Vivir en los extremos

Inevitable es morir en vida,
cuando vivir es morir de absoluta soledad;
cuando no existen tonos intermedios;
siempre en la cuerda floja:
llegar o caer;
vencer o pagar…

Vivir en los extremos no puede ser el único camino,
aunque cielo o infierno sean las metas
que nos trazan desde el catecismo escolar.
Esa es la experiencia que heredamos,
un camino con dos sentidos contrapuestos:
El bien o el mal…

Ser o no ser.
Ganar o perder.
Estar o no estar.
Nacer y morir.
Comienzo y final.

La vida no puede ser una suma de antinomias kantianas.
No puede ser siempre un dilema moral o circunstancial.
La vida es mucho más que un círculo cerrado
de realidades inevitables.
Lo inevitable es morir en vida,
cuando vivir es morir en absoluta soledad.

Frank Calle (13/ feb./ 2021)

 

Yo pienso que es mejor caminar por el medio. Los extremos o fanatismos usualmente acaban decepcionando. Además el cambiar el medio te ofrece la opción de aceptar algún desvío sin tirarte a un barranco. Jajaja!!
He disfrutado de tus pensamientos profundos en este poema.
Saludos!

 

Gracias Flor, muchas gracias, claro que es un punto de vista práctico, y al margen del humor, muy serio. Personalmte pienso que es precisamente el humor un complemento indispensable de nuestras vidas. Incluso, aunque por lo general trabajo temas de amor y filosóficos, he ido escribiendo poemas de temática humorística, que me han permitido agruparlos en un poemario que lleva por título "Humor con fronteras", para significar desde el título que la obra reúne textos de humor, pero que siempre están redactados respetando los límites, porque lamentablemente ya abunda demasiado el Humor irrespetuoso, si es que se le puede denominar humor a ese tipo de textos.

Un abrazo,

Frank
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Muy interesante tu apreciación que además suscribo, la vida debe ser
mucho más que esos extremos preconcebidos que nos llevan a un morir
continuo en una vida llena de límites. Me gustó leerte Frank, gracias por
compartir tus letras siempre con un gran e interesante mensaje. Besitos
cariñosos apretados en tus mejillas.

 

Muchas gracias Anamer, después de tantos días viviendo en aislamiento y rodeado de preocupaciones, estoy empezando el retorno hacia el más acá.
Fueron días de no escribir, no pensar, no ser, no saber....
La última bala, que subí hace poco, intenta reflejar esos estados. Quizás sea la contraparte de este poema, que con mucho amor comentas hoy.

Un abrazo,

Frank
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