La alondra y el sauce

Fue silbando la alondra al regazo del sauce,
a saciarse la sed y atusarse las alas.
Suspira el pobre sauce con el arroyo,
y deja ver sus penas como agua clara.

Al clamor de las malvas cantan los lirios,
con su voz desgajada por cien espadas.
Son como luces tenues que ahogara el viento,
siempre besando el sueño que hay bajo el agua.

Hay nichos entre el cieno y flores de nácar,
que surcaron el tiempo en olas saladas.

La alondra se hace al aire como una flauta,
y el sauce con sus dedos llega a tocarla.
Son las últimas notas para la tarde
y su eterno concierto de son naranja.

 

Bueno amigo, otro maravillo poema para agregar a tu lista.

Un abrazo y el final uyy , llena el lugar de nostalgia.

 

Me alegra verte Maramin. Gracias por tu análisis. Saludos.

 

Gracias de nuevo Gus. Sí, es una especie de fábula, así que, al menos, no duele.
Abrazos.

 

Lindo texto con campo, con naturaleza.
carlos

http://ocnaranja.blogspot.com/

 

Sí, yo creo que tiene algo más, pero en fin, gracias por pasar.