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Vampiro900: 25va. parte.

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por rodrigotoro, 15 de Febrero de 2010. Respuestas: 1 | Visitas: 922

  1. rodrigotoro

    rodrigotoro Poeta adicto al portal

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    CAPITULO VEINTICINCO: PRELUDIO.


    Las manos se juntaron, como atraídas por imán gigantesco: El contacto de la piel se fundió en un rito de arcaica data, una danza de viento y polen de media estación.

    Alejandra acarició la mejilla de Alicia y recorrió su cuello. Al ir explorando cada milímetro de los pliegues de su piel con las yemas le transmitía a su amada toda la desbordante pasión que se anidaba en su ser cual loba furiosa; Sus dedos recorrieron juguetones y curiosos también sus labios, aquéllos labios rojos y turgentes que ella misma soñara por más de un siglo cuando la muerte, en su despótica e impronta mano, les había separado.
    La volvió a besar. Locamente, como poseída por la furia descontrolada del océano. Y sus manos rasgaron el vestido de Alicia dejándole desnuda. La boca de Alejandra descendió lentamente, beso a beso, milímetro a milímetro, hasta atrapar los pezones de su compañera en un contacto perfecto. Sus manos acariciaban la desnuda espalda, de piel blanca y rosada, en un arremolinado juego de tacto y frotamiento. Alicia hizo lo propio rasgando las vestiduras de su enamorada compañera de un solo tirón, cual senador romano en acto de desagravio público, y se abocó a su exploración. Alejandra era una mujer hermosa, una bella flor cuyos pétalos, tras siglos de oscuridad, se abrían de par en par al mundo de Cupido con la gracia y ansiedad de una niña recién nacida que anhela conocer su alrededor…
    Lentamente, e inmersas en su fogoso idilio, se elevaron desde el suelo. Suspendidas en el aire, sus cuerpos se entre mezclaban, entregándose mutua y ferozmente un contacto profundo y sempiterno; La nieve les cubría, pero casi inmediatamente se vaporizaba por la alta temperatura de aquellas fogosas amazonas que, olvidando el universo, a Dios y al tiempo, permanecían suspendidas en su propio mundo hecho de placer y deseo inmedibles
    Sus manos se apretaban, sus dedos se entrelazaban ciegos y graciosos con la fuerza de las montañas, y sus miradas eran solo una: Un único brillo, un único huracán de semblante carmesí…Una retahíla de constelaciones explotando en el cosmos blanco de la nieve
    El placer les consumía como las llamas del infierno, desgarbada y consumida su carne, y volviendo titánicos sus alientos arremolinados y herméticos.
    Al llegar al clímax, un rayo cayó justamente donde estaban ellas: Como un desafío de la luz a su macabra naturaleza. Pero la energía de Zeus solo logró elevar aún más el placer en sus cansados cuerpos. La descarga eléctrica encendió sus cabellos incendiando sus pieles sudorosas. El fuego volvió surrealista la escena, donde las miradas de comunión y eterna unión se fundieron en el calor corrosivo y purificador del fuego.
    Lentamente, la nieve apagó las llamas.
    Sin fuerzas, ambas se dejaron caer al helado y esponjoso suelo. Al sentir el frío inmisericorde sobre sus dermis respiraron con profusión buscando recomponer sus fuerzas. Las manos de ambas se buscaron en la nieve, y los dedos se volvieron a unir
    -ALEJANDRA:… ¡Esperé por esto durante años, mi amor. Sentir tu olor en mi boca, el brillo de la noche sobre nosotras y la orfandad del resto del mundo, solo estando contigo!...Ha valido la pena la espera...
    -ALICIA: Si, ha sido hermoso. Ahora se realmente lo que es sentirse viva Alejandra. Mi cuerpo tiembla, y mis manos aun te desean, casi con más ansias…nunca nos separaremos...
    -ALEJANDRA: Nunca más, Ludávica. Ahora tengo una razón verdadera frente a la cual todo es despreciable, incluso el morir
    Mañana enviaré a la Caramelo, con una nota, desafiando a Velasco. Y será mi última batalla…Aplacaré la ira de Itrium y al resto del universo en tu nombre, bella Ludávica. Lo juro por mi alma oscura y Belcebú…
     
    #1
  2. Recaredo

    Recaredo Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    2 de Agosto de 2009
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    !WUAUUU¡ Con qué fuerzas has entrado, mi amigo, Rodrigo. Me alegra verte por aquí, sí que me alegra, puedes creerme, Nos tenías preocupados a tus amigos con tan largo silencio. Espero que estés restablecido de tus depresiones y nos obsequies de nuevo con tus bellos relatos y poemas. Te mando un fuerte abrazo. Recaredo
     
    #2

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