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Perfiles Psicológicos (Todos quieren sexo)
Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 87
Por historias como esta, no podría yo atreverme a dar de alta a Vinicio y a Sandra, lo pensaría quizás con alguno otro y es solamente un quizás. El Colegio de Psicólogos de Costa Rica me demandaría si hago tal cosa y con justa razón, porque estos dos individuos carecen de cualquier instinto de raciocinio dentro de ellos como personas. Pero estudiemos la situación (sigo hablando en plural sabiendo que solo yo leo esto), Sandra ha comenzado a verse con un semental, y lo llamo semental porque ella no tiene interés romántico, su único interés es saciar su sexualidad, quitarse esas ganas de mera satisfacción carnal y el semental está de acuerdo. A Sandra no le importa el sentimiento, ella va por el sudor, por las caricias impúdicas, por la lujuria, por romper todas las reglas de los puritanos... ¿Y Vinicio?... también.
- Doc, oiga - Vinicio había acercado su silla a mi escritorio - sé que no está oyendo música.
Entonces lo miré de reojo, me quité mis audífonos y se los acerqué, estaba escuchando a Jorge Drexler.
- Pero tiene la música bajitica, ocupo hacerle una pregunta - lo miré, realmente tenía algo de seriedad en su rostro mientras intentaba susurrar - en un hipotético caso, ¿qué le gustaría a usted que le dieran?
- ¿Disculpe? - entonces Isabel y Evangeline volvieron a verla.
- Sí, digamos, si a usted le fueran a dar algo, qué le gustaría como detalle.
- Sabe Vinicio - incliné un poco mi silla - nunca me han regalado flores.
- Qué aburrida, ¿a usted le gustaría que le dieran flores?
- Es un bonito detalle - dijo Nicolás.
Entonces Sandra se levantó de su asiento, dio la vuelta y acercándose a donde estábamos, soltó la sopa.
- Para que entiendan - porque Evangeline e Isabel habían detenido sus funciones para escuchar, y Amalia se quitaba sus audífonos para hacer lo mismo que ellas - yo salgo con un mae y Vinicio quiere salir con la hija de él, pero yo quiero regalar un detalle a uno de los hijos que está... ¡Qué bárbaro!, es por cumplir un reto que hicimos entre nosotros.
Qué lástima que estudié psicología y no psiquiatría, porque de haber estudiado la segunda, podría recetarlos a ambos con un coctel de antidepresivos.
- O sea, a ver si entiendo, Vinicio quiere ser su yerno.
-Exacto - Amalia y el resto parecían perdidas de aquella jugada.
- Lo que pasa - les aclaré a ellas - es que Sandra sale con un hombre que tiene tres hijas y parece que Vinicio quiere salir con una de ellas.
Isabel soltó la carcajada.
- Porque todo queda en familia - dijo Isabel completamente estallada de la risa - ya los veo en una orgía entre ellos.
- Sí, pero yo no quiero que sepa que quiero con ella - susurró Vinicio.
- ¿Por qué? - preguntó Evangeline - ¿no es más fácil decírselo?
-Mejor no les hubiera dicho nada.
- Yo sólo quiero sexo - aclaró Sandra - y él lo sabe y está de acuerdo, pero Vinicio quiere con la hija.
- Yo pediría una foto - le dije a Vinicio - es un detalle lindo, o unas tenis.
- Uy sí, puede ser - dijo Sandra.
- ¡Usted no va a regalar unos zapatos! - gritó Vinicio un poco eufórico.
De esta manera, Vinicio quiere ser yerno de Sandra que es su compañera de fiestas y aventuras. Porque lo más lógico es que uno se vaya de parranda con la suegra, todo el mundo lo hace, o al menos ellos lo quieren hacer.
- Qué peligro esa esquina - dijo Isabel.
- Diay qué les diré - dijo Amalia cuando las aguas tomaron otra conversación - son un dúo increíble.
Enrique hizo falta, porque con su pericia pudo dar un buen punto de vista, pero se quedó en casa. Durante la reunión de la mañana se conectó de manera virtual y entre sus lentes y aquel suéter azul que le cubría medio rostro, apenas se le distinguía la punta de la nariz, parecía una escena cómica salida de alguna película de Adam Sandler.
De Sandra yo esperaba muchas cosas porque ella es amante de los besos de sardina... con uno por debajo y otro encima. E Isabel se puso roja de la risa cuando hice esa observación. Hasta luego.
En la tarde, Vinicio y Sandra compraron chocolates, uno para la hija y otro para el papá, porque el reto debía cumplirse. Vinicio se sintió bien varón y subió aquellas escaleras con la caja en las manos, tocó la puerta y zas... abrió otra muchacha, de excelente ver, una muchacha que Vinicio asumió era una hija a la que no conocían, pero entonces aquella hombría le falló y llegaron los nervios.
- ¿Está su papá? - le preguntó Vinicio con gotas de sudor y una de estúpido, como pocas veces.
- No.
- ¿Le puedo dejar esto? - la chica tomó aquella caja sin que Vinicio pudiera dar explicaciones por aquella escena tan terrible que protagonizaba. Sandra lo había dejado solo en medio de aquel chasco, se quedó alejada mirando lo que podía. Si la gente se pusiera bolsas de cartón en la cara para cubrir sus ridículos, Vinicio lo habría hecho aquella tarde.
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