastro. Pronto hallé la solución, era tan sencillo como que él había llegado antes y yo después. La diferencia de ese antes y después era lo que me separaba de Arbacia. Calculé el dato con una sencilla operación: Arbacia salió tres meses antes o noventa días. Calculando un día terrestre de veinticuatro horas, y suponiendo que el universo paralelo en el que me hallaba era idéntico al suyo y al nuestro, multipliqué los siguientes valores: Noventa días por novecientos mil kilómetros/segundo (velocidad del neurotaquión) dividido por las cuatro dimensiones. Además tenía que tener en cuenta la diferencia de masa. Añadí este factor, teniendo en cuenta que por cada kilo de masa superior al mío, se elevaba el exponente a la cuarta por cada una de las dimensiones. La diferencia resultante: ¡Cuarenta neurotaquiones!, novecientos mil millones de segundos. Arbacia viajó en el tiempo hacia los pueblos y Reinos de leyenda ya olvidados, [/COLOR][COLOR=#548dd4]¨allá por la Media Luna Fértil¨ [/COLOR][/SIZE][/FONT][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Corrieron los tiempo y llegó a oídos del Rey la singular escena. Se abrieron las puertas del calabozo, y dijo el guarda: "Necesitas una buena friega y ropas nuevas, encomiéndate al sabio, el Rey espera". [/COLOR][/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua]

    [COLOR=#800080][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=#000000]Me lavé y puse perfumada ropa. Me llevaron ante el Rey Alcor y la Reina Mandalandinga, sin decir ni jota. ¡Tengo hambre!, replicó mi boca.[/COLOR][/SIZE]

    [CENTER][FONT=Book Antiqua][SIZE=4][COLOR=darkorange]***[/COLOR][/SIZE][/FONT][/CENTER][FONT=Book Antiqua]


    [LEFT][COLOR=dimgray]Un saludo[/COLOR][/LEFT]



    [/font][/FONT][/COLOR][FONT=Book Antiqua][FONT=Book Antiqua][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1

Comparte esta página