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Vampiro900: 21va. parte.

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por rodrigotoro, 23 de Enero de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 848

  1. rodrigotoro

    rodrigotoro Poeta adicto al portal

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    CAPITULO VEINTIUNO: TRAFALGAR DE SANGRE.


    Alejandra terminaba de abrir los ojos. En su retina, fresca y amenazante, veía la imagen de Roderick. Sabía bien lo que su padre oscuro había hecho, y comprendía perfectamente que todo aquello correspondía a un castigo de su parte hacia ella.

    Lo que ahogaba su alma era que fuese justamente Roderick, nuevamente ese hombre el que se interponía en su camino. Ya le había abatido en 1902, con una calculada y fría estrangulación. Pero ahora las cosas eran diferentes. El poder que Itrium le había dado a ese hombre era cuantioso.
    Alejandra se sirvió otra copa de coñac mientras miraba por la ventana las desprejuiciadas y rebeldes estrellas en el firmamento.
    Sentía, muy en el fondo, un hastío infinito de todo: De aquélla vida sin límites ni parámetros que llevaba, de tener que deambular por los siglos en la hermética compañía de la soledad, y el holocausto de todo sentimiento en la hoguera de la noche eterna; Cerraba los ojos, y se veía en el fiordo de aquélla jornada maldita en que Itrium asesinara a sus hermanos y la transformara en algo peor que un monstruo y mas abyecto que la miseria misma…
    Con sus dedos pulgar e índice presionó el vaso que estaba en su mano hasta que el cristal se hizo pedazos. La sangre brotó de sus cortadas yemas copiosamente por escasos diez segundo,s hasta que la herida cicatrizó. Alejandra miro su mano: Pudo sentir en ella la transpirada piel de Velasco, ahogado y furibundo, romperse bajo su fuerza; Vio aquellas pupilas llenas de odio, aquél semblante desencajado y acusador recusarle su criminal instinto, y disputarle el amor de Ludávica hasta el último instante: Cuándo el azadón de la muerte le arrebatara el aliento.
    Pero ahora estaba de regreso, y lo único y realmente importante para ella estaba amenazado.
    Alejandra sabía que Roderick necesitaría unas setenta y dos horas para terminar de asimilar su nueva condición inmortal y calibrar sus sentidos antes de volverse peligroso. Ahora, que estaba recién nacido, estaba confundido y muy cansado por la transformación. Y era la oportunidad de acabarlo.
    A grandes zancadas se dirigió hasta su habitación, y golpeando un muro con ambas manos derribó una pared de ladrillos estucada y enyesada. Tras aplacarse la ingente nube de polvo y arcilla una caja de madera, hecha de toscas tablas de roble descolorido por el paso de los siglos, quedó expuesta. Alejandra la tomó con sus manos, no sin cierto grado de parsimonia, y abriendo la tapa extrajo un espadín de plata cuya labrada hoja, de veinticinco centímetros, brillaba como si fuese el primer minuto de su forjado y templado.
    Aquélla arma, recordaba, había sido creada por un maestro armero chino de apellido Xia Tung el año 1138. Una reliquia única, ya que fue la última obra en vida de dicho genio de la metalurgia de antaño. Alejandra la tomó entre su puño derecho y la acercó a su rostro. La magnífica pieza se mostraba en todo su rutilante esplendor.
    Fue en ese momento que Alicia, intrigada por el alboroto en el cuarto de su compañera, ingresó. Al ver el espadín se quedó muda por varios segundos antes de hablar
    -ALICIA: ¿Vas a matarlo?
    -ALEJANDRA: Si. Y esta vez no podrá regresar nunca más…
    -ALICIA: ¿De verdad es tan peligroso como dices?
    -ALEJANDRA: Lo es. Pero no debes preocuparte Ludávica: Yo seré más fuerte y mejor siempre…Y debo serlo doblemente por ti, mi amor
    -ALICIA:… ¿Es Velasco, cierto? Anoche soñé con un carruaje y ustedes dos en él peleando…
    -ALEJANDRA: Si, es Velasco. A regresado a quitarme tu amor…Pero no sabe que será su último error…..-Alejandra apretó el mango del arma con fuerza; sus ojos brillaron de odio…
    La suerte estaba echada….
     
    #1

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