Vi como el viento peinaba

Vi como el viento peinaba
la superficie del mar,
dejando pasar las olas,
volcando espuma en la playa,
bañando las caracolas
que nadie quiso tomar.

El cielo rojo-violeta
huía en el horizonte,
robando la luz del día,
silbando por la Caleta,
dejando la arena fría,
confundiendo mar y monte.

Peinó cien veces el viento
la cabellera del mar,
hasta conseguir su calma,
amainando todo aliento,
sosegando toda alma,
invitando a descansar.

El susurro fue silencio,
las olas fueron llanura,
y hasta allí salió mi barco,
con red pero sin fortuna,
sin sedal para el amor,
sin qué aplacar mi amargura.

Ya soy marinero viejo,
cansado del copo echar,
de buscar una sirena,
de despertar con Morfeo,
de cambiar suerte por pena,
de peinar también la mar.​

 

Peinó cien veces el viento
la cabellera del mar,
Si lo que continua me hubiera dicho mi ex...

 

Con las "ex" se quedan muchas cosas dichas de menos y muchas dichas de más... Gracias por tu visita.

 

También te gusta el mar, yo no podría vivir sin él. Hay que ver cuantas cosas puede inspirar...Me gusta mucho lo que quieres trasmitir con el poema, si es que no lo he entendido mal.

 

Gracias lightyear.
Me encanta el mar, me vine a la costa porque vivir lejos, a mi me parecía terrible... A veces me inspira y otras sencillamente me sosiega y complace. El poema empieza con una visión tranquila y relajante del mar en el ocaso del día, como bien pudiera corresponderse con esa etapa de madurez ya consolidada que a muchos nos va llegando, y toma un tono melancólico ante la resignada y asumida soledad de alguien que intentó evitarla. Creo que es eso, sí, pues me suelo inventar personajes y situaciones, e imaginar qué pueden sentir los protagonistas, o qué sentiría yo en su piel. Supongo que a todos nos pasa un poco, que tienen más encanto nuestros personajes que nosotros mismos... aunque les prestemos nuestros ojos y sentimientos.
Un abrazo.

 

Creo que a quienes vivimos lejos del mar y no lo visitamos con frecuencia nos cuesta sentir esa visión de entidad y las relaciones que despierta.
Leyendo el poema pensé en el haiku porque en mis intentos de comprender por qué este tipo de composición parece tan popular, leí que suele proceder de la contemplación de la naturaleza. Sin emabrgo, a mí me cuesta captar matices en tanta brevedad. Me gusta más un poema como este en que esa contemplación de la naturaleza se despliega con detalle y te va llevando poco a poco a la imagen, al escenario que se describe.

Tiendo a pensar que en los poemas el autor habla de sí mismo, pero sé que no siempre es así y en este caso quedó claro después del comentario. Sí me transmitió esa sensación de tristeza calmada, como un manto que se ha ido posando poco a poco sobre los hombros del marinero y que ya un poco forma parte de él y no puede quitárselo. No es desde luego una explosión de sufrimiento intenso ante una determinada situación. Lo describiría como un poema de tristeza calmada, muy compatible con una moderación y prudencia que creo que son rasgos tuyos.

 

Espléndida poesía de calidad hermosa y emocionante.

 

Gracias Alvaro, veo que nos vamos conociendo. Los que me conocen dicen que soy tranquilo, pero es sobre todo sólo por fuera, ... al de dentro lo calmo a base de tila y otras tisanas . Sí es posible, que el marinero sea una proyección, una entre muchas, del futuro de quien escribe; tristeza resignada y calmada al racionalizar asuntos importantes de la vida...
Gracias por tu visita y tu amable opinión. Un abrazo

 

Muchas gracias Jorge, por tu atención a estas letras.

 

Lo de dentro; los sentimientos, las pasiones, no las elegimos. Podemos pensar que son parte de nuestra naturaleza y que por tanto nos definen. Sin embargo, tenemos capacidad de decisión en nuestros actos, al margen de esa "naturaleza" y creo que es mejor el futuro de una humanidad que se defina en sus actos; actos libres en los que realmente se empeña la volutad propia, que es lo más íntimo que tenemos.

 

¿Quién no se pierde mirando al viento sobre el mar? Un gusto.

 

Estimado José Ayarza:

Muy buena obra. Describes con finura la puesta de sol y como el viento peina el paisaje.

Saludos cordiales

 

Hermosas letras.
Un placer leerte

 

Ayyy José, qué hermosa es esa inmensidad llamada Mar, ella invita a soñar, a dejarnos arrastrar por sus olas hasta un horizonte sin final, sentimos el amor, sentimos la libertad... Tus maravillosos versos nos invitan líricamente a disfrutar de estas emociones con arte y emotividad. Me ha encantado leerte, mi querido malagueño. Besazos de esta granaina que adora el mar....muááááááckssss....

 

Gracias Luis por tus siempre amables palabras que hacen de la nostalgia de un viejo marino un remanso de resignación y de paz .
Un fuerte abrazo y perdona que no esté tan pendiente de vosotros lo que quisiera, aún echando de menos leeros en más de una ocasión. Buscaré tiempo la paz del marino de mis versos.

 

No sé qué tiene el mar que suele sacar lo mejor de nosotros, y muy rara vez o ninguna despierta algo malo. Nos embruja, nos calma, nos mece con sus olas y nos inspira... Y además, nos da pescaito que está de rico..., jajaja.
Un gran beso para mi querida granadina. Te lo mandaré en una ola salada y seguro que tu la convertirás en dulce.

 

Gracias Kimbisero. Es cierto, son momentos mágicos de suma complacencia donde podemos evadirnos del mundo.

 

Muchas gracias por tu paso hasta esta orilla y por tu grato parecer.
Por tu nombre creo que te gusta surcar mares de agua y de tinta. Un abrazo

 

Gracias Laura por asomarte a estos versos y por dejar tu cálida opinión.
Un cordial saludo.

 

Muchas gracias Mamen por vuestro reconocimiento. Es un gran placer y un honor participar, siempre menos de lo que me gustaría, en vuestro magnífico portal. Besos.