Tiempo, conciencia y otros estados de ánimo

Te puse un nombre lleno de sombras,
ojerizo
como una copa en la madrugada.
Tenías la carne muda de huesos,
la piel oliendo a lluvia
y el corazón cansado
de tanto usarlo.

Sondeando un poco más tu cuerpo
me hice mujer entre tus manos,
abandoné la magia
de ser un poco niña entre tus dedos.
Te violé,
te asalté,
te mostré
como nacen los días
a mi manera,
como se escupe
a los llantos.

Quería conocer el mundo y sus delirios,
la forma con que se ataja
la perdurabilidad de la tristeza
cuando mis venas bombean
sangre y bilis,
alcohol y hambre.

Ahora eyaculo memorias
que no tienen fecha
y sobre la puerta
me observa
en la estatua de palas
sentada la conciencia.

Pongo mi voz en la mirilla
y tu asaltas mi garganta.
Y tengo que huir,
huir de ti
como se huye de la tormenta.
Salir,
esperar el nuevo día,
un nuevo asalto
con la cabeza metida
entre las piernas.

 

muy bello poema, me ha agradado inmensamente, la forma de entrelazar palabras y ciertamente el uso de tus metaforas es muy acertado y bellamente labrado, me ha gustado mucho, un abrazo y mis estrellitas

 

Bravo, bravo y gracias por parir poemas como este.
Un beso poeta.

 

Estoy con Loida ya el titulo advierte de lo bueno del poema, a ello se le suma tu nombre, todo lo que haces tiene eco, de este poema me quedo con todo, hay tanta cantidad de imagenes que nombrar alguna estrofa es insultar el resto, tiene un equilibrio constante, muy bueno isabel, saludos.

 

..estoy con pecado... pero me encanto "tenias la carne muda de huesos"... la 3ra y 4ta estrofa... mucha fuerza condensada... puntos de vista que tiranizan las memorias... y otra vez me asalta la duda... esa duda tan tipica en mi... que vives?... como lo vives?... algun dia espero leer tu biografia para responderme...jajajaja... genial isa... the best...