Ícaro

En noches insalubres la tinta se vuelve acre
vistiendo la página preñada de un verso
que ama con locura al carmín verdoso de la nada.
Llorando en las esquinas, propagando su excremento,
el loco Garcín recita sus líneas;
pero no recita, sino gime
porque torpe y mudo fue a encontrar la flor solitaria del sepulcro.
El corazón duele y se derrama en el pecho,
el alma sale por la boca formando una mueca obscena;
cierra los párpados de mis ojos, bruja blanca del norte,
séllalos con un beso y mándame a dormir.
La lengua que pudre cuanto lame lamió
mis esperanzas y deseos
en forma de un “¡no!”,
un “no puedo”, y un “jamás”.
La botella muestra su grueso, firme y erecto, y llueve,
llueven pupilas estrelladas en un lienzo blanco con dos pétalos de sangre.
A Ícaro no hizo falta cortarle las alas…
Ícaro quería hacer el amor con María Antonieta.
¡Oh incertidumbre!
¡Oh duda eterna!
El pecado inconfeso, que es también imperdonable,
fue tratar de encontrar un rayo de luz entre lo negro y entre lo grasiento,
entre la garganta que te llora
y el poeta que te escupe.
Dulce placebo el verso, pastilla de azúcar,
para el bufón enquistado que con ella se da una palmada en la espalda,
creyéndose Mallarmé, o quizá Leopoldo María Panero,
pensándose así más digno
de alcanzar tu inmensidad por mártir
al estilo de alguna que otra estrella del rock.
Patético el intento,
como patético el llanto de la cucaracha
caminando por la boca desdentada del destilo.
Besa mis párpados y mándame a dormir.
Y si alguna vez me has querido, no me despiertes,
porque respirar sin hacerlo a través de tu boca es inhalar el aliento del muerto,
porque disfrazar el desamor con aires de nihilista, misántropo y cabrón
es tocar el fondo de un océano que ni tan siquiera he conseguido vislumbrar.
Lo único genuino es el sabor amargo del carmín verdoso de la nada.
Eso,
y cuando tú estás lejos,
las ganas incontenibles de morir.

 

¡Bienvenido Ugolino!
que gustaso me da leer tus versos, t felicito, muy bien elaborados
t dejo mis estrellitas
besitos y abrazos

 

¿Bien elaborados? A mí me parece que son un poco un caos, quizá ayudaría al poema hacer algunas separaciones entre los versos, para que las ideas no queden aglomeradas.

Gracias por la lectura. Un saludo.