1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Vagabunda

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Sofia Castelluccio, 25 de Septiembre de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 707

  1. Sofia Castelluccio

    Sofia Castelluccio Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    31 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    62
    Me gusta recibidos:
    12
    Ella lo tiene todo, pero cae de rodillas sobre los vidrios.
    Cuenta los lunares de la noche, ríe junto con el viento, le confía su genuino secreto de querer morir a las sombras de los árboles.
    Cada paso que da, pesa por encima de los escombros.
    Ella es tímida, pero brillante. Incluso, el sol envidiaba su cálido mirar y decidió regalarle las noches más crudas por el resto de su vida.
    La naturaleza y el universo cósmico dibujando el paraíso en su piel.
    Tiene una extraña manera de vivir opuesta a los dogmas divinos, para ella la lluvia es dicha, la tristeza solo duele cuando la observa por encima, pero al zambullirse en ella encuentra su infinita musa.
    Un día regaló su corazón y sus fuerzas eran impulsadas por el veneno del odio. Tras la decepción de quien no supo valorarlo, se juro recuperarlo y lucho sola hasta conseguirlo.
    Pero ya no era lo mismo, consigo trajo rasguños, moretones, y cicatrices burdas.
    Ni el tiempo con sus suaves caricias podía cesar el llanto seco de sus ojos.
    Ella fué la primera mujer del mundo que aprendió a hacer brotar poesía de las paredes silenciosas del alma. Quién deseaba transmitir la energía necesaria para poder vivir con cargas que doblan su peso.
    Sin embargo, eso es una utopía, ¿quién escucharía a una auténtica loca?.
    Sus palabras regresaban a su mente en forma de eco, las risas estallaban en su cara.
    Entre las tinieblas de su mundo gris, algo tenia muy claro: su existencia jamás sería promedio.
    Aspiraba a dar pasos altos y desprendía inocencia, no importaba cuantos pecados había cometido, siempre lograba renacer en su ser el ángel tierno y audaz.
    Ella era la llama, que reavivaba el fuego de la locura.
    Se llevaría consigo la fuente de la sabiduría eterna, si antes, nadie desataba su voz enredada en el miedo a expresarse…
    Cada ola que golpeaba su corazón, cada disturbio en su casa, la hacía desconocer el significado de hogar.
    Dejando de lado la vergüenza, yo soy aquella vagabunda.
     
    #1
    Última modificación: 25 de Septiembre de 2013

Comparte esta página