Uno solo.

Te quiero completamente.
Te quiero, seguramente.
Te quiero vacía.


Desnuda. Mía.


Estás llena, repleta, jubilosa.
Estás a punto de estallar.
Eres preciosa; no te voy a fastidiar.


Cada cuál, que aprenda su juego. Somos instrumentos de música. Pertenecemos al Sur...


Que es grande y bendito, por siempre.
Es una orquesta maravillosa.
Con 22 universos paralelos.


Y repito la misma idea, en varios poemas distintos. Porque soy el mismo que viste y calza.


Y así, a los trabajadores de la luz, ensalzo.
Y recuerdo la idea conveniente de Familia angelical, o de energía del hogar.
Y saludo a Kryon, del Servicio Magnético.


No hay competición. No soy superior a ti. Soy el vino tinto, y tú, mi botella.

 

Complemento perfecto.
Dos en uno.

Poema refrescante.
Amigo mio.

 

¡¡¡GENIAL!!!

 

Siempre digo que sabés relacionar muy bien las ideas cuando el tema es uno, y este poema tiene ideas muy bellas, todo lo que implique luz es positivo y grato de leer.
Saludos

 

¡ Gracias, compañeros !
Lo intento, mas no lo consigo.
Demostrar que soy mejor que la mujer...
Y pienso que incluso una niña pequeña, podría derrotarme.
Porque es la gracia de Dios, lo más bonito.
Contra eso, no se puede combatir.

 

Nada amigo pues que disfrutes del vino tinto y su botella, saludos

 

Tu poema me fue llevando a ese final perfecto.

Disfrutando de tu poesía

Alfonso Espinosa

 

Gracias, Alfonso, por tus ánimos. Son palabras de aliento, que me reconfortan. Alejandro, ¿ Crees que yo puedo soportarlo ? El vino me supera. En seguida pierdo los papeles. No puedo emborracharme.


Luz y Absenta, gracias por presentarte. Nunca faltas. Seguramente, eres mi amigo.