Un hombre en las sombras

Oculto entre el claroscuro, se le adivina, aguileño, el perfil
viejo, iracundo, hierático,
en la cara, todo teñido de blanco,
y cráteres que no son llagas,
si no el paso de horas aciagas,
que trémulas, empapan bolsillos,
como falsas monedas de cambio del más codiciado elixir.
Respira, a bocanadas, el humo,
ron cacique en una mano,
en la otra todo el oro,
y en sus dedos amarillos,
los restos de mil y un pitillos que se han adueñado de él
Bajo el sombrero, sus ojos,
enmohecidos de llantos,
o es el color del espanto, de saberse vilipendiado,
privado de lo que él más quería.
Ahí están, sus blancas y negras,
pues a él no le importa el color,
sufre, al no poseerlas, al no poder evitar hoy verlas,
por otras manos violadas,
por otros pies atormentadas,
sacando de ellas sonidos, que son gritos, no gemidos,
y mientras, pobre loco,
rememora melodías que amortiguan un infinito dolor
En el alcohol, el olor de lo que se acaba,
final de una vida, hoy se da cuenta, prestada.
Y el hombre del piano pide,
con sus manos amarillas
volver a sentir su tacto tocando aquella canción.

 

Toda una descripción de ese personaje y bellamente detallada. Excelsos versos, poeta. Te felicito.

 

Majestuoso versar que lleva impresas las huellas del vaivén de la vida, las agrietadas caricias del tiempo que ya no están...

Aplausos y tus estrellas, poeta. Polares saludos

 

un texto divinamente gráfico...un abrazo infinito...

 

Gracias Salvador, tus comentarios son muy gratificantes. Un abrazo inmenso.

 

Maite? mi bella amiga Maite?
Que bueno encontrarme nuevamente con tus letras querida amiga, un gusto enorme el volver a leerte. Un hermoso poema
Estrellas para tu obra y un beso para vos

 

Querido gran oso ;-) has acertado de pleno con tu comentario. Es un auténtico gusto tener lectores como tú. Un abrazo.

 

Volver a ejecutar la vida que en otrora era bella melodía, ahora las teclas están arrumbadas y doloridas de silenciosos años.
Bella poesía, el trasncurrir del inexorable tiempo graficado en bellas metáforas.

Saludos
Daniel

 

un hermoso poema amiga muy ilustrado
me ha gustado la forma en que su pluma se expresa
saludos y estrellasn a tu versar

 

Recojo ese abrazo infinito y te envuelvo a ti también con él. Gracias por tu comentario.

 

Mi queria amiga!!!!! Que gusto da encontrarse con la buena gente. Muchas gracias por tu lectura y comentario. Un besote super fuerte.

 

Maite, cuánto tiempo si disfrutar de tus versos. Celebro este reencuentro deleitándome con tan buen poema.
Besos desde mi bahía.

 

Muchas gracias guardián. Un abrazo enorme.

 

Que maravilloso comentario Antonio, has captado exactamente el sentido del poema, es todo el sentimiento interior lo que realmente importa, aunque sea un retrato lo que estás viendo. Un abrazo enorme y muchas gracias por mirar mi poema con tanta perspectiva.

 

Huelo, huelo a ese hombre...

mamCardenal

 

Querida amiga, me alegra saber que te gustó este retrato interno de la humanidad. Un abrazo enorme.

 

Yo sí que lo celebro, no sabes cuánto. Os echaba mucho de menos. Un beso y gracias por tu alentador comentario.

 

Perfecto!! de eso se trata, de avivar los cinco sentidos con el relato. Un besote grande.

 

Inteligente y muy acertado comentario. Es un placer tenerte por aquí Daniel. Un abrazo.

 

Me hizo recordar la canción que cantaba una española, creo que se llamaba Ana Belén..... bueno, tu poema es tan hermoso como esa canción..... ver al viejo pianista cómo la vida se le va de las manos teniendo en sus manos toda su vida.... has tenido el tino de hacer una descripción casi fotográfica del viejo dixómano que añora su viejo instrumento.... placer leerte amiga Maite

 

Recuerdo esa canción, es de Ana Belén,y tiene semejanzas con este personaje, sólo que este huele a muerte y a imposibilidad de continuar. Gracias por tu visita y acertado comentario.Un beso grande.