Atentamente, Una Peticion

Escribo esta carta así, de prisa,
sintiendo la honda emoción de lo prohibido;
y después de la fecha, digo entonces...
"Señora, distinguidísima, señora"
-coloco entonces dos puntos y adelante-
Sé que no me conoce ni de nombre,
que nada sabe de mi, que no le importo,
que usted vive atareada en sus afanes,
que es importante usted y yo..."solo un estorbo".

Confieso Señora que a pesar
de que usted no repara en mi presencia,
yo la observo, sigo sus movimientos,
Y me parece usted tan bella.
No, no tema, no soy de esas,
mi me gustan los hombres;
Pero la pasión no me hace ciega.
Tiene usted piel de nácar como rosa,
ojos de alabastro majestuosos,
es usted como las majas de Francisco;
refinada, culta, rica, envuelta en oropeles.
Yo la admiro Señora cuando pasa
con tan real majestad entre la gente
y se que se vuelven todas las miradas
¡Es su personalidad tan atrayente!

Mas no es ese el mótivo de mi carta,
no escribo para alabarla, precisamente.
Señora, dirijo a usted mis letras para que sepa
que esta insignificante mujer que no merece,
siquiera una mirada suya;
está presente, existe, vive, respira
y ama con todas sus fuerzas
a ese hombre que usted dice, me es prohibido.

Si usted viera el brillo de esos ojos,
cuando con inmenso amor posa en los mios,
Señora, no creería
que es el mismo hombre que a su mesa
con refinados ademanes se sienta cada día.
Le juro que le evito,
que sé que no es posible, y el insiste
me dice que del lujo ya se ha hartado,
que quiere sentir en sus venas latir la Vida.

Perdóneme Señora, si le dañan
estas mis confidencias tardías.
Tardías porque ya no hay remedio,
él es mi sol y yo soy su alegría.
Por eso le escribo a Usted esta carta,
haga conmigo lo que quiera,
pague a un sicario,
si quiere arránqueme la vida.
Pero tenga presente usted, Señora mía,
que eso puede no bastarle
si en verdad quiere vivir tranquila.

Acataré su edicto sin revelarme.
Seré dócil, esperaré su voluntad casi divina.
Más me atrevo a proponerle algo mejor
a fin de que ganemos ambas señoría.
Abra su corazón, hágalo humano,
despójese de tanta hipocresía.
Intente ser feliz al menos hoy,
aunque sea por una vez en la vida.

Abráceme Señora
y le demostraré, que mas que a una nuera
ha ganado usted a una hija.
Me despido de usted, así atrevida,
tendiéndole mi mano honestamente
ofreciéndole mí abrazo
y además reciba,
de estos dos que se aman, un beso,
que con inmenso cariño
depositémos en su frente.
Tenga usted, muy buenos días.

 

Excelente anécdota en este bien llevado soliloquio, casi un clásico de la diferencia de clases;
Si bien encuentro correcto el planteo, veo que quizás se entendiera mejor el desarrollo si se pusiera "A ese hombre que usted dice, me esta prohibido.", porque el "le" hace pensar que le está prohibido a esa señora;
de cualquier manera, quedó interesante planteo;
un abrazo,
edelabarra.

 

Te veo ya frente a tu suegra, dandóle esta carta. Ella la mira, detenida. la vuleve a ver, se cuestiona. La lee, se emociona. La sienté y te recuerda.

Finalmente, no te acepta...


Te conoce.

 

Uyyyyyy!!! que me gusta a mi contestar a estos comentarios con un beso, un abrazo y una flor, eldelabarra, muchas muchas gracias, de tu comentario aprendo y crezco, me labras con el cincel de tu palabra en lo humilde de mi obra, me das la atencion que no merezco y ya eso es muchisimo mas que lo que espero cuando me siento a escribir. elisalle, otro abrazo para ti y un ramo de margaritas como las que me dejas, si te gusto , tomala, es tuya, hazla tuya, sientela, disfrutala, vivela, contigo al menos logre el cometido de sorprenderte, eso me hace sonreir de gusto y me impulsa a crear, la capacidad de asombro es lo mejor del ser humano.
A ti, Hernan Parada, amigo, para usted parrafo aparte, jejejeje, no es mi caso, tengo un feliz matrimonio de casi 20 años donde una de las mejores cosas que tengo es el orgullo de adorar a mi suegra cual si fuese mi madre, porque eso ha sido para mi, tomo imagenes de la vida, de la gente que conozco, de lo que imagino, y en este caso me inspiro un poema de Jose Angel Buesa, sinceramente te digo, jamas haria una carta asi en mi caso, soy por naturaleza dueña de un caracter muy ajeno al de quien representa mi secuencia. Pero me has leido y eso es magia para mi, aun cuando no te gusta mucho mi estilo de escritora. Gracias por tu tiempo, por tu comentario y por la sonrisa que dibujaste en mi rostro. A los tres un gran beso.