Volver a escribir

Comentaba anteriormente que había tenido dificultades con mi vida en estos tiempos, aunque sé que todos las tienen por diferentes motivos. Mi dificultad en particular era no tener tiempo para las cosas que me gustaban y que antes podía hacer normalmente. Sólo trabajar para dormir y comer. Ahora todo terminó y estoy volviendo a los días donde el hobbie se compatibiliza con la obligación. Ahora saludo a mi mujer por las noches y no la veo solamente durmiendo.

Volver a escribir es curioso y aunque sea por diversión parece un desafió. Nunca escribí muy bien y seguramente ahora sea mucho peor, sobre todo dentro del gremio de escritores de vida y profesión. Vivía soportando y recordando lo bueno, parecía que toda la diversión había dejado de ser parte de mi vida: ver series de animación, leer algún libro en PDF, hacer el intento de dibujar en un cuadernillo viejo o descargar alguna discografía de una banda de rock.

Hay que retomar de a poco las cosas: lo primero es encender el computador, poner mi compilado de música y ver si se me ocurre escribir algo novedoso, que sea interesante para el trayecto nocturno de alguna persona. Pienso que quizás está mal aventurarse en algo motivado por el ego, uno no debe hacer para obtener o interesar, las pretensiones desde ahora deben ser para disfrutar.

Es difícil concentrarse en algo que has dejado por tanto tiempo, sobre todo para un joven de los noventa que fue criado con Ritalin... creo que mi mamá todavía me lo da cuando la voy a visitar a su casa.

Volviendo al tema del titulo, creo que lo mejor de escribir o volver a hacerlo no es el resultado ni lo novedoso de las palabras, en realidad, para mí lo mejor de volver a escribir es la atmósfera que se crea al tratar de hacer algo que a uno tanto le gustaba: ese olor palpable que queda antes y durante la elaboración del relato. Motiva ser parte del conjunto de diversas emociones que se mantendrán en dialogo durante la llegada de la experiencia de un segundo participante.

Volver a escribir o hacer cualquier cosa no debe ser una presión para el que lo haga. Siempre he creído que las faltas son pronunciadas con una importancia superior al discurso y la intencionalidad del creador (el hombre de etiqueta parece ser más importante por su traje que por lo que comunica en la reunión social) Por mi humilde experiencia es mucho más valido el ambiente de comunicar algo que nazca en el momento, sin ser algo forzado, dejando que se deslicen los dedos sobre el teclado de manera libre y sin éticas ni censuras.