Reflexiones en la madrugada

Nunca debí dejarle propina al camarero,
la entiendo como un IVA sin "por cientos".

La noche que cierro los bares,
sabe a licor de sangre acostumbrada.
Mal asunto cuando una herida cierra
por defunción.

Como a la vida me aferro
a esa barra de bar con plañideras,
balanza de pesar de los pesares,
horno del pan nuestro de cada aurora.
crematorio de penas con extintores

Al llegar a casa
hiede mi ropa al humo malvendido.

La tostada con hiel sabe a su boca.

 

Excelente versos con reflexiones en la madrugada.

Estrellas para la noche en los bares.

Un saludo fraternal.

 

Gracias Guillermo, mi reconocimiento a tu buen hacer. Ojalá tuviera tiempo para comentar todo lo que leo.

 

Excelente, querido poeta, es difícil quitarse el sabor del desamparo.
Ya te dije que amo tu pluma?
Besos,
Chiqui.-

 

Hola. Nunca lo he leído creo (je). Me parece muy bueno este su poema. Y diría al final que sin ese patético viaje a la madrugada del intentar ser... jamás, jamás escribiríamos. Un abrazo, casi desconocido (je).

 

Muy bueno, Antonio javier.
Me ha gustado mucho, y el último verso es un cierre genial.
Un abrazo.
Xosé.

 

Mi querido Antoñito, como siempre, esto está sin desperdicio,
pero cuidado con esos bares que te van a llevar por mal camino.
Te dejo desde mi corazón todo mi cariño y estrellas para que te iluminen el camino “del bar a casa” no te vayas a perder, jajajaaa.

Lola​

 

jaajaja...todo es imaginación, Marta me tiene bien atado. Son recuerdos de un pasado no muy lejano.

 

Chiqui, sobran las palabras de agradecimiento, porque ya sabes que entre amigos suena mal. Un beso

 

Un verdadero placer leerte...
Un beso y estrellas
Rosario

 

gracias poeta, un abrazo