Vuelvo a Mahón (prólogo)

Vuelvo a Mahón, a donde estoy volviendo siempre, de una forma o de otra, al lugar donde está guardada mi memoria, y a donde voy a buscarla, qué paradoja, cuando necesito olvidar …., a donde voy a curarme con mar y humedad de tanta tierra y de tanta sequedad. Aquí todo es siempre menos grave, más amable, menos rápido, más suave.. Aquí cada piedra, cada hoja de higuera, cada casa encalada, cada sábana tendida al sol, cada barca del puerto, me devuelven a mi niñez, me dicen lo que soy, y tal vez, si pongo atención, encuentre alguna pista sobre lo que me espera y no soy capaz de ver con el corazón cerrado por la aridez y la terquedad peninsular. Aquí no soy una visita inoportuna que estorba a la hora de la cena. Aquí sé que todo me espera, aunque llegue sin avisar. Soy de aquí. Mi pueblo y yo nos pertenecemos y nos buscamos, aunque solo sea para compartir cuatro días juntos después de una vida añorándonos ¿hay algo más parecido a un gran amor?.

Esta vez vengo sola, lo necesito. Necesito volverme pequeña, acurrucarme y acunarme en algo parecido a los brazos de una madre o las caricias de un amante (no hay nada más bello que lo que nunca he tenido*... ) y llorar por última vez la ausencia de ambos, por qué no…. Este es un viaje de catarsis, de reencuentro, de limpieza, de reconstrucción… y qué mejor que empezar sabiendo lo que soy iniciando de nuevo el camino que me llevó hasta mí.

Esto empezará siendo un humilde diario de viaje... Ya veremos si termina siendo otra cosa. Si sale bien, lo compartiré con vosotros…

… nada más amado que lo que perdí (Lucía, de JM Serrat)