A la nieve

Te quedarás cubriendo las montañas
del color que tu nombre considera
y, más tarde, al triunfar la Primavera,
disuelta en llanto bajarás las brañas.

Inundarás de frío las entrañas
de los ríos que besan su ribera
y, dulcemente, como dulce fuera
el agua, ganarás playas extrañas.

Allí hallarás la sal y agua infinita,
la inquietud de mareas y de olas
y el raro canto de la impar sirena.

... Y aquella libertad que no limita
ni la costa resuelta en caracolas
ni la nube que centellea y truena.

 

Estimado poeta: admiro tu pluma y la belleza de tu poema...Es un gusto leer tu inspiraciò.Mis saludos.

 

Muchas gracias, Coral. Todo consiste en tener lectoras como tú misma.
El gusto es mío. Saludos,

 

Será porque cada vez hay menos. Aunque aquí, en Madrid, a partir de Noviembre, con suerte se la ve si se acerca uno a la Sierra.
Muchas gracias por tu amable comentario. Un saludo,

 

Gracias, Mamen, por traerla de nuevo a colación; la verdad es que nunca me arrepentí de haberla escrito. En todo caso siempre confortan estos detalles a los poetas de la tercera edad como yo mismo, que apenas salgo ya de casa porque mis rodillas no dejan de darme sustos y dolores. Gracias.

 

Un hermoso recorrido hasta la nevada del renacimiento quizá


Saludos