Ver sin equivocaciones

La estación silenciosa, oscura,
la gente se fue en el tren,
llegan largas noches de pesadilla,
noches inhumanas.
Dicen, es la guerra.
¿De quién?
De un mundo dominado por el odio,
de personas que cansadas
buscan el alimento diario,
de políticos apolíticos
que anteponen su ambición
al bienestar ajeno.
Se mire por donde se mire,
son viles, son ineptos,
son poderosos con dinero,
son los opresores del pueblo
y se creen los buenos del desencuentro.

Y yo de lejos los contemplo.
¡Qué equivocación!
El mal presagio va venciendo
llenando mis ojos de lágrimas,
de dolor y del advenimiento.
Es la guerra con sus damnificados,
niños solos llorando,
madres con fervor implorando
y el despropósito continúo reinando.

Pienso, la salvación está ahí, cerca
junto a los de la otra acera,
los enfrentados, los manipulados.
Hay que desoír el grito del rencor
y darnos la mano,
alumbranos con la luz de la virtud,
refugiarnos en sus hogares de amistad
plenos de miseria como los nuestros.
Hay que ver sin equivocaciones,
sin vendas, sin desidia,
contemplar las espaldas sudorosas del contrario
utilizado como todos nosotros
por los adinerados sin escrúpulos.
Debemos castigarnos firmemente
con el olvido de agravios propios,
impropios e imaginarios.
Dibujar círculos de fuego,
de salvación, de perdón,
de separación en duelos.
Alejar la desazón del cuerpo
y abrazarnos contentos.
Extender las manos al hermano
que, como todos nosotros,
fue empujado al descalabro de la contienda.

Es la guerra ¿De quién?
De uno y otro, de todos
y yo quiero sea de ninguno.

Autora: María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-
Derechos de autor reservados.
21/04/2018 Madrid. España.

 

¡Cuánta razón tienes Maria Cruz!.
Gracias por compartir este noble alegato.
Un abrazo.
Jazmín

 

Jazmín un pequeño aporte a favor de LA NO GUERRA. Muchas gracias por pasar y comentar. Feliz martes.