Poeta maldito que nunca fue poeta

Se acabaron
las manos entrelazadas
huyendo de la policía,

mientras Marlene
cantaba versos
en el nudo de mi corbata.

Hace ya tiempo
que el hielo no miente
de boca en boca

ni pierdo las bragas
a la orilla del río.

Cuando el frío amenazaba
con asesinar el ocaso

y respondíamos con dos margaritas
navegando en la bañera.

Se acabaron
los tiempos de piratas,

el amor sin memoria

que duraba
de ocho a ocho
cada fin de semana.

Se acabó
hablar de las miserias

el barro en las rodillas

compadecerme de la conciencia
que anidaba en tu sonrisa.

Ahora
que el tiempo ha pasado
y hemos quemado la hoguera

sin darnos tiempo
a explicaciones tontas
ni a lagrimillas furtivas.

Cuando te dejé
desnudo
aquella noche,
llorando
bajo la luna.

 

descripciones intensas,
memorias de fuego a
diestra y siniestra son tus
letras perfectas, saludos.

 

Me encantó este poema, Isabel, en la forma y en el contenido. Felicidades.
Besos desde el Mediterráneo.